Crisol Internacional: “Un slow down perfecto, Seychelles…”
Cuando el mundo entero está como ahora, sometido a un momento de crisis y a una forzada transición estática, lo que para algunos el simple hecho de aislarse mentalmente por un rato puede generar un efecto relajante y de paz mental.; siendo el tiempo ideal para poder reflexionar, meditar y reorganizar internamente nuestras vidas y para valorar en todo momento LO QUE TENEMOS y también re-pensar y re-organizar A LO QUE QUEREMOS LLEGAR en un periodo razonable. La Pandemia del COVID-19 indudablemente trajo un “slow down” (Ve más despacio) o por lo menos “slow motion” (Movimiento lento), para la humanidad que se debe adaptar a un nuevo estilo de vida: el del “slow living” (Vivir despacio). Esta idea sobre nuestroactual ‘’modus vivendis” se ha estado promoviendo ya desde cuarenta años y consiste en bajarle el ritmo y la intensidad a nuestra vida para alcanzar un mayor bienestar físico y mental. Bien afirman los terapeutas que: “Vivir lento, o más despacio, no quiere decir vivir mal y mucho menos de manera irresponsable, sino prestar más atención a cada instante y a la vez poder disfrutarlo.” Paradójicamente el confinamiento temporal en casa por la Pandemia del COVID-19 ha elevado los niveles de ansiedad en muchas personas, pero a la vez es también la oportunidad real y tal vez única para aprender a combatirla…
Kurt Vonegut, crítico escritor norteamericano y autor de grandes novelas como el “Matadero 5” y “Desayuno de Campeones”, dijo una vez: “No existe el orden en el mundo que nos rodea, debemos adaptarnos al caos” y por más drástica y amarga que suene esta cita, guarda su grano de verdad, porque en tiempos históricamente difíciles la humanidad ha tenido que adaptarse a los nuevos escenarios, muchas veces llenaos de carencias y sacrificios y a la vez ha tenido que superar retos inimaginables en diferentes momentos históricos. Esta adaptación o ajuste incluye también y especialmente el ritmo y la velocidad con la que nos movemos, experimentamos y vivimos. Para entender esta idea con un poco más de claridad, imaginémonos una película documental de la naturaleza tomada en cámara lenta: desde el acercamiento, el enfoque o encuadre necesario moviendo muy lentamente con el “zoom”, la posibilidad del congelamiento de la imagen y finalmente soltarla para ponerla en acción de nuevo. Ahora bien, si nosotros nos volvemos protagonistas de esta película, podríamos ver y observarnos con más detalle y trabajar así en nuestro presente, concentrarnos en el ahora y también en el aquí para disfrutarlo más conscientemente y estar mejor preparados para el mañana y nuestro futuro.
Indudablemente existen lugares en el mundo que ayudan a reforzar este efecto positivo de una vida más tranquila y sin duda las bellas Islas Seychelles, un complejo insular de 115 islas ubicadas en el Océano Índico, frente a las costas de África Oriental al Norte de Madagascar son un sitio ideal para recuperar la calma y nuestro equilibrio. Las Seychelles cuentan con extensas playas de arena blanca, una naturaleza prístina, arrecifes de coral, así como un gran abanico de reservas naturales que albergan especies exóticas como las tortugas gigantes de Aldabra que pesan casi un cuarto de tonelada, especie endémica que junto con otras tortugas nativas, como la más pequeña del mundo, la especie Sooglossus gardeneri que tan solo mide entre 9 -12 mm de largo. Sus crías por ello son casi invisibles ya que nacen de solo 1.6 mm de largo y que actualmente son objeto de un programa de cría y reintroducción por la Asociación de Protección de la Naturaleza de las Seychelles. Tal parece que estas hermosas criaturas con un místico aspecto prehistórico y su singular caparazón protector, símbolo de longevidad y en algunas culturas emblema de la triada de tierra-humanidad- cielo, representan a la perfección la idea del “slow down”, con sus movimientos suaves y lentos y a la vez decididos como para darnos una señal…
Desde el momento de su las primeras exploraciones emprendidas porlos portugueses en 1505 por las mágicas Seychelles se es conocen como un verdadero paraíso tropical. Las islas conservan su belleza natural, con hermosas playas y un mar con excelentes condiciones para los aficionados del buceo. Además de su clima que es tropical y benévolo con temperaturas que oscilan entre los 25 y 30 °C, mientras que durante el invierno se registran copiosas lluvias alimentadas por los vientos del Monzón. Hoy sin duda Seychelles es uno de los destinos turísticos más privilegiados del mundo y sus más que 90 mil habitantes reconocen su valor y potencial y lo expresan a través de su Constitución Política que manifiesta en su preámbulo:”AGRADECIDOS …por habitar uno de los más bellos países en el mundo; SIEMPRE CUIDADOSOS de la naturaleza única y la fragilidad de las Seychelles… [declaramos nuestro compromiso inquebrantable] de ayudar a preservar un ambiente funcional, sano y seguro para nosotros mismos y la posteridad”… Lo que tal vez para algunos puede sonar como una proclamación ecologista, es para sus nativos un voto sagrado y ha tenido su justa recompensa ya que en estos tiempos de pandemia mundial, los arrecifes de coral de Seychelles, al igual que algunas de sus especies más curiosas y carismáticas como lo son las ranas más pequeñas que una uña, los cangrejos terrestres del tamaño de un gato o sus escorpiones con brazos como de una mantis religiosa se encuentran en plena recuperación dándonos esta proyección de “Un slow down perfecto” para nosotros y para la naturaleza que bien debería imitar el hombre para reconocer que “la felicidad no está en otro lugar, sino en este lugar; no en otra hora, sino en esta hora”, como bien lo decía el escritor y naturalista Walt Whitman….
P.S.: https://lamenteesmaravillosa.com/slow-life-otra-manera-de-ser-feliz/
lhttps://www.seychelles.travel/en/
http://cienciauanl.uanl.mx/?p=8263
https://www.ngenespanol.com/naturaleza/isla-espacios-naturales-especies-seychelles/