Y seguimos pidiendo la palabra: GÉNESIS
Habitas tu primera piel
en el íntimo naufragio del origen.
Esperas en el pulso terso del vientre
la luz que te consuma y conozcas así el tacto.
Escuchas, le das forma a las palabras con señas
Y torsiones, se te da el silencio en arrullo y enseñanza.
La palabra es para ti otro aliento, una manta distinta que te envuelve.
Devuelves voz con voz, y te alimentas, nombras lo que surge
Frente a ti y así dejas el mutismo en la garganta.
Entiendes el volumen, la repetición y la abundancia.
Te vistes con la piel que te acomoda, el hambre implica un velo
Distinto a la túnica del sueño, así el enojo, así la soledad
Pulida a fuerza del bullicio.
En las edades de la lengua conoces el oficio del silencio.