Crisol Internacional: “Todos podemos ser Florence Nightingale”
En vísperas de las tan anheladas fiestas decembrinas y del fin de año nos pueden invadir muchos sentimientos, tanto de alegría como de nostalgia, o bien de renovación espiritual y melancolía, que por instantes puedan ser reflejos de nuestros pensamientos más íntimos. El mes de Diciembre definitivamente simboliza una época de antiguas tradiciones religiosas y también fiestas paganas y ahora una gama de nuevas costumbres mundanas y lamentablemente cada vez más comerciales y consumistas, que sin duda al enterarse de estas conductas a veces casi compulsivas, el mismísimo Santa Claus se quedaría perplejo de tanto derroche, sacrificio económico, desgaste físico y también emocional. Algunos, y particularmente los medios de comunicación lanzan en estas épocas campañas muy astutas, diciendo que es el tiempo de ayudar…Pero pensándolo bien, después de ya haber dado ocho vueltas completas alrededor del mundo durante este año, visitándolo a través del Crisol Internacional y haber descrito a más de treinta diferentes países con sus culturas y costumbres respectivas; la ayuda que damos de corazón no debería estar sujeta a ninguna época del año, ni tampoco a una edad, género, raza o clase social en particular. Abundan los ejemplos de personas verdaderamente altruistas y bondadosas a lo largo y ancho de la historia de la humanidad. Sin embargo, el tema de la verdadera caridad, que hoy nos ocupa, es un fenómeno que rara vez se da y que se manifestó más a fondo después de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y sus tremendas consecuencias y crisis humanitarias. En la actualidad, cuando se habla de este tema, por lo general consideramos la creciente e incansable labor de cientos de organizaciones no gubernamentales, conformadas por miles de voluntarios y manos solidarias, así como también recordamos a fundaciones, universidades, grupos religiosos empresas y a algunos personajes muy generosos como la Madre Teresa de Calcuta, Mahatma Gandhi, Andrew Carnegie, John D. Rockefeller hasta llegar cronológicamente a Bill Gates y también, a algunos artistas que han donado cuantiosas sumas para socorrer a las personas necesitadas en las zonas más afectadas por crisis y miserias alrededor del mundo.
Ahora bien, el altruismo, considerado como una “atención desinteresada al prójimo”, tiene muchos rostros y hay uno casi olvidado y poco conocido en el mundo actual que es el motivo del Crisol Internacional de hoy y es la ejemplar enfermera inglesa Florence Nightingale, pionera de la enfermería profesional moderna. A pesar de que ella provenía de una familia adinerada, renunció a los privilegios y la comodidad de su clase que podía tener todo, optando por luchar por su independencia y en contra de los convencionalismos sociales en una época cuando el movimiento femenino aún estaba lejos de formalizarse a medianos del siglo XIX, para alcanzar una profesión en beneficio de la humanidad. Florence no solamente logró de introducir innovaciones técnicas en el hospital de caridad de Londres donde trabajó, sino también capacitar y organizar en Constantinopla todo un ejército de 37 enfermeras voluntarias durante la Guerra de la Crimea, basándose no solamente en sus excelentes conocimientos médicos, sino sobre todo en buenos sentimientos, un noble carácter, una inquebrantable voluntad y un espíritu de lucha por querer cambiar las cosas. Con un rigor científico Florence empezó a crear gráficos circulares o “coxcombs”, parecidos a las gráficas de pastel que mostraban estadísticamente los riesgos de las enfermedades, hecho que posteriormente, en 1860 la distinguió como la primera mujer socia- fellow- de la prestigiada “Statistical Society” de Inglaterra. Asimismo, publicó en 1859 las Notas de Enfermería, obra clásica de esa disciplina y estableció además salas de lecturas para los enfermos y un sistema de comunicados a través de cartas con los familiares que ella personalmente coordinaba. Durante aquellos meses Florence expresó en sus notas que “esta pobre gente muere sin nadie haga nada por salvarla: los enfermos asistan a los enfermos y los moribundos a los muertos.” Líneas que nos invitan nuevamente a reflexionar a fondo sobre nuestra propia actitud y sensibilidad hacia el prójimo durante tiempos difíciles, y quizás nos pueda motivar de no esperar hasta que haya una situación emergente para brindar verdadera ayuda a alguien que lo necesite, y actuar de corazón y por el gusto de querer hacerlo…y por mínimo que sea nuestro esfuerzo, esto pueda marcar la diferencia.
Cuando Florence Nightingale consiguió mejoras sanitarias sobresalientes en algunas clínicas en Turquía durante aquella devastadora guerra, enfrentó muchos prejuicios de los médicos militares y a la pobreza de medios y fondos con que el ejército contaba y con los que solía tratar y curar a los soldados heridos. Ella ayudo a sanar no solamente heridas físicas sino también emocionales, lo cual le generó a su regreso a Londres la simpatía y el apoyo de la Reina Victoria, mujer a su vez muy determinada y emancipada para la época, quien la respaldo en su lucha por reformar las leyes de sanidad pública tanto en Inglaterra como en la India colonial, dejando así un legado admirable para futuras generaciones no solamente de médicos, enfermeras, pacientes y trabajadores de la salud, sino para todos nosotros en búsqueda de ideales en un mundo tupido de ilusiones, espejismos y superficialidades. La vida de Florence fue indudablemente ejemplar, muy plena y afortunadamente muy larga, dejando más de 200 escritos en torno a la salud, enfermería y cuidados médicos básicos que han sido la luz en el camino para innumerables generaciones y más aún, un ideal a seguir e imitar en cuanto a sus buenos sentimientos, completamente altruistas y generosos, extendiendo sus manos a lo largo de sus 90 años de vida, lo que nos lleva a un solo pensamiento: ¿Podemos ser todos Florence Nightingale? o tenemos que esperar que pase algo extraordinario…
P.S.: Para datos biográficos http://www.londresweb.com/florence_nightingale_londres.htm
La línea del tiempo de la filantropía http://www.nptrust.org/history-of-giving/timeline/2000s/
Gente como tú y yo que han hecho la diferencia con su actitud: http://www.recreoviral.com/reflexion/personas-altruistas/