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Crisol Internacional: “Detrás del Haik* –Mujeres de Argelia”

Escrito por Andrea König Fleischer en Lunes, 03 Noviembre 2014. Publicado en Aventura, Cultura, Sociedad

Con la llegada del mes de Octubre no solamente cambian los colores de los árboles y bajan gradualmente las temperaturas, sino también en este mes se han visto muchos listones de color de rosa, recordando el compromiso y la constante lucha en contra del cáncer de mama de las mujeres. Es un tiempo que invita también a la reflexión y meditación y es muy oportuno  para acordarse de las mujeres menos afortunadas que la mayoría de nosotros; mujeres que viven al otro lado del mundo, privadas aún de muchas  libertades  y sobre todo de la equidad de género, pero mujeres que a pesar de esas limitaciones sociales,  no bajan la guardia ni el rostro y mucho menos el espíritu de lucha para seguir forjando su camino: las mujeres de Argelia.

Argelia país que fue colonia de Francia. Está ubicado al Norte de África, en la zona conocida como el Magreb Árabe, de hecho tras la división del Sudán se convirtió en la nación más extensa del continente africano y también una de las relativamente más prósperas debido a sus exportaciones de petróleo y de gas natural. Este país  limita al Norte con el Mar Mediterráneo, al Noroeste con Túnez,  con Libia al Este, Níger al Sureste,  Mali y Mauritania al Suroeste y Marruecos y el Sáhara Occidental al Oeste. Los conocedores en etimología revelan diversos significados del nombre de Argelia, así  algunos consideran que su nombre se originó por las islas conocidas en árabe como  Al-Yaza’ir que se encuentran situadas frente al puerto de su ciudad capital Argel. Otros la relacionan con las antiguas dinastías de los Bereber de los tribus  ziríes, que le dieron  un nombre poético que significa “claro de luna” y por último, también existe la versión de que Argelia significa según los geógrafos musulmanes de la Edad Media, “la costa fértil”, pues está encerrada entre el Sáhara y el Mar Mediterráneo como una verdadera “isla de vida” o Al-Yaza’ir, región que encierre auténticos tesoros arqueológicos, construcciones monumentales de los Bereberes y algunos de los restos más antiguos del hombre y que corresponden al del homo sapiens sapiens, lo que tiene  implicaciones antropológicas que en cierta manera ligan a toda la humanidad con esas lejanas tierras y sus antepasados. También resulta asombroso saber que después de la conquista musulmana, los ciudadanos del territorio adoptarán la religión islámica y que progresivamente adquirirán la lengua árabe, tras haber vivido un intenso “mestizaje lingüístico”, basado en: Bereber, Fenicio, Latín, Árabe, Español, Turco y Francés y que a la fecha aún se han preservado señalamientos y letreros multilingües en la vía pública.

Justamente en este extenso  país con un increíble legado cultural, es donde las mujeres juegan un papel muy relevante en la sociedad , aunque muchas veces están simplemente consideradas  por el extranjero como  “la que se esconde tras el velo” o incluso como la “esclava del hombre”, sin embargo, hasta la fecha, la mujer argelina representa un auténtico misterio para los sociólogos internacionales, ya que su resistencia y tenacidad conllevan su sueño por liberarse, lo que ha sido ejemplar para toda la región islámica, ya que entre otras acciones,  ellas combatieron a la par junto a sus hombres por la independencia de su nación.

Actualmente la sociedad argelina sigue siendo dominada por un patriarcado, bajo el cual se esconde o disimula un matriarcado de inigualable resistencia y fortaleza, operando como un pivote social, resistiendo tras siglos de discriminación durante los cuales las mujeres argelinas están ganando terreno en varios campos y particularmente en el laboral. Ellas han logrado poco a poco insertarse progresivamente al mercado profesional, muestra de ello son las estadísticas más  recientes sobre las egresadas universitarias que ya representan el 61% y una creciente participación en su Parlamento, donde ocupan aproximadamente un tercio de los curules. Un ejemplo claro de este incipiente liderazgo de las mujeres  en su política nacional lo representa la Senadora Zohra Dris de 77 años, símbolo femenino de la guerra de independencia contra Francia  y patriota radical de su actual estado, quién asevera que “Argelia era después de 132 años de ocupación francesa una nación devastada,  dónde el 99% de la población era analfabeta y vivía en condiciones de gran pobreza…y creamos un nuevo estado de la nada.”

En la actualidad, el panorama nacional  revela que únicamente una de cada cinco de las mujeres argelinas  cuenta con un empleo formal. Pero justo “ahí está el detalle” con las estadísticas, ya que realmente poco informan sobre la aportación real  de la mujer a su sociedad  y no solamente en Argelia, sino también en casi todo el mundo, cuando se dice que la mujer  se dedica únicamente al cuidado del hogar, esposo e hijos además de realizar actividades no remuneradas a en sus domicilios, practicando además diversas tareas en la agricultura, ganadería, confección o elaboración de artesanías con jornadas laborales que rebasan las quince horas al día. Es más, según la Oficina Internacional del Trabajo (OIT) con sede en Madrid, la tasa de participación femenina en el mercado laboral difícilmente puede ser  cuantificada por los  mismos factores socioculturales y los tabús, que prevalecen y que aún restringen la libertad de la mujer considerablemente. Así, el mismo informe de la OIT destaca que el futuro de las mujeres está literalmente en sus propias manos y dependerá en gran parte de su determinación para ampliar sus fronteras y superar los obstáculos que les imponen. Como bien lo afirma una exitosa empresaria argelina de la ciudad de Tiaret: “Se trata de no depender de los hombres, de hacer carrera, de demostrar nuestras verdaderas capacidades…ya que tenemos mucho que ofrecer.” Por lo mismo,  los estudios universitarios como los empleos formales se han  convertido en las mejores armas para la emancipación argelina. Definitivamente las mujeres argelinas se encuentran ahora entre tradiciones y modernidad que les permite a partir del 2005 poder solicitar el divorcio, más sin embargo, aún ancestralmente  requieren de una autorización formal de un familiar masculino para poder contraer matrimonio, estos hechos tan paradójicos y opuestos reflejan no solamente la misma contradicción social que aún existe “detrás del Haik” y al mismo tiempo nos ilustra claramente el largo camino de la liberación femenina en muchas partes del mundo,  y también nos hacen valorar de nuevo y apreciar nuestros derechos como mujeres en México y  afortunadamente en cada vez más  partes del mundo. 

                                                                      

P.S.: * El Haik o jaique es un vestido tradicional de la región del Magreb Árabe, que consiste de una larga pieza de tela fina, como seda, algodón o lana, que cubre la mayor parte del cuerpo y  la cara de las mujeres y que en muchas partes del Norte de África y Arabia ya está sustituida por el Hiyab o velo corto.

Valiosa referencia histórica:

 http://www.libreria-mundoarabe.com/Boletines/n%BA43%20Nov.06/MujerArgelina.html

Informes sobre la situación laboral:

http://www.ilo.org/global/about-the-ilo/newsroom/features/WCMS_234063/lang--es/index.htm

http://www.ag-friedensforschung.de/regionen/Algerien/frauen.html

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