Y seguimos pidiendo la palabra: LOS GIRASOLES
En la infinitésima caricia del tiempo sólo tú eres real
en ésta frágil pausa de aliento
de
diluir
tu voz
con magentas de azules lentos
sobre los girasoles
que sembré algún día
y que algún día
siempre renacerán
-por que la eternidad
los necesita-.
Y mi patio estará pendiente
De una sonrisa, cuando me vaya.