Una leyenda mítica
Cuenta la leyenda que los dioses observaban con azoro los aconteceres últimos de la diosa Lu. Ella había decidido centurias atrás cambiar las comodidades del Olimpo para compartir las alegrías y sinsabores de los habitantes del lejano planeta Tierra. Allá enamoró a uno de sus habitantes como sólo los dioses pueden hacerlo, hizo que ese ser humano la idolatrara sin conocerla, distantes uno del otro se amaron sin tocarse. El cónclave de dioses veía que la diosa Lu y su plebeyo amante permanecían unidos por una tenue línea rojiza, invisible para los mortales, a través de la cual fluía un líquido que los alimentaba mutuamente y acrecentaba su amor. A la infinita distancia en que todo esto veían, los dioses descubrieron que la Diosa Lu se había trastocado en un raro ser, mitad diosa y mitad humana. Algún misterio encerraba ese planeta dado que otros dioses en el pasado remoto habían sufrido metamorfosis similares, en aquel entonces se les llamó allá sirenas y faunos.