
Mi nana

Mi nana, una bella gitana, leía las estrellas
 y en la silla azul se le apagó la luz 
 cuidando una de ellas,
Mi nana, mora callada y dolida 
 del frío de las madrugadas, 
 para no dormirse, le daba tortillas 
 a un par de ratones y les platicaba 
 de mundos distantes sin una palabra.
Una noche de esas,
 sus ojos bonitos, negros y amorosos 
 vieron consumirse el último destello
 de su hijo adorado.
 y la silla azul se vistió de llanto...
Por eso mi nana se fue...
A veces,                   
 su figura encorvada visita mis versos 
 y desde su silla dibuja mis sueños
 con cuentos gitanos de mundos distantes
 sin una palabra...







