Crisol Internacional:” Confesiones de una celda, Isla del Diábolo, Guyana Francesa”
Desde el origen de la humanidad han existido la violencia, los crímenes y también los delitos. Por lo mismo y con el paso del tiempo se han construido lugares para encerrar y castigar a los responsables, malhechores y malandrines culpables la gran mayoría de ellos e inocentes otros cumpliendo injustamente una condena en lugar de otros. Por ello, algunos nombres como “La Torre de Londres” “Sing, Sing de Nueva York”, “Alcatraz o la Roca en la Bahía de San Francisco, “El Château de S´IF frente a Marsella en Francia, Robben Island en Sudáfrica o la Isla del Diablo de la Guyana Francesa son reconocidos y temidos mundialmente. Justo hablando de la Isla del Diablo, ubicada frente a las costas de la Guyana Francesa fue abierta en 1851 por Napoleón III y empezó a ser utilizada como una colonia penal francesa que se volvió tristemente famosa por la violencia con la que eran maltratados todo tipo de prisioneros desde asesinos y criminales como también políticos, por ello el famoso apodo de la Isla del Diablo.
Esta Isla del Diábolo tiene una altura de 40 metros sobre el nivel del mar es de suelo rocoso y está cubierta de selva tropical, siendo además la más pequeña de las tres Islas de la Salvación o Iles du Salut ocupando una superficie de apenas 14 has y está situada a relativa corta distancia de 11 km de las costas de la Guyana Francesa. Políticamente es una región de Francia que constituye un departamento de ultramar, ubicado en la costa Norte de América del Sur, en la zona de las Guayanas, entre Brasil y Surinam. Lo que podía haber sido otro paraíso isleño en el Atlántico se convirtió tristemente en una de las prisiones más crueles e inhumanas donde se estima que recluyeron a más de 80 mil prisioneros, los que debido a las condiciones infrahumanas y particularmente tan insalubres muchos de ellos jamás retornaron. La única forma de huir era enfrentarse primero a una selva tropical prácticamente impenetrable y luego lo más difícil conseguir un bote y arriesgar la vida en pos de la libertad. No se sabe con exactitud cuántos prisioneros lograron escapar literalmente de “las garras del Diablo”, pero sí existen algunas historias singulares con escalofriantes testimonios como la fascinante novela de Henri Charrière “Papillón”, una historia autobiográfica del autor apodado “Papillón” o mariposa en francés, que fue condenado a 30 años por un crimen no cometido y enviado a la isla del Diablo de donde intenta fugarse en retiradas ocasiones para tratar de huir de la brutalidad, los constantes abusos y la miseria y peligros del lugar. Baste hojear y recorrer unas pocas líneas de esta gran novela que en su inicio habla del “Camino de la podredumbre”: donde se destaca que la primera “bofetada fue tan fuerte, que solo he podido recobrarme de ella al cabo de trece años. En efecto, no era un guantazo corriente, y para sacudírmelo, se habían juntado muchas personas.” Tras la muerte del escritor en 1973 su obra y el importante mensaje que lleva esta novela ahora ya clásica fueron llevados a la pantalla grande, protagonizada por el entrañable actor estadounidense Steve McQueen y co-estalarizado por el siempre carismático Dustin Hofmann. Hasta los más críticos del cine y particularmente de las adaptaciones literarias a la pantalla grande destacaron que “Papillón” nos habla también de amistad, de nobleza y el deseo irrefrenable de un ser humano para volver A SER LIBRE, un deseo íntimo que une a todos los reclusos y que seguramente sigue vibrando en todos los cárceles alrededor del mundo…
Imaginémonos el siguiente escenario compuesto por un numeroso grupo de presos completamente desnudos y alienados en una prisión, escuchando la admonición de un funcionario que les declara indeseables para su país y que les anuncia su fatídico futuro y traslado a un penal de la Guyana Francesa, región de la que muchos de ellos no volverán jamás, pues o bien están condenados a cadena perpetua o bien, la ley prevé para aquellos que tengan penas superiores a 8 años, que permanecerán otros tantos como “colonos”, en aquel lejano y oscuro lugar, una vez redimida su condena. Algunos supervivientes han dejado relatos de los horrores del penal, entre ellos se encuentra Alfred Dreyfus, capitán del ejército francés, que paso cuatro largos años en la Isla del Diábolo hasta que finalmente fue declarado inocente en 1906. René Belbenoit, autor de la novela “La guillotina seca” que fue censurada en sus tiempo por el gobierno francés porque revelaba las atrocidades del sistema penal carcelario en aquella región de ultramar, así como también el célebre anarquista Clément Duval…
Después de casi un siglo de abusos y crímenes cometidos dentro del mismo centro penitenciaria en la llamada “Isla del Diablo”, la cárcel fue finalmente clausurada en 1946 y muchos de los prisioneros regresaron a Francia, mientras que otros se quedaron en la Guyana Francesa, tratando de rehacer su vida y dejar a tras los tristes y dolorosos recuerdos de un infierno en la Tierra, un infame campo de encarcelamiento, trabajo forzoso y muerte. Algunas de estas historias definitivamente quedan en el pasado como “Confesiones de una celda”, pero no es disculpa o argumento para olvidarnos completamente de los crímenes y atrocidades cometidos contra los internos y que muy tristemente siguen ocurriendo actualmente en algún lugar sombrío en este mismo instante; es por eso que TODOS debemos de reflexionar sobre nuestros derechos y nuestra libertad que a veces potencialmente significa afectar a los demás y que por lo tanto deberíamos actuar con una mayor responsabilidad y conciencia valorando nuestra VIDA y la de las futuras generaciones…
P.S.: http://www.cienciahistorica.com/2017/08/22/la-isla-del-diablo-pais-prision/
http://quelibroleo.com/papillon
http://eldardodelapalabra.blogspot.com/2015/11/papillon.html
https://elpais.com/diario/1988/08/09/opinion/587080810_850215.html
https://www.panamaamerica.com.pa/variedades/la-isla-del-diablo-en-national-geographic-280479