Crisol Internacional: “Aquejada por el Hambre… Siria”
Todos nosotros conocemos la sensación del hambre, poca o mucha, cuando empiezan a “gruñir las tripas” como se dice en México y entonces nos invade la sensación de tener que comer algo, es decir sentimos apetito, que NO es lo mismo que percibir una carencia constante de alimentos y por ende la necesidad fisiológica de tener que ingerir algo. Sin embargo y al margen de las pasadas celebraciones del fin del año, en donde incluso hay excesos de alimentos, muy tristemente una gran parte de la población mundial conoce HAMBRE DE VERDAD. Según los estudios del Programa Mundial de Alimentos, el mundo aún es capaz de producir LO SUFICIENTE para alimentar a TODA la población mundial que ya suma siete mil millones de personas; a pesar de ello, uno de cada ocho habitantes del planeta va a la cama con hambre cada noche. En algunos países, uno de cada tres niños está muy por debajo del peso promedio por edad. Estas constantes se observan por lo general en países en desarrollo, donde el 13.5% de la población presenta un estado de desnutrición. Asia es el continente con la mayor cantidad de personas del mundo que padece hambre, dos tercios del total, a su vez, África subsahariana es la región con mayor prevalencia (porcentaje de la población) con hambre y ahí una persona de cada cuatro presenta desnutrición.
¿Por qué existe el hambre en el mundo? La posible respuesta es compleja y por lo general se asocia con la condición económica de las personas y países directamente afectados, o por lo que se conoce también como la “trampa de la pobreza”; es decir que la gente que vive en una situación de pobreza, generalmente no puede costearse suficiente comida nutritiva para ellos ni para sus familias. Esta difícil condición los vuelve más débiles físicamente y por ello menos capaces de ganar el dinero necesario que les hubiese ayudado a escapar de la pobreza y de una de sus consecuencias: el hambre. Esto no es solo un problema del día a día, ya que cuando los niños sufren de desnutrición crónica, esto afecta su desarrollo físico y mental y con ello su salud que ensombrece su vida, incluyendo, sus ingresos futuros y posibilidades, condenándolos a un verdadero círculo vicioso y a una vida de pobreza e irremediablemente el hambre. Otras posibles causas pueden ser la falta de inversiones en la agricultura o los efectos dañinos de los factores climatológicos como son los huracanes las inundaciones o las sequias, temas que bien conocemos en Sudcalifornia y también en otras partes de México ya que afectan directamente a las cosechas y a los pobladores. Otros factores son los mercados inestables y los problemas coyunturales de las economías nacionales, principalmente las emergentes. Aunado a lo anterior y de manera contrastante, el progreso y el bienestar, lamentablemente también han generado una notable tendencia hacia el desperdicio de los alimentos, especialmente en los países industrializados. Lo anterior se hace evidente si consideramos que aproximadamente un tercio de todos los alimentos producidos en esos países (1.3 mil millones de toneladas) NUNCA son consumidos y se desperdician siendo esto a la vez inconcebible, injusto y casi catastrófico para un futuro de todos no tan lejano…
Ahora bien, si le sumamos a este escenario literalmente “hambriento”, el constante drama de las guerras y los desplazamientos de refugiados alrededor del mundo, nos daríamos cuenta que los conflictos armados en cualquier región interrumpen de forma constante el ciclo de la producción agrícola, agravándose así más aún la actual crisis alimentaria internacional y ahora particularmente en Siria, azotada por una guerra civil desde hace ya cuatro años y que es desafortunadamente el perfecto ejemplo, ya que durante la guerra, los alimentos se puedan convertir también en armas y herramientas de tortura y en la historia de la humanidad tristemente abundan casos de esta índole. Los combatientes empiezan a obligar a sus adversarios a rendirse por medio del hambre, robando o bloqueando la comida y los pozos de agua, forzando así a la población a salir de los sitios seguros, rendirse o en el mejor de los casos y suertes poder huir lejos de las zonas de conflicto…
Hoy las acciones inmediatas de las agencias de asistencia humanitaria se han concentrado en hechos dramáticos que golpean particularmente a esta nación, dónde la mitad de su población, o sea más de 11 millones de sirios ya han huido de sus hogares hacia otras regiones, preferentemente a los países vecinos y a Europa Occidental; creándose con esto la más grande crisis migratoria internacional después de la Segunda Guerra Mundial. Esta crisis tiene muchos rostros y matices siendo una constante de ellos también el HAMBRE y el cómo procurar y financiar los alimentos necesarios para la población en guerra. Por ello, las necesidades de índole humanitarias siguen creciendo a un ritmo demasiado acelerado día tras día y no se ve en un futuro cercano el fin de los conflictos armados y mucho menos, ante las nuevas y constantes amenazas de terror y ataques violentos diseminados por el Grupo radical ISIS, no solo en Siria, sino alrededor del mundo entero. Antes del actual conflicto Siria era considerada como un país de ingreso medio, tierra de grandes imperios como lo fue el persa y el bizantino, hoy más del 50% de sus habitantes viven muy por debajo del umbral de la pobreza. Encima de todo, las recientes sequías en Siria afectaron sus mermadas cosechas en más de un 30%, incrementándose con eso también al 300% en promedio los precios del pan, alimento fundamental en la dieta del pueblo.
Siria comparte sus fronteras al Norte con Turquía, al este con Irak e Israel, otras naciones envueltas en constantes conflictos, así como por Jordania y Líbano al Sur, siendo limitado por el Mediterráneo al Oeste. Siria al fin del dominio otomano y antes de la Segunda Guerra Mundial surgió como un estado moderno bajo un mandato francés y durante décadas empeñaba un auténtico liderazgo en la región árabe. Más tarde el país se volvió una República Parlamentaria, justo el mismo día que se fundaron las Naciones Unidas (24 de Octubre de 1945) siendo miembro fundador. Durante la segunda mitad del siglo XX su población vivió días y años tormentosos de secuenciales golpes de Estado y revueltas. Desde hace casi cinco décadas ha estado gobernado por la familia Asad y hoy vive la peor guerra civil del nuevo milenio, dejando a su población oprimida y desprotegida, con HAMBRE DE VERDAD y un futuro totalmente incierto. Ante este precario escenario, la ayuda humanitaria y solidaridad internacional siguen siendo respuestas inmediatas que aún no logran recuperar la estabilidad y salud del pueblo sirio. Sin embargo nos dejan claramente una lección de la vida al valorar aún más nuestra tan privilegiada condición de poder contar con nuestro pan de cada día y afortunadamente NO “estar aquejado por el Hambre” …
P.S. Sobre el tema del hambre http://es.wfp.org/content/pma-que-causa-el-hambre
http://es.wfp.org/10-datos-sobre-hambre-en-siria
http://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/01/160107_siria_crisis_poblaciones_sitiadas_hambruna_wbm