ASESINAN AL PERIODISTA MAX RODRÍGUEZ
El pasado viernes 14 del mes en curso fue agredido y muerto el periodista Maximiliano (Max) Rodríguez, conocido por su columna periodística “Es mi opinión” y sus reportajes sobre hechos violentos ambos en el periódico digital ´Colectivo Pericú´. La agresión tiene la marca del crimen organizado, sicarios con armas de alto poder a bordo de un auto desde el cual dispararon y escaparon a velocidad. El hecho motivó la condena de sus compañeros de oficio y de algunos gobernantes. Destaca la declaración pública de la Asociación de Reporteros Sudcalifornianos A. C (ARSAC) bajo la presidencia de Aracely Hernández que en algunas de sus partes señala:
“…Tal parece que la delincuencia goza de absoluta impunidad en México y en cada uno de los estados ya que cada día aumentan los delitos con violencia….Condena la ARSAC el crimen artero de nuestro compañero Maximino Rodríguez Palacios, su muerte enluta a una familia y al gremio periodístico de Baja California Sur….Inadmisible que las propias autoridades, sean federales, estatales o municipales, responsables de salvaguardar el orden público, se vean rebasadas por la delincuencia organizada, tanto en equipamiento como en trabajos de inteligencia. Lo que es peor aún: la abierta sospecha social de vínculos o nexos entre elementos de los cuerpos de seguridad y el crimen organizado….Lamentablemente los tres órdenes de gobierno han fallado a la sociedad en su compromiso y responsabilidad ante los ciudadanos, quienes demandan autoridades policiacas confiables y eficientes….”
Para muchos ciudadanos, incluyendo algunas autoridades, la larga cadena de ejecuciones observada desde hace varios años en la entidad no eran motivo de preocupación ya que representaban sólo “ajustes de cuenta entre criminales”. Hoy se puede constatar con este hecho y la muerte reciente de otros periodistas en el país, que los criminales al saberse impunes seguirán escalando su violencia hacia otros sectores y personas no ligadas a su comercio ilícito, sino que simplemente les resulten incómodos. Esa es la lógica a la que lleva la impunidad, si no hay castigo los delincuentes se tornan cada vez más prepotentes y agresivos. Mañana esos mismos criminales matarán a cualquier persona por cualquier motivo.
Que el gobierno repita que “se castigará a los responsables” resulta poco creíble si los cientos de crímenes violentos previos no se han esclarecido y muy probablemente no se esclarecerán. Ello no implica que la sociedad caiga en la resignación, por el contrario, se debe exigir a los responsables de seguridad y justicia el cumplimiento de sus obligaciones y “si no pueden con la inseguridad, que renuncien”, como dijo Alejandro Martí hace casi diez años.