(FUENTE)
el mundo huele a orquídeas después que te has bañado
y tus hombros parecen rociados por cascadas
haciendo de su curva la esquina del verano
y es como si los poros de la tierra se abrieran
y andara constelado tu pelo de luciérnagas
dilatando en la noche un impulso animista
como si la pupila de un ángel despertara
y te viera cubierta por espíritus de agua:
un alto surtidor de brillos instantáneos
territorio de espigas llovidas con la forma
en que a mitad del sueño una estrella nos moja
(me gusta cómo hueles recién que estás bañada
pues sólo entonces puedo cerrar los ojos como
quien aspirara toda la brisa del océano)