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Crisol Internacional: “El encanto semidulce de una ciudad, Budapest en el cine"

Escrito por Andrea König Fleischer en Viernes, 09 Diciembre 2016. Publicado en Columnistas, Crisol Internacional, Cultura

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A muchos de nosotros nos encanta ir al cine, saborear unas crujientes palomitas, percibir el ambiente y dejarse llevar por las emociones de suspenso, intriga, acción o romance. Seguramente también la mayoría tienen sus actores y géneros favoritos, pero muy pocos han sido los afortunados de visitar los lugares o “sets” de las filmaciones y justo eso para muchos representa un sueño que en esta ocasión se trata de cumplir con un viaje imaginario a la histórica y bohemia Budapest, capital de Hungría y sin duda, origen del buen cine internacional.

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Budapest desde tiempos muy pasados ha sido un núcleo comercial e intelectual de importancia en Europa Oriental, significativo también para el tránsito entre Oeste y Este, muy bella y culturalmente atractiva para sus visitantes. Budapest se originó como un asentamiento celta en los primeros siglos A.C., para después convertirse en una ciudad llamada Panonia, relevante y estratégica por su ubicación durante el Imperio Romano y con muchos adelantos de ese entonces como carreteras, anfiteatros, baños y casas con calefacción. Fue hasta el siglo IX que llegaron los primeros pueblos considerados como húngaros. Posteriormente durante el siglo XIII, la ciudad fue invadida por los mongoles y después paso por el dominio de los otomanos. Tras las invasiones y conflictos bélicos de alguna forma se podría haber considerado a Budapest como una ciudad cosmopolita durante la Edad Media, muy concurrida por numerosos comerciantes, viajeros y estudiosos de todo el mundo. Para principios del siglo XX Budapest ya se había convertido en una ciudad muy próspera, con una gran comunidad judía presente, llevando por ello el sobre nombre de la “Meca judía”. Bajo la monarquía de Habsburgo la ciudad se volvió capital gemela de Viena del Imperio dual de Austria-Hungría que duró hasta el término de la Primera Guerra Mundial cuando el país se volvió independiente, perdiendo entonces dos tercios de su territorio y de su población. La Segunda Guerra Mundial azotó a Budapest dramáticamente y los ataques aéreos del ejército británico y americano destruyeron gran parte de ella, mientras que el ejército nazi derrumbó los puentes y cometió el genocidio de miles de judíos y de civiles cuyas memorias no se han borrado de la historia y de la conciencia colectiva…

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A pesar de una historia intensa y trágica en algunas épocas, Budapest fue y sigue siendo el escenario de muchas películas de diferentes géneros, especialmente de las de guerra y del tema de espionaje. Sus edificios públicos antiguos, sus casas y calles muestran el rostro similar de muchas ciudades europeas, especialmente de aquellas lastimadas por las guerras las que a su vez reflejan un espíritu de fortaleza, lucha y sobrevivencia del terror, del Holocausto y de la destrucción masiva. Las historias reales o ficticias de la vida de sus habitantes de una generación se han contado una y otra vez como el recordatorio doloroso de un pasado oscuro e imborrable, pero necesario de ser narrado y recordado por el sufrimiento y los sentimientos más íntimos que pudo haber experimentado un ser humano bajo circunstancias extremas…

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Muchas de estas vivencias tristes fueron plasmadas a través del cine y tal vez su principal objetivo haya sido y sigue siendo el crear conciencia en un mundo lleno de confusiones y desafíos en lo social, político y económico. Bien es cierto que la magia del cine nos puede distraer y encantar y el fantástico “set” de Budapest puede causar perfectamente estos efectos en nosotros. Desde el punto de vista arquitectónico y de paisajes Budapest ejerce este peculiar hechizo al trasladarnos a otros tiempos como si fuera un viaje hacia el pasado, a veces dulce, a veces cruel y a la vez puede maravillarnos con su magníficos castillos, parques, jardines, fuentes y paseos o someternos a una eterna persecución por sus calles y callejones a través de una buena película de acción.

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Tal vez no se hayan dado cuenta hasta este momento, que la ciudad de Budapest aparece en muchas películas no solamente históricas, especialmente de intriga y espionaje internacional o bien de la época de la Guerra Fría, sino también como la perfecta substituta de Paris y Moscú para las películas de acción contemporáneas, ya que los costos de rodaje en esa ciudad son más bajos y los trámites más fáciles. Hungría de hecho es un país con una gran tradición cinematográfica, aportando figuras ya legendarias a la historia del cine mundial. Existe un anécdota de los estudios de Hollywood donde apareció un cártel con las letras “No basta con ser húngaro para hacer películas, también hay que tener talento”, evidenciando claramente la envidia de muchos hacia sus cineastas y del potencial de sus locaciones. El gran clásico de Ernst Lubitsch de 1940 “El Bazar de las Sorpresas”, inspirado en la obra teatral húngara Illatszertár, mantuvo a la ciudad capital como el perfecto escenario para los acontecimientos proyectados. Adolph Zuckor fue otro gran maestro del cine clásico con películas como “El Gran Gatsby” (1926), “Shangai Express” (1932) y “Superman” (1941), él emigró muy joven desde Hungría a California para convertirse en el fundador de los estudios de Paramount y fortalecer una nueva era del cine. Vilmos Zsigmond, director de fotografía de origen húngaro, trabajando al lado de Steven Spielberg fue galardonado por la Academia con el Óscar por su logro con la película “Encuentros en la “Tercera Dimensión” (1977). Así también Michael Curtiz, inolvidable director del cine clásico, nacido en Hungría, gozó de cinco nominaciones y se llevó la estatuilla por la épica “Casablanca”. Otras películas húngaras que han ganado un Óscar son “Mefisto” (1981) de Istaván Szabó y más reciente “El hijo de Saúl” como mejor película extranjera en este año. En fin, la lista de películas filmadas en Budapest es larga, muy diversa y realmente garantía de calidad: desde momentos fantásticos de “La Brújula Dorada”, dragones y caballeros en “Erargón”, a espías e intrigas “Soy Espía”, “Juego de Espías” a dramas y tragedias como “Múnich”, “La Duda”, “El Niño con la Pijama de Rayas” o tramas épicas como “El fantasma de la Ópera”, en las que todas revelan una visión de sus directores y productores, acompañado por el talento de sus actores e invariablemente realizadas en un escenario que lo hace creíble y ejerce en nosotros este “Encanto semidulce de Budapest” …

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P.S.: Sobre directores y películas de Hungría http://es.gotohungary.com/budapest-at-the-movies http://www.elespectadorimaginario.com/budapest/

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