Crisol Internacional: “Donde canta el cucú…la Selva Negra…”
La magia y los misterios de los bosques siguen siendo fantásticos para muchos de nosotros y así hay algunos bosques verdaderamente legendarios e icónicos ubicados en varias regiones en el mundo, como son el Bosque Tropical del Amazonas, el Bosque Jiuzhaigu en China, el Bosque tropical Daintree, una miniatura del “Parque Jurasico” en Australia, también el Redwood Forest con las Secuoyas Gigantes en California, así como también la Taiga y el Sherwood Forest en Inglaterra, mítica guarida del célebre Robín Hood y por supuesto la enigmática Selva Negra ubicada al Suroeste de Alemania. Cada uno de estos bosques y parques naturales nos proporcionan oxígeno, belleza y poéticamente hablando un “alimento para el alma”…Bien afirman los científicos que:”Los árboles constituyen una tecnología natural increíble; generalmente llamados los “pulmones del planeta”, los árboles vivos de los bosques tropicales “inhalan” dióxido de carbono (CO2) del aire. Los bosques sanos limpian el aire y regulan el clima” Además, por todo el trabajo invisible que realizan como almacén de carbono sostienen la vida al beneficiar a las personas, a las plantas y a los animales.
Ahora bien, la legendaria Selva Negra o Schwarzwald en alemán, ubicada en el Estado de Baden-Würtemberg, cubre una superficie de 6000 kms²,rozando parte de Alsacia, los Vosgos franceses y también el Jura suizo, teniendo como frontera el río Rin que invoca desde su distintivo color “schwarz” (o negro en español), misterios aún no resueltos, quizás algo, ocultado y enredado entre las brumas de leyendas e historias. Sin embargo, es un paisaje increíblemente bello, especialmente durante el otoño cuando se cubre literalmente de “oro” por las hojas del espeso bosque caducifolio. Geográficamente su porción Sur es la más silvestre y montañosa y la mas popular entre sus visitantes que vienen de muchas partes del mundo, ya que además de su belleza representa porciones del carácter y gusto germano, como son las fachadas con entramado de madera, el jamón ahumado y diversas variedades de embutidos, vinculados con el icónico y distintivo reloj de cuco , el sombrero de cinco borlas o pompones rojos, que además representa el emblema de la región, además de la cerveza artesanal, el licor de cereza “Kirschwasser” y también el buen vino e indudablemente su inmensa naturaleza, ya que es el parque natural más grande de Alemania, declarado como Reserva de la Biosfera por la UNESCO.
Esta región posee fama mundial por los deportes de montaña que se pueden practicar en cualquier época del año; desde el senderismo, la bicicleta de montaña, hasta el esquí y también el kayak, canotaje, surf vela en sus lagos de origen glaciar con aguas de color azul profundo. Históricamente la Selva Negra representó durante el Imperio Romano una frontera natural del imperio y poderío contra los pueblos germanos como los Marcomanos y Suevos, posteriormente conocidos como suabos. A diferencia de muchas otras regiones que con el paso del tiempo y el progreso cambiaron sustancialmente la mayor parte de esta comarca aún cultiva y conserva sus tradiciones y costumbres, ya que en sus fiestas tradicionales muchas mujeres portan con orgullo sus trajes regionales y los típicos sombreros vistosos y pesados, llamados Bollenhut con grandes bolas rojas en sus extremos.
Viajar a la Selva Negra no es solamente s perderse en los senderos llenos de pequeñas maravillas naturales que su bosque espeso poseé tapizado por el musgo, bellotas, helechos y florecitas silvestres y que permite llenar los pulmones y el espíritu de aire puro y también el espíritu con buena energía y también hacer paradas en una de sus múltiples estaciones termales, como por ejemplo sonel muy clásico y elegante Baden-Baden, Bad Krozingen, Badenweiler, Bad Liebenzell o Bad Bellingen y darse un baño de puro “wellness” al estilo alemán con masajes, sauna, aromaterapias y la clásica fórmula que ya reconocían los romanos, “Sanam per aqua”, “Salud a través del agua”….
Durante este recorrido por la Selva Negra no podría faltar un apacible descanso acompañado con un rustico almuerzo en una de las típicas casas de campesinos que se distinguen por un tejado de faldón, gozando de un buen jamón y suculentas carnes frías con pan y mantequilla fresca, acompañado por un aguardiente de cereza y más tarde un café y probar la mundialmente famosa y muy deliciosa Tarta de la Selva Negra o Schwarzwälder Kirschtorte.
El viajero coleccionista también se podrá dar gusto al adquirir un reloj auténtico de cucú o una casita del tiempo Wetterhäuschen”, unas de las artesanías más tradicionales y genuinas que distinguen a la Selva Negra y a sus pequeñas aldeas que parecen sacadas de los cuentos de hadas. Este arte de fabricar “casitas del tiempo” quese ha ido traspasando por generaciones desde hace ya casi tres siglos; así como también los secretos del cortado, modelado, montaje y pintado han sido transmitidos entre las familias y jamás fueron revelados a forasteros y a pesar de los múltiples intentos de imitación y copia, ya que según los auténticos descendientes de los artesanos: “nadie ha igualado jamás el pintoresco encanto y la precisa mano de obra de los originales.” De hecho todo auténtico “Wetterhäuschen” está ensamblado, terminado y pintado a mano…
En fin que esta región es un paisaje de ensueño, que invoca también a los cuentos de hadas, las aventuras de espadachines, princesas y a uno que otro villano y por supuesto a los bromistas y traviesos duendes mágicos. Es la tierra del cucú, cuyo canto nos recuerda historias, aventuras y la belleza de la vida misma, y por supuesto nos invoca una frase memorable del escritor alemán Herman Hesse: “Dentro de ti hay una quietud y un santuario al que puedes retirarte en cualquier momento y ser tú mismo.”
https://cienciaybiologia.com/selva-negra/
https://viajes.nationalgeographic.com.es/a/viaje-a-selva-negra-alemania_13046
https://www.traveler.es/experiencias/articulos/bosques-magicos-de-europa/4898
