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Crisol Internacional: “Australia y el Tiempo de los Sueños”…

Escrito por Andrea König Fleischer en Lunes, 17 Agosto 2015. Publicado en Cultura, Sociedad

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Hace aproximadamente un año el Crisol Internacional placenteramente viajó hacia Oceanía, especialmente ala isla más grande del mundo: Australia, donde pasamos “Un día de playa”. Hoy emprenderemos otra excursión a esa isla, pero mucha más intensa y misteriosa, moviéndonos  hacia  el interior de su territorio y especialmente hacia sus raíces más ancestrales, visitando a sus aborígenes, sus ritos y costumbres atávicas y un poco de su magia. Hablar de Australia,  es hablar “del  Sur” (derivado del latín australis)  o como se le refiere ahora en tiempos modernos del ”Down Under” y  sin lugar a dudas,  de un lugar  inconfundible y de una nación que siempre evoca el binomio del aislamiento geográfico y de particularidades que la hacen única, siendo una región ubicada y limitada por  las inmensidades de los grandes Océanos que la rodean: el Índico, el  Pacífico e incluso en cierto grado también del ya no tan remoto Océano Antártico. Australia simboliza para el trotamundos un reto y a la vez, un extraordinario encuentro con la naturaleza y con singulares especies como son entre otras: los canguros, koalas, cocodrilos, dingos y wombats, así como con paisajes extraordinarios enmarcados en tierras rojizas  que cubren infinitas planicies y que  cimentan impresionantes cañones o  extensas playas de  arena blanca que son un verdadero paraíso para los surfeadores y todos los amantes del mar y ni que decir de su Gran Barrera de Coral que es un paraíso para los que gustan del buceo. Asimismo, sus gentes son increíbles, muy hospitalarios, abiertos y divertidos y particularmente poseen un gran espíritu de conservación y un  orgullo de su legado cultural milenario …

Antropológicamente Australia aún guarda secretos para la humanidad, sin embargo según las investigaciones correspondientes,  las civilizaciones de sus aborígenes surgieron desde hace más de 40 mil años, probablemente son de las más antiguas que han poblado la Tierra. Estas impulsaron su subsistencia y desarrollo basados fundamentalmente en la caza y recolecta, recorriendo como nómadas grandes distancias y conservando una amplia tradición oral de relatos y canciones, guardando ya la vez trasmitiendo así sus valores espirituales, basados en la veneración de la tierra y especialmente en la creencia  del “Tiempo de los Sueños”; es decir la idea acerca de dos diferentes dimensiones paralelas del tiempo, una real de la actividad diaria y otra de un ciclo infinito espiritual, el “Tiempo del sueño” con valores, símbolos y leyes de la comunidad Aborigen de Australia que hoy se compone de por lo menos 400 pueblos de 11 diferentes grupos étnicos distribuidos en los territorios de esta enorme y especial  isla. Antes de la colonización por los europeos existían más de 250 lenguas nativas de las cuales se  han conservado únicamente veinte. Los aborígenes australianos aún cazan con lanzas y bumeranes, además  hacen música con un instrumento peculiar que se conoce como “Didgeridoo” o Yidaki, un largo tubo de madera con agujeros naturales hechos por las termitas que hace vibrar a los labios y que según las creencias de los aborígenes brinda una conexión espiritual y  cuyo sonido se ha popularizado para acompañar ritmos de jazz y pop en sus centros urbanos.

Interesantemente y parecido a los hechos históricos ocurridos en el pasado en  nuestra Sudcalifornia, los aborígenes australianos también hicieron pinturas rupestres plasmando imágenes que representan el sentido y el significado o credo del “Tiempo de los Sueños”. Estas pinturas sobre  rocas, cortezas y telas y en ocasiones también, aplicadas en la arena o en el cuerpo, simbolizan y representan una de las expresiones culturales más significativas de sus pueblos. A la fecha aún persiste el personaje “Bush Tucker”,  que elige especies animales y vegetales que permiten al hombre sobrevivir en la naturaleza, con un  conocimiento profundo y que forma parte esencial de su cultura aborigen. Asimismo, perdura la antigua costumbre de preparar alimentos asados sobre brasas o bien, envueltos en cortezas para ser entonces cocidos en hornos excavados en la tierra, modalidad ancestral que se ha popularizado últimamente en finos restaurantes gourmet de sus grandes ciudades como Sidney, Melbourne y su capital Canberra, denominado como “bushfood”, promoviendo así  tanto con los visitantes como con los residentes sus tradiciones culinarias ancestrales.

El  incansable viajero tiene muchas opciones en Australia y puede emprender exploraciones o el famoso “Outback” por las tierras rojizas”, es decir irse de “mochilero” y vivir la aventura plena en el Parque Natural  de Uluru-Kata Tjuta, ubicado en el Territorio del Norte, que peculiarmente cuenta con una  roca gigante, que  según  las leyendas constituye   y es el origen de sus aborígenes y que permite vistas panorámicas que son  verdaderamente espectaculares. Otra zona  atractiva es la región   de Kimberly que tiene un infinito horizonte cortado por cañadas secretas y quizás uno de los últimos rincones salvajes del mundo, donde se resguardan cuevas y pinturas rupestres que muestran las  mágicas figuras de Wandjina o  las imágenes enigmáticas de Gwion Gwion y sus comunidades aborígenes y que en conjunto comparten sus  leyendas con el visitante que se puede alojar en los llamados “Bungle Bungles”, peculiares casas de tierra en forma de colmenas. La región de Daintree ubicada en Queensland,  es la tierra de la tribu Wujal Wujal  que habitan la selva húmeda más antigua del Planeta poblada con especies únicas, especialmente aves muy raras y originales del mundo. Al Sur de Australia,  en Coorong el viajero podrá explorar la naturaleza a bordo de un kayak, atravesando lagunas hasta encontrar a la tribu Ngarrindjeri, cuyos  miembros son auténticos conocedores de la medicina tradicional, la comida ancestral y además excelentes ornitólogos. Un campamento en esta zona, contemplando un atardecer, alrededor de una fogata, gozando del aroma y sabor de un pan  rústico o “Damper” recién hecho,  seguramente seducirá el espíritu aventurero de cualquier aventurero. A su vez Gippsland en la provincia de Victoria está llena de historia de los aborígenes, los helechos gigantes que la caracterizan, brindan buena sombra para un paseo a lo largo de la costa y por los bosques de eucalipto para llegar finalmente a los sitios sagrados en el “Parque de Wilson Promontory”, admirando también ahí las tradicionales  artesanías y tejidos de palma en Bairnsdale y así concluir un recorrido milenario de ritos, costumbres y relatos en pleno siglo XXI, siguiendo así las huellas de las largas caminatas de la población aborigen en esta inmensa tierra que se llama Australia y que siempre permitirá un “Tiempo de los Sueños” para quien este dispuesto a explorar, valorar y  disfrutar  la singular  belleza de lo autóctono sobre la Tierra

 

P.S .: Para los aficionados de la música: https://didgerimbu.wordpress.com/2011/08/05/historia-del-didgeridoo-2/

Consejos de viaje: http://www.lonelyplanet.com/australia/northern-territory/uluru-ayers-rock/travel-tips-and-articles/77525

Para los viajeros alternativos: www.seitoutbackaustralia.com.au

 

 

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