Crisol Internacional: “La palabra es plata, el silencio es oro…”
Independientemente del contexto geográfico y socio-cultural, todos al crecer escuchamos refranes, dichos populares, fábulas y proverbios de los cuales algunos se nos quedan literalmente grabados y consciente e inconscientemente los volvemos a repetir una y otra vez a nuestros hijos, familiares y amistades, lo cual significa que hay granos de verdad y sabiduría ancestral en ellos. Comúnmente se resalta que “las frases populares que enseñan o aconsejan sobre distintas cuestiones de la vida han sido transmitidas oralmente de generación en generación.” Algunos de ellos tienen un carácter educativo y pueden utilizarse en el salón de clases para inculcar a los niños y jóvenes valores y principios, como la constancia y el esfuerzo para trabajar que son destrezas y habilidades a cualquier edad y como lo es la memoria, así como también para mostrar la importancia de la sabiduría popular. Por ello, cada pueblo resguarda, modifica y transmite sus expresiones populares a las futuras generaciones como parte de un legado cultural propio.
A la vez hay que reconocer que “los refranes son, de alguna manera y en alguna medida, fórmulas del pensamiento y un acto de comunicación nacidos de la capacidad de memorizar, de las culturas populares en clave oral y contienen mensajes varios, dependiendo del contexto histórico-geográfico-social-cultural.” En lo personal, recuerdo mucho el dicho que usaban nuestros mayores: “La palabra es plata, el silencio es oro…”, que difícilmente se entiende a una tierna edad, pero que con los años, estudios y sobre todo las experiencias vividas le podemos encontrar sentido, significado y aplicación a esa sabia y antigua frase cuyo origen se remonta a la Edad Media e incluso mucho antes. “La palabra es plata… el silencio es oro…”nos revela en su esencia que en ciertas situaciones es mejor guardar silencio o como dice la “vox populi mexicana”, “pico de concreto…”o “en boca cerrada no entran moscas…”Por ello y ante la necesidad de hablar, además, decir cosas incoherentes o poco apropiadas, es mejor callar y PENSAR ANTES DE HABLAR porque la palabra arrojada difícilmente se puede retirar o borrar…
En la actualidad, rodeados por un mundo moderno y bullicioso, todos agradecemos los espacios de silencio, aunque sean por unos instantes, simplemente para relajar la mente y el cuerpo, poder pensar con mayor claridad y para literalmente “ordenar” nuestras ideas e impresiones y reflexionar y tal vez meditar al respecto. Tomarse un respiro, una breve pausa para estar quieto y en silencio antes de retomar las tareas, actividades y obligaciones cotidianas nos cae muy bien a todos y además nos permite “recargar la pila” con nueva energía, fresca y motivadora. Bien dice el escritor y médico afgano-estadounidense Khaled Hosseini: “El silencio es paz. Tranquilidad. El silencio es bajar el volumen de la vida. El silencio es presionar el botón de apagado…”.O dicho de otra manera para poder descansar de nuestra ajetreada vida deberemos buscar un lugar silencioso.
Ahora bien vivir y disfrutar plena y conscientemente de estos momentos de tranquilidad durante un día atareado puede tener muchos beneficios para nuestra salud y nuestro bienestar físico y mental como mejorar nuestro estado de ánimo, porque cuando nuestra mente está saturada necesitamos brindarle un espacio y un descanso.
Por lo mismo hoy día, estando expuestos a tantos estímulos y actividades se recomienda dedicarle un espacio a la meditación, la que según los especialistas en el tema aseguran que “al mantenerse en silencio durante 10 minutos se consigue reducir la actividad del sistema nervioso simpático. Este sistema solo se activa en situaciones de peligro real o imaginario. Los síntomas del estrés, son las consecuencias de un sistema nervioso simpático activado por tiempo prolongado.” Asimismo, se señala que el corazón y el cerebro se mantienen más sanos al conservar la tranquilidad y el silencio por instantes y así evitar accidentes cardio- y cerebro vasculares. Aparte que estos momentos de relax cotidianos nos pueden ayudar a fortalecer nuestro sistema inmunológico y reducir los niveles de ansiedad en nuestro cuerpo.
Médicos y psicólogos señalan en este contexto también que: “cuanto más practicamos el guardar silencio o meditar, tenemos menos ansiedad porque hacemos que los envíos de información sean menos intensos.” Por lo tanto, guardar silencio durante 10 o 15 minutos al día, puede generar una sensación de calma. Además, existen estudios recientes que revelan que “guardar silencio nos permite desarrollar una mayor coherencia, concentración y memoria, ya que al volvernos más reflexivos, pensamos más antes de hablar, razonamos y encontramos palabras más apropiadas para la conversación”, o como bien expresaba el escritor y humanista británico William Hazlitt: “El silencio es el gran arte de la conversación”, afirmando que dominar el silencio puede ayudarnos a dirigir una conversación y con ello comprender mejor a los demás y los temas que se traten…
Como sea, “La palabra es plata, el silencio es oro…”, William Shakespeare ya lo tenía muy claro siglos atrás cuando declaraba que: “Es mejor ser el rey de tu silencio que el esclavo de tus palabras,” y si esta aseveración fuera poco recordemos el refrán popular que “El silencio es el grito más fuerte…”capaz de causar un eco inesperado…
P.S.: https://www.educaciontrespuntocero.com/recursos/refranes-populares/
https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/la-cultura-popular-los-refranes-hoy
https://praxistipps.focus.de/reden-ist-silber-schweigen-ist-gold-ursprung-der-redewendung_115020