Alteración de los sentidos
A cierta edad los sentidos nos empiezan a jugar malas pasadas. Creemos ver personas cuando en realidad son sombras, vemos sombras y realmente son personas. Creemos estar ante un individuo honorable y capaz pero resulta corrupto e inepto. Nuestro tacto nos indica una piel suave y tersa pero tocamos el cuero de un erizo. Creemos pisar terreno firme y nos hundimos en un fangal. Escuchamos buenas intenciones y son canto de sirenas. Pensamos que los gobernantes deben gobernar y lo que hacen a la perfección es desgobierno. A cierta edad se nos alteran los sentidos.