Crisol Internacional: “Momentos navideños felices en… Tonga”
Hablar de la Navidad invoca muchas expectativas y emociones y generalmente entusiasmo y alegría, aunque también puede generar sentimientos de nostalgia, melancolía y en algunos hasta de soledad. Estos sentimientos mixtos y más bien contrarios al llamado “espíritu navideño” ya han sido identificados y nombrados por los psicólogos como “Navidad Blues”, algo complejo de explicar porque en ocasiones acarrea también bajo ciertas circunstancias tristeza, mal humor y la desmotivación, generalmente no intencional, muy repentina e involuntaria lo que sin duda puede afectar la convivencia armónica al estilo del “Grinch” o el “Aguafiestas”, el anti-héroe al tan esperado, querido y muy simpático Santa Claus.
Es más, este tipo de “depresión” ha sido tomada en consideración seria y la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo ha catalogado como un fenómeno que “afecta a más de 300 millones de personas en el mundo…” y que requiere atención, comprensión y sobre todo paciencia para superarlo. Como sea y derivado de este “cocktelito emocional” navideño familiar o entre amigos, puede detonar y hacer surgir tensiones, duelos de palabras verbales y malas caras lo que conlleva a frustraciones que NO nos dejaran disfrutar de estos días tan esperados de Fin de Año, donde reconocer estos alti-bajos emocionales o sentimentales es un primer paso firme para no estropear la celebración y fiesta…
Ahora bien y como ya se ha expresado en varias ocasiones, la Navidad como celebración religiosa significa Nacimiento o Renacimiento lo que crea y permite un momento perfecto para la reflexión e introspección silenciosa y personal, una oportunidad única para reconfortar y poder reconstruirnos, disfrutando y pasando estos días y momentos lo más plenos y felices posibles. Sobre este tema hay culturas remotas, especialmente en el lejano Pacífico Sur que conservan sus propios y ancestrales rituales en torno a las fiestas originales, agregándoles un estilo contemporáneo, como lo es por ejemplo el llamado “Reino de la Felicidad” en Tonga, un archipiélago compuesto por 170 pequeñas islas a que se encuentra en la Polinesia y cuyo territorio marítimo, limita al norte con la Colectividad de ultramar francesa de Wallis y Futuna y con Samoa; al Noreste además con Samoa Americana y al Este con los Territorios de Niue e Islas Cook, pertenecientes a Nueva Zelanda y al Oeste con Fiyi. Justo ahí sus nativos comunican en estos días del año tanto con la vestimenta típica como con el lenguaje corporal su esencia y espíritu alegre y festivo. Las personas que han viajado a este remoto destino y que han podido presenciar la celebración de la Navidad “viviendo momentos felices”, pero también contrastantes y algo diferentes a las celebraciones de sus países de origen; ya que cada familia simboliza su cariño y siendo capaces cada uno con sus diferencias de poder exteriorizar un sentimiento, un valor o un don universal como lo es el AMOR”,…que indistintamente de la cultura y raza o del estatus económico o social debería resurgir y unir a las personas.
También se aparecía en Tonga una sencillez en los obsequios pero sobre todo el gran cariño que los envuelve lo que nos permite palpar y de lo que podemos aprender que lejos de los actos del consumismo y materialismo excesivo puede sobresalir y perdurar “el espíritu navideño puro y original”, mostrándonos sentimientos sinceros y genuinos y bien como nos narran las historias y experiencias de los viajeros a este remoto reino, última monarquía de la región: “En Tonga a diferencia de nosotros, no se compran regalos, ellos comparten talentos. No esperan a Santa en Noche buena, porque no existe y no usan arboles artificiales para decorar sus casas; ellos preparan sus corazones para la Navidad.”
Así, la Navidad puede ser el momento para redescubrir nuestra parte espiritual, revelando algún talento: cantando, bailando, recitando, cocinando o bien decorando, es decir dando de nosotros mismos lo mejor y sobre todo dispuestos a compartir y convivir. Hay también que recordar que no importa dónde nos encontremos en esta la Navidad 2023, esta fiesta es más que “dar y recibir…”, es un marco de armonía, paz y de poder estrechar los lazos de amor y comprensión, además de recargarnos de energías positivas y de un corazón alegre para también poder recibir felices posteriormente el Año Nuevo..
También podemos apreciar que tanto Tonga, junto con Samoa, Isla Navidad en Kiribati, ubicados en el Oeste del Océano Pacífico, al Noroeste de Australia, serán los primeros lugares en el mundo en recibir el 2024. Así a nosotros en el hemisferio Norte, nos queda un poco más de tiempo para pensar en ¿cómo quisiéramos pasar y celebrar esta Navidad 2023…? Ya la mera sí concordamos que muy….”Felices…!”y para poder lograrlo, es bueno detenernos un poco, respirar profundo y recordar el por qué existe la Navidad, entonces viajaremos en nuestra mente y también en nuestros corazones hacia el verdadero origen de la Navidad para alegrarnos con cosas más sencillas, agradeciendo por lo mucho o poco que tenemos y más allá de los obsequios costosos alegrarnos por estar con buena salud y ánimo, con un techo, comida y rodeado de nuestros seres queridos que nos aman y aceptan tal como somos…y que nosotros podemos amar…y entonces podremos experimentar y vivir “ Momentos navideños muy felices….”en cualquier parte del mundo en que estemos y poder transmitir esta dicha…
Feliz Navidad 2023 para todos y todas!
P.S: https://www.traveler.es/viajeros/articulos/por-que-nos-ponemos-tristes-en-fin-de-ano-que-es-blues-de-navidad-como-combatirlo/16976 http://vidaglam.blogspot.com/2011/12/un-poco-de-tonga-en-navidad.html
https://www.excelsior.com.mx/global/2017/12/31/1210824