A todas las personas nos ha tocado trabajar en equipo así sea una sola vez en nuestras vidas. A veces los miembros de esos equipos son inspiradores, se apoyan entre sí y nos estimulan a dar lo mejor de nosotros, mientras que en otras ocasiones nos hacen arrepentirnos con todas nuestras fuerzas de estar trabajando con esos “compañeros” de equipo, que se convierten eventualmente en enemigos de grupo.

Si te ha tocado trabajar en ambos tipos de grupo sabes muy a lo que me refiero. Prácticamente es una cuestión de suerte estar en un equipo donde todos están comprometidos con la causa -si tú no eres el encargado de juntarlo-. Si en la actualidad perteneces a un equipo de trabajo sientes que te restan más de lo que aportan, descubre cómo mantenerte positivo y sigue estas recomendaciones a continuación para que esa experiencia pueda llegar a buen término:

-Convertir el grupo en un equipo: algo muy importante para que todas las personas participen es que tengan bien claro el objetivo por el cual se encuentran reunidos. Ya sea para realizar un trabajo en la universidad en el que quieran sacar buenas notas o la presentación de una propuesta para conseguir un nuevo cliente para el trabajo.

Lo primero que deben hacer es estar comprometidos con ese objetivo y compartirlo todos para que se convierta en su visión colectiva. Una vez lo logran, dejan de ser un grupo con intereses individuales para convertirse en un equipo que trabaja como una unidad enfocados a cumplir una meta en común.

-Descubran sus fortalezas: si notas que el equipo en el que te encuentras no está funcionando, no tienes que ser el jefe para portar ideas valiosas. Puedes sugerir que se haga una reunión en la que cada persona exprese cuáles son sus fortalezas, para que se puedan dividir las tareas de la mejor manera.

Así, a las personas se le asignarán las actividades que mejor saben hacer, lo que subirá el nivel del trabajo final. No quiere decir que tengan que trabajar por separado, pero si cada quien se encarga de algo, el resultado será que todos trabajen en algo en lo que son bueno, lo que les da la oportunidad de sobresalir.

-Motivación: cuando haya momentos en que la moral del equipo esté decaída, es tarea de todos levantarla. También hay que recalcar que, si los demás no lo hacen, no debes caer tú también en el juego de ellos, sino apoyarte de tu voluntad para tratar de recordarle al equipo las razones por las cuales trabajan y tratar de ser la influencia positiva en vez de dejar que la negatividad te arrastre a ti.

Reitero, no es necesario que seas el jefe del equipo para liderizarlo. Una de las maneras más efectivas para motivar es dar el ejemplo y tener una actitud colaboradora, en vez de los reclamos y discusiones. También es bueno darles palabras de aliento, mira en Gananci un listado completo para que tengas suficiente material para estos casos.

-Comunicación: otro elemento que no puede ser pasado por alto es la comunicación. Sin este elemento es prácticamente imposible tener éxito como equipo. La comunicación es imprescindible para que todos los miembros sepan cómo se está desarrollando el proyecto y puedan tener una idea del estatus actual. Sin la comunicación el equipo no puede llamarse de esta manera ya que estarían actuando como individuos movidos por sus propios intereses.

Por otro lado, la comunicación también debe ser usada para expresar los problemas que puedan estar sacudiendo la estabilidad del equipo, las situaciones que no estén permitiendo que las actividades fluyan como es debido, entre otros.

Si existe un problema, la comunicación es el principio para resolverlo. Además. Esta herramienta no es solo para comunicar los pesares, sino también los éxitos de cada uno de los miembros para mantener la moral del equipo a un nivel adecuado, recordándole su fortaleza y capacidades para lograr los objetivos que se propongan.