Crisol Internacional: “Mongolia… El legado de Gengis Kan…”
En el panorama internacional existen muchas naciones reconocidas por sus tradiciones, su folklor, sus paisajes naturales, sus riquezas culinarias, su poder económico, tecnológico o científico, sus monumentos y hasta por sus deportes; pero aún hay muchas naciones poco exploradas y por lo mismo muy atrayentes para el trotamundos real o imaginario. El continente asiático se integra por 48 naciones, una superficie de aproximadamente 44,936,000 km² con más de 4.4 miles de millones de habitantes, hechos que lo convierten en el continente más grande y poblado del mundo, enmarcado por cadenas montañosas grandiosas como lo son los Montes Urales y los Himalaya.
Asimismo, históricamente Asia ha sido la cuna de grandes civilizaciones, comprendiendo además vastas zonas de innumerables confrontaciones bélicas entre grandes imperios y dinastías, que abarcaron desde Mesopotamia hasta el Reino Persa, o desde la India a China, sin olvidar la casta Meí en Japón. En la actualidad este inmenso continente sigue siendo un foco de atención en las noticias internacionales debido al eterno y agotador conflicto en la Franja de Gaza, que divide Israel de Palestina, la alarmante situación en Ucrania, al Suroeste de Rusia, que lucha por su independencia en un conflicto que se ha prolongado y agudizado, costando incluso vidas ajenas como los casi trescientos civiles muertos, durante el derrumbe del avión de pasajeros de Malasyan Airlines y también hay que mencionar la sanguinaria y tediosa guerra civil en Siria.
A pesar de estos dolorosos acontecimientos que han retenido el interés de muchos medios de comunicación y la opinión pública, existen en Asia naciones tan desconocidas y casi olvidadas por el mundo como lo es al parecer Mongolia, ubicada al norte de China y al Sureste de Rusia, en la parte Central de Asia. Mongolia es uno de los veinte países más extensos del mundo, abarcando una superficie de aproximadamente 1, 565,000 km², cubierta de vastas estepas, altas montañas y el gran Desierto del Gobi. Similar a algunas zonas de África del Norte, Mongolia aún cuenta con una población nómada y semí-nomáda significativa y en lo referente a sus etnias dominan en número los mongoles y los kazajos túrquicos representan una minoría. Curiosamente y quizás para sorpresa de algunos, es justo en Mongolia dónde la religión mayoritaria es el Budismo tibetano, el más puro en su expresión. Tanto política como históricamente Mongolia resulta ser una país realmente fascinante, ya que constituyó un magnificente imperio durante más de 20 siglos, obligando prácticamente al pueblo chino a amurallarse en defensa del poderoso invasor de la dinastía legendaria de los Shanyu, construyéndose por eso la Gran Muralla China.
Sin embargo, como en muchas otras regiones del mundo, Mongolia, políticamente no siempre ha estado unida, sino por lo contrario, dividida y repartida en muchas tribus guerreras, hasta que ocurriera un hecho singular a principios del siglo XIII, con la muerte de un notorio líder tribal Temuujin, lo que causó que su hijo Esugey Baatar, con apenas 13 años lo sucediera como jefe tribal, sobresaliendo después por sus cualidades como guerrero valiente y hábil negociador para ganarse fieles aliados e impulsado por el recuerdo ver saqueada su tribu y tras morir su padre, supo disciplinar a su pueblo y unificarlo y tener bajo su mando a los 25 años a todos los mongoles e iniciar la conquista de todos los territorios a su alcance, engrandeciéndolo enormemente desde Asia central y norte, hasta la parte europea de Rusia para convertirse en el legendario rey Gengis Kan. Muchos siglos después, al haber formado Mongolia parte de la Ruta de la seda, sufriendo entonces el dominio chino sobre su territorio y ya entrando a la era moderna, Mongolia se convirtió bajo la influencia de las fuerzas socialistas soviéticas durante el Estalinismo de la década de los años treinta en la República Popular de Mongolia, desarrollando su propio modelo económico y social para más tarde, y en sintonía con el movimiento separatista e independista de los años noventa, continuar nuevamente como Mongolia para recorrer un largo camino hacia la libertad y modernidad para sus casi tres millones de habitantes.
Durante las últimas dos décadas Mongolia se ha abierto al mundo globalizado a través de sus representaciones diplomáticas en más de cuarenta países, incluyendo a México, así como también apoyando la firma de muchos tratados internacionales, Sin embargo, Mongolia es una nación con códigos de conducta sumamente estrictos y penas máximas como la aplicación de la pena de muerte en caso de actos de terrorismo, genocidio, violación, sabotaje, homicidio premeditado o atentados; al respecto no se encuentran datos oficiales ya que la información correspondiente está resguardada como secreta. En cuanto al rol de género, esta nación a diferencia de la mayoría de sus países vecinos cuenta con un alto índice de mujeres graduadas de las universidades que decididamente están conquistando puestos directivos como nuevas líderes, ganando mayores sueldos que sus parejas, lo cual ha generado un malestar y marchas de protesta en la población masculina en la ciudad capital de Ulan Bator, es decir que se observa un fenómeno de la emancipación a la inversa. La economía de Mongolia se basa en el petróleo, el carbón mineral, el cobre y la agricultura aunque limitada debido a las condiciones climáticas extremas que allí prevalecen. Actualmente y tras resolver su deuda externa con Rusia existen más de 10,000 empresas privadas en una nación de reciente industrialización con buenas perspectivas, ya que es una de las pocas naciones que crecen a una tasa mayor del 10% anualmente. Respecto a sus riquezas naturales, Mongolia cuenta con reservas naturales, como el Parque Nacional Gurvan Saichan, donde se localizan los hallazgos y descubrimientos más grandes de huesos de dinosaurios en el mundo, que quedaron expuestos debido a un proceso de erosión natural sobre formaciones de arenisca. Mongolia también tiene también glaciales en medio del desierto, fuentes termales, lagos, cascadas y la duna más inmensa de la Tierra con una extensión de 120 km a lo largo, 30 km de ancho y 200 metros de altura.
Desde la muerte de Gengis Kan, Mongolia ha pasado por cambios significativos, múltiples reformas, apertura económica y cultural entre Occidente y Oriente, tratando de conservar su patrimonio natural y las tradiciones que comparte con la humanidad, como son: la tradicional cocina mongol que junto a su bebida nacional, el „Airag“, elaborada a base de la muy nutritiva leche de yegua, así como también otros productos lácteos como los quesos, jocoques, natillas y también muy parecido a las rancherías de Baja California Sur, la carne notablemente seca como provisión para los largos viajes por la estepas y el desierto, que allá se conoce como “Borts” y aquí como Machaca. Otra línea paralela cultural con Baja California Sur es la baja densidad poblacional en Mongolia de sólo 2 habitantes por km², siendo de hecho es la más baja de todo el mundo, permitiendo mucho espacio para meditar, crecer y encontrar un desarrollo harmonioso entre la moderna vida urbana y la naturaleza y así conservar el legado para futuras generaciones de su valiente guerreo, el Rey Gengis Kan.
P.S. Útil referencia para corroborar datos: https://www.cia.gov/library/publications/the-world-factbook/geos/mg.html, http://www.bbc.com/news/world-asia-pacific-15460525,
Fascinante y elocuente obra “Historia secreta de los mongoles, la vida de Gengis Kan.”