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Crisol Internacional: “Principios y Propósitos de Año Nuevo- Penrhyn”

Escrito por Andrea König Fleischer en Viernes, 01 Enero 2016. Publicado en Crisol Internacional, Cultura, Sociedad

Seguramente con motivo del Año Nuevo varios lectores desearían aprovechar el tiempo libre e irse lejos, muy, muy lejos para empezar el 2016, y especialmente para hacer  cosas diferentes y ser mejores; aspiración que se relaciona también con la idea de revisar y renovar  principios y propósitos para un mejor comienzo de una nueva etapa en nuestras vidas.  Para muchos, algunas de las reglas de la vida se forjaron desde nuestras cunas y hogares, a la vez que otras las fuimos adquiriendo literalmente sobre la marcha durante nuestro desarrollo y contacto cotidiano con el mundo. Así, la historia personal de cada uno de nosotros ha generado una plataforma  de buenas intenciones, voluntades y el deseo natural de querer cambiar las cosas para bien…

Quizás encontrando un sitio tan remoto sobre la Tierra como el que en esta ocasión con nuestra imaginación  vamos a visitar, el Atolon Penrhyn que pertenece de las Islas Cook, las que están situadas en el Sud Pacífico, pueda representar justo este anhelado nicho espiritual para la introspección personal. Lejos de todo bullicio y de muchas distracciones y también lejos de aparentes amenazas y peligros que acechan al resto del mundo y en donde quizás podamos recobrar la fortaleza y la  paz interior que tanto nos hace falta para seguir adelante. Penrhyn, conocida también bajo el exótico nombre Maorí de Tongareva  (“alejada desde el Sur”)  o  “Te Pitaka” (el “circulo”) por su peculiar forma,es un atolón, es decir un arrecife coralino anular con una laguna  en su interior que se comunica con el mar a través de pasos estrechos y es el más alejado y referente de las Islas Cook, ya que se encuentra a una distancia de más de 1300 km de su capital Rarotonga (Islas Cook) que políticamente pertenecen a Nueva Zelanda en Oceanía. Penrhyn debe su nombre al ser descubierto a fines del siglo XVIII  en 1788 por el Capitán inglés W. Sever  a bordo del barco llamado “Lady Penrhyn”, cuando  transportaba convictos británicos, en su mayoría mujeres a Australia. El atolón cuenta con una de las lagunas más extensas de la zona que cubre una amplia superficie de 280 km², comparativo con aproximadamente el doble de la extensión de la Ciudad de Guadalajara, siendo por ello una de las más grandes del Pacífico Sur. Las tierras emergidas  del atolón en contraste abarcan solo una superficie  un poco mayor  de 11 km², espacio limitado pero suficiente para detenerse y meditar un rato en “tierra firme” o si no, abordo a través  en uno de sus tres pasos navegables, principalmente cruzando el escollo, de Taruia ubicado en las coordenadas (9° de latitud Sur y 158° de longitud Oeste y justo a 9° del Ecuador), locación exacta que ha sido usada y se sigue siendo  utilizada por muchos marineros como punto geográfico de referencia  para calibrar sus instrumentos de navegación siendo este un sitio reconocido de precisión náutica y de apoyo para poder navegar por las  vastas y complicadas zonas de Oceanía.

Curiosamente y en forma similar a la historia de la Bahía de la Paz en Sudcalifornia, ahí también se cultivaron  y cultivan perlas, pero no blancas, sino negras que siempre han sido por su rareza muy apreciadas por  los finos centros joyeros de Oriente y Occidente. Su escasa población hospeda actualmente menos de 250 habitantes que viven principalmente del cultivo de perlas, de la pesca y de los servicios turísticos marinos. Los artesanos locales también tejen elegantes sombreros de hoja de palma y sorprendentemente el diminuto atolón cuenta con un servicio postal propio que emite uno de los sellos  atesorados  por sus visitantes coleccionistas y  especialmente por navegantes de todo el mundo que arriban justo ahí para descansar, soñar y re-encontrar su rumbo…

Desde el aire volando de Rarotonga, Penrhyn luce espectacular desde cualquier ángulo, especialmente porque se puedan apreciar sus  hermosos arrecifes  coralinos y su extraordinaria y famosa laguna de aguas turquesas y cristalinas, cuya tercera parte está cubierta de concha de Madre Perla Negra, que a su vez representa una de sus principales fuentes de ingresoA pesar del progreso, de las enormes  distancias desde  prácticamente cualquier punto geográfico y de las limitaciones  de su espacio, en estas fechas decembrinas, sus habitantes organizan convivios y festivales ancestrales en sus playas, que llaman orgullosamente los “Juegos Navideños”, limpiando sus pequeñas aldeas, cocinando y bailando juntos, muchos de ellos en pareja, que antes se separan por una semana “las mujeres hacia Poniente y  los hombres hacia Oriente” llevando y mudando todas sus pertenencias y reencontrándose después para celebrar juntos y con su comunidad. La hospitalidad de sus habitantes es grande y las familias están dispuestas a recibir con gusto y agrado a los visitantes, ejemplo de ello es la familia Soa quien aloja a los huéspedes en su cabaña  y organiza excursiones hacia las  granja de perlas, o bien a bucear y maravillarse con los tiburones “punta negra” que andan merodeando la zona o quizá emprender otras increíbles aventuras en este remoto paraíso isleño. Penrhyn, a pesar de su pequeño tamaño y como ha sido y sigue siendo el caso de muchas islas, especialmente en el Sud Pacífico, sirvió durante la Segunda Guerra Mundial de base para militar    para   tropas norteamericanas por  cuatro largos años, construyéndose entonces, una pista aérea de 3 km de longitud como ruta alternativa y de apoyo para el abastamiento con provisiones desde Hawái vía Australia y Nueva Zelanda en caso de hostilidades en esta zona del Pacífico Sur. Así el legado de “Lady Penrhyn” ha sido a la fecha un descubrimiento fascinante, permitiendo un asentamiento humano que se fue consolidando a través de los siglos, preservando algunas de sus costumbres originales, superando tempestades naturales, el imperio colonial, la opresión de  la esclavitud y  la re-integración de los ex convictos, creando un nuevo sueño de libertad en un entorno mágico y ecológicamente prístino. Ahora bien, alcanzar este sueño no es fácil, ni por su distancia tampoco barato, habiendo vuelos con Air Rarotonga desde las Islas Cook que tardan alrededor de cinco increíbles horas de vuelo  sobre las maravillas naturales del Sud Pacífico. Otra opción son los viajes que ofrecen los valientes capitanes de las Islas Cook en embarcaciones menores, circunnavegando  las islas para llegar finalmente  a Penrhyn.

Como sea, el atolón es  un recinto casi prodigioso y así como este lugar hay otros y algunos a nuestro alcance en nuestra increíble Sudcalifornia  que nos puedan ayudar a reafirmar los principios de la vida  y tomar buenos propósitos, como cuidar la salud y ser más pacientes y tolerantes  con  los demás, hacer un nuevo amigo, aprender un nuevo idioma o baile, leer por lo menos un libro al mes… y  otras buenas intenciones que puedan nacer cada día en cualquier momento dentro de NOSOTROS mismos, independientemente del comienzo de un AÑO NUEVO…

¡LO MEJOR PARA TODOS HOY Y TODOS LOS DIAS DEL 2016!




P.S. http://firstfleetfellowship.org.au/ships/hms-lady-penrhyn/

http://www.cookislands.org.uk/penrhyn.html#.VoK60IIX3cc

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