Y seguimos pidiendo la palabra: TU MANO HECHA CUENCA
Tu mano hecha cuenca,
sabes el olor, lo reconoces:
es el mar aquí dentro.
Boca cuenca sedienta,
percibe la sal;
combina humedades.
Agua, lo único robado,
lo demás quedó
sobre la arena
cubriendo el verde-alga
blanco-concha
-púrpura.
Lo tengo, escucha el oleaje.
Noche de marea alta y
a pesar de la luna llena
nada hay que ver:
eso no lo permito.
Se robó el mar,
lo partió en dos
y lo guardó en el pecho.