
Crisol Internacional: “Cerca del paraíso, Isla de los Pinos”
Cada uno de nosotros guarda su propia imagen e ilusión de un paisaje paradisiaco y la mayoría tiene la visión de un lugar verdaderamente exótico con palmeras, cascadas, aguas cristalinas, playas vírgenes, un lugar de belleza natural que inspira paz y tranquilidad. Este tipo de imágenes mentales se usan en la psicología actual enfocado hacia el humanismo para “aportar perspectivas y propuestas para encontrar un sentido pleno a nuestra existencia y liberarnos de tensiones y sufrimientos…” y no cabe la menor duda que en los tiempos tan agitados que vivimos y atravesamos cotidianamente es indispensable cuidar de nuestra salud mental, base de la salud integral.
En ese contexto podemos visualizar imágenes creativas desde paisajes a rostros, animales y objetos que nos ayudan a activar a la mente y especialmente a la creación de obras artísticas e incluso impulsando avances técnicos y científicos. Como bien afirman algunos expertos: “Primero se visualiza, luego se realiza…”; primero es la imagen interna, luego el objeto externo y tangible. Bien y afortunadamente muchos de nosotros seguimos apreciando, contemplando y valorando a la belleza de nuestro entorno y mantenernos en contacto con la naturaleza otorga muchos beneficios para nuestra salud tanto física como mental y espiritual, como fortalecer el sistema inmunológico, ayudar a regular la presión sanguínea, prevenir enfermedades y sobre todo calmar la ansiedad y el estrés temas tan relevantes en la actualidad.
Siempre puede haber un genuino interés por conocer lugares muy remotos y poco conocidos, especialmente en vísperas de un Día Mundial de la Diversidad Biológica que se conmemora este 22 de Mayo bajo el lema de ”Armonía con la naturaleza y desarrollo sostenible”. Siendo el momento perfecto para reflexionar también sobre la variedad de los ecosistemas, es decir ríos, lagos, bosques, desiertos, paisajes que albergan múltiples tipos de interacciones entre sus miembros y componentes (humanos, plantas, animales). Asimismo, afirma la UNEP (Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente) que: “Los recursos de la diversidad biológica son los pilares sobre los que construimos civilizaciones. Así por ejemplo El pescado proporciona el 20 % de la proteína animal a aproximadamente 3 000 millones de personas. Más del 80 % de la dieta humana proviene de plantas. Hasta el 80 % de las personas que viven en zonas rurales de países en desarrollo dependen de la medicina tradicional vegetal para su atención sanitaria básica.”
Ahora bien, en el mosaico isleño del Océano Pacífico aún hay muchas islas sin explorar a detalles y más aún conocimientos profundos, como lo es de la Île des Pins, o Isla de los Pinos, ubicada en territorio francés de Nueva Caledonia, con una extensión de 152 kms² en ultramar, ubicado en el Suroeste del Pacífico que encajan perfectamente en esa imagen idílica del paraíso o por lo menos “Cerca del Paraíso…” Según las investigaciones documentales, especialmente la de los botánicos, la isla obtuvo su nombre por su abundancia de coníferas de la especie Araucaria columnaris, similares a los pinos. También se sabe que el legendario Capitán y explorador inglés James Cook, descubridor de la Gran Barrera de Coral y de la aclamada Tierra Australis (1770), la que visitó posteriormente en 1774.
Isla de Pinos ha sido topográficamente esculpida, con una altitud de 265 metros (870 pies) en el Pico Nga, que podría significar en las lenguas polinesias “un sentido objetivo o apelar a la verdad objetiva como una meta”, y es una región muy popular para el senderismo, gozando de una vista panorámica extraordinaria sobre el paisaje boscoso hasta sus playas prístinas. Además, existe la posibilidad de explorar las cuevas y cavernas de la isla, como la de la Reina Hortensia, para sumergirse en el pasado, su fascinante historia, llena de mitos y leyendas, disfrutando de un paisaje único con formaciones calcáreas y una vegetación exuberante.
Según los archivos históricos cabe recodar que ”la isla antiguamente fue una colonia penal”, pero hoy es una atracción turística, especialmente para los amantes de los paisajes poco conocidos y explorados de su interior y por ende de los destinos alternativos. Además, del turismo selectivo se puede comentar que la pesca alrededor de la isla permite el sustento para sus menos de 2 mil habitantes nativos de la etnia de los kanak, y el excedente de camarones y ostras que se destina incluso a la exportación.
Hablando de la biodiversidad sobre la faz de la Tierra, la Isla de los Pinos nos permite tomar esta respiración profunda y admirar sus pinos, conocidos como el Pino Kauri (Agathis australis) una conífera resinosa de la familia Araucariaceae, originaria de la Isla Norte de Nueva Zelanda. Para nuestra sorpresa este magnífico árbol alcanza en ocasiones los 45 metros de altura y un diámetro de hasta 7 metros, desafiando nuestra capacidad de asombro y desde luego invocando una cita del escritor escocés de la “Isla del Tesoro”,Robert Louis Stevenson” No es tanto por su belleza que el bosque reclama el corazón de los hombres, como por ese algo sutil, esa cualidad del aire que emana de los viejos árboles, que tan maravillosamente cambia y renueva un espíritu cansado". Así y tal vez en “Isla de Pinos” nos encontramos “Cerca del paraíso” o algo que creamos en nuestra mente pero que nos brinda un descanso y la anhelada tranquilidad…
P.S.:https://www.pressenza.com/es/2022/09/el-papel-de-las-imagenes-mentales/
https://www.unep.org/events/un-day/international-day-biological-diversity-2025
https://www.britannica.com/place/Ile-des-Pins
https://www.meteogiornale.it/es/2024/09/viajes-y-clima/viaje-a-la-isla-de-los-pinos-nueva-caledonia-maravillas-de-nuestro-planeta-2/