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ALÍ, COMBATIENTE FUERA Y DENTRO DEL RING

Escrito por Alejandro Daniel Álvarez Arellano en Martes, 14 Junio 2016. Publicado en Cultura, Deportes, Noticias, Redes Sociales, Sociedad

El pasado tres de junio se informó de la muerte de Muhammad Alí a los setenta y cuatro años de edad. El  ex campeón mundial de los pesos pesados estuvo afectado por la enfermedad de Parkinson durante sus últimos treinta años de vida. Alí se mantuvo en la primera fila del boxeo mundial desde principio de los sesenta hasta principio de los ochenta.  Su nombre original fue Cassius Clay, con el cual ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Roma en 1960. A partir de ese momento no dejaría de ser motivo de polémica tanto por su desempeño deportivo como por sus ideas y actividades extra deportivas. Primero fue su conversión al islamismo lo que explica su cambio de nombre a Muhammad Alí, después su negativa a ir a la guerra de Viet Nam lo que ocasionó que le quitaran su título mundial y lo suspendieran del boxeo profesional. Fue notoria su relación con grupos radicales antirracistas como Malcom X en la turbulenta década de los sesenta. Durante casi cuatro años se mantuvo fuera de los encordados hasta que la derrota del ejército norteamericano en Asia y el fortalecimiento de las movilizaciones antibélicas y antirracistas en Norteamérica hicieron insostenible el castigo para Alí y regresó para reconquistar sus títulos en la máxima división.

Sin embargo no todo fue luces en la carrera de Alí. En sus peleas iniciales contra
Sonny Liston siempre existió la sospecha de la intervención de la mafia, sobre todo en la segunda pelea al caer noqueado Liston sin aparente golpe. En varias peleas su desapego al gimnasio lo llevó a sufrir las escasas derrotas que tuvo en su carrera. Pero quizás el aspecto más criticable de su comportamiento fue el poco respeto a sus rivales a quienes insultaba escandalosamente antes de las peleas. Al final de su carrera pidió disculpas por ello explicando que fueron estratagemas publicitarias.

Su estilo boxístico fue una revolución de la época ya que en las divisiones pesadas  privaba la lentitud de los pugilistas y la poca técnica. De su forma de pelear en algún momento el propio Alí la bautizó como  “volar como mariposa y picar como abeja”. Muhammad Alí fue muy rápido y certero en sus golpes, bailoteando ágilmente en todos los rincones del ring. Durante los sesenta, hasta antes de su castigo, prácticamente arrasó con todos sus rivales. A su retorno fueron memorables sus peleas contra Joe Frazier y Ken Norton.

Como sucede con casi todos los boxeadores, la etapa final de su carrera estuvo marcada por penurias económicas, mala administración y excesos de gasto en su estilo de vida. Esto lo llevó a sostener peleas cuando su estado de salud ya era precario. A pesar de no contar con licencia médica en su país sostuvo peleas en el extranjero que posiblemente desencadenaron su enfermedad. Pero fuera del ring, ya retirado, no dejó de ser el combatiente social de siempre. Todavía en diciembre del año pasado Alí lanzó sus últimos disparos como combatiente social cuando el virtual candidato republicano a la presidencia en uno más de sus exabruptos xenofóbicos prometió impedir la migración de musulmanes hacia Estados Unidos. A ello Alí respondió, sin nombrar a Trump, “los musulmanes tienen que hacer frente a aquellos que usan el Islam para beneficio de sus propios planes".

Alí fue un deportista superdotado, pero además con claras ideas acerca de los problemas sociales más acuciantes de su país y protagonista en esas luchas por resolverlos. Líderes políticos como Obama y Bill Clinton han expresado, y con razón, la gran contribución de Alí a su país.

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