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Ayuno… ¿Dieta o cura máxima?

Escrito por Maricela Chávez Gámez en Lunes, 22 Julio 2013. Publicado en Salud

Parece que excedernos en la comida durante las vacaciones, está disculpado. Ya que son días que se hicieron para comer carne asada, pizzas, sándwiches de pollo, comida rápida, churritos, papas fritas y cuanto mugrero se nos antoja, finalmente estamos de vacaciones y ya llegarán los días rutinarios para volver a portarnos bien.

Yo por supuesto he dejado las dietas rigurosas porque me convencí que solo las aguanto cuando mucho dos días, pero dos veces en mi vida he hecho ayunos, el primero fue en una época en la que intenté hacerme vegetariana,  claro que no pude contra la cocina del sureste de México, ser vegetariana ante una mesa de papadzules, cochinita pibil, escabeche oriental o panuchos fue algo que no pude soportar y hasta ahí llegó mi intensión. No me culpo por mi poca fuerza de voluntad, porque Yucatán tiene una de las cocinas más exquisitas de nuestro país y nadie inteligente iría con la boca restringida y como a mí me gusta ponerme de lado de los inteligentes, pues comí como marrano y abandoné mi vegetarianismo incipiente.

Mi segundo ayuno fue hace pocos meses y ayuné durante nueve increíbles días,  a base de sirope de salvia, logro máximo en mi vida de tragona que me hizo sentir  tan orgullosa del aguante de NUEVE días sin comer NADA que ni yo misma lo creía, pero sí, logré alcanzar ese reto a medias porque en realidad el proyecto era por quince días, pero igual, me felicité a mi solita, jamás creí que fuera capaz de no comer por un período tan largo para mi capacidad de estar a régimen. El asunto fue que me sentí tan maravillosamente bien, que ahora estoy agarrando valor y disciplina (que todavía no me alcanza) para repetirlo y en esos afanes conseguí un librito que se llama "Ayuno. La dieta máxima" escrito por el Dr. Allan Cott (editorial Diana, para aquellos  interesados).

En este libro puede encontrarse toditito lo que concierne al ayuno; te explica con piedritas las razones para que te animes a ayunar y proporciona la guía detallada de cómo y en qué condiciones puede hacerse, es más, te quita el miedo a no comer (por unos días) y pondera los grandes beneficios que el ayuno programado y bien hecho, le da al organismo, claro que debemos de considerar que practicar el ayuno puede verse así como si fuera un deporte extremo, es decir, no se debe de hacer sin estar seguros de que tu capacidad física y tu médico lo permiten.

De hecho es bien conocido que el ayuno proporciona beneficios asombrosos e inicia un mecanismo de sanación en el cuerpo, tan poderoso, que hay quienes aseguran que puede combatir muchísimas enfermedades como artritis, migraña, alergias y hasta cáncer pero dejar de comer nos resulta casi un acto heroico, si hacer dieta es difícil, hacer ayuno es peor y el primer enemigo somos nosotros mismos, es cuestión de que te pongas a dieta para tener más hambre que la normalita.

Voy a relatarles mi experiencia personal; definitivamente hacer ayuno aunque sea por poco tiempo requiere de algunas necesidades mínimo necesarias y la primera es que quien tenga hambre en casa se vaya a comer  fuera para no dar tentaciones, porque cocinar estando a dieta es una grosería, además se necesita prepararte mentalmente para la abstinencia y dormir  temprano para no recordar que tienes hambre.

A partir de las primeras 24 horas  el cuerpo empieza a manifestar cambios perceptibles nada graves que te hacen ver que vas en el camino correcto (la primera es que se te pone la lengua blanca), el Dr. Cott dice que es el primer síntoma de que estás echando afuera tus toxinas, y como se supone que ya te informaste correctamente, pues eso da mucho gusto y nos convencemos de que el esfuerzo traerá sus frutos.

Hacia el tercer día es cuando las personas poco convencidas del ayuno se rajan. El cuerpo pide a gritos las sustancias a las que es adicto: azúcar, carnes, harinas, cigarros, refrescos, alcohol, etc. Aquí no hay nada que hacer… todo es cuestión de amor propio o de (ya saben), pero en algo ayuda que te integres a un retiro o cualquier forma de aislamiento para evitar las tentaciones si tu plan contempla un ayuno prolongado, porque dice el texto que el día mas difícil es el cuarto cuando ocurre tu verdadera crisis porque tu cuerpo está en franco proceso de desintoxicación pero ánimo… A partir del quinto día de ayuno todo es felicidad, el hambre se te quita y la sensación de ligereza y flexibilidad, energía interna, disminución de molestias o padecimientos aún los crónicos y notable y patentizada mejoría general. ¡¡Felicidades!! Lo lograste (al menos la primera parte). A partir de este día se percibe energía sin precedentes y una descarga emocional intensa con un excelente y maravillosos estado de ánimo… ¡Ah!  jamás dormí mejor que durante estos increíbles días de ayuno voluntario. Yo continué hasta completar nueve días y francamente después de los primeros cinco ya lo que sigue es rutinario prácticamente porque hasta se me olvidaba comer, el apetito desapareció, adelgacé ligeramente, me sentí llena de energía y con excelente humor.

Llevándolo a cabo de manera adecuada, cualquiera puede percibir sus beneficios. Leí en alguna parte que lo mejor es realizarlo durante una semana, pero se de personas que son fieles a esta práctica y ayunan hasta por 40 días y aseguran que su estado de salud nunca es mejor que al salir del ayuno prolongado, como sea, el hecho es que no existe ninguna regla para el número de días de abstinencia alimenticia, desde un solo día a pura agua ya es beneficioso para el cuerpo, dos días ya se considera bueno ahora que si se es muy valiente cinco días serían maravillosos, ya hablar de períodos más prolongados tendrá seguramente que ver con las ganas y la convicción que se tenga al respecto. Pero mientras más se extienda, es importante extremar las precauciones, o de lo contrario el organismo puede sufrir graves consecuencias. Eso sí.

Rubén Bravo, quien es especialista en nutrición del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), recomienda tener en cuenta que el período de ayuno no supere las 48 horas, "ya que estamos sometiendo al cuerpo a niveles altos de abstinencia y debilidad, poniéndolo al límite de sus capacidades". Bravo recuerda que el ayuno está desaconsejado en diabéticos, hipotensos, hipoglucémicos, personas con obesidad grave, mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, menores de edad o en periodo de crecimiento, y gente mayor de 65 años y no olvidar que el ayuno no sustituye al tratamiento médico ni debe utilizarse para bajar de peso.

Sé que esto no es para todos y no debemos olvidar que la asesoría de un médico es importante y necesaria antes de aventarse a eso de no comer, pero si te animas, seguramente será una muy buena experiencia. ¡Suerte!

 

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