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Crisol Internacional: “Edición Especial #300 Tan cerca, tan lejos: Tú y Yo”

Escrito por Andrea König Fleischer en Viernes, 01 Mayo 2020. Publicado en Andrea König Fleischer, Columnistas, Columnistas BCS , Crisol Internacional, Cultura, Política, Sociedad

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A pesar de todo, especialmente por un fenómeno nuevo y desconocido y ahora padecido por la humanidad como es la Pandemia del Covid-19, que poco a poco se ha apoderado de 185 países en apenas 4 meses, tratamos de sacar nuestras vidas y nuestro estado de ánimo adelante. Mucho nos gustaría despertar, abrir los ojos y decir: “¡Ya pasó!” Y tarde o temprano este anhelo  tiene que pasar y será literalmente como un nuevo amanecer, pero mientras que esto ocurra, volteamos con esperanza al cielo, a veces nublado y gris oscuro y de repente azul, despejado y soleado, escuchando el canto de los pájaros y percibiendo también los pocos ruidos tan cercanos y otros más lejanos, como el motor de un auto, de un camión o de una moto; oímos y hemos notado también cada día menos voces y con suerte algunas notas musicales perdidas que quizás nos traen nostálgicos recuerdos de un momento especial en nuestras vidas. El poder “regresar pronto a la normalidad”, lo piensan y desean muchos, pero “¿Cuándo?” preguntan casi todos, los que tenían planes, proyectos, múltiples compromisos y agendas de trabajo saturadas, pero también todos aquellos que “viven del pan de cada día” y que hoy por la crítica situación luchan por poder sobrevivir y sin duda sufren mucho más.

Jamás una enfermedad infecciosa había tocado las puertas “Tan cerca y tan lejos”, uniendo el “Tú y  Yo” como lo ha hecho la Pandemia del Covid-19 y muchos de nosotros incluso ya quisiéramos “dar vuelta a la hoja” o ya ni siquiera tocar el tema, pero ahí está… omnipresente en las  redes sociales… los periódicos…las noticias… los anuncios y avisos oficiales y publicitarios… y por supuesto en las conversaciones cotidianas; es decir en boca de todos: en cientos de lenguas, dialectos, regiones, ciudades, pueblos y definitivamente más allá de todas las fronteras geopolíticas existentes. Hoy y  a pesar de las diferencias políticas, ideológicas, religiosas y sociales nos une un mismo deseo: TENER BUENA SALUD.  En la vida que estábamos acostumbrados a vivir prácticamente no conocíamos el “quédate en casa”, salvo en situaciones extremas de fuerza mayor y de corta duración, como ante la amenaza de un huracán u otras advertencias relacionadas con el clima y este aviso nos sonaba como a “consejo de las abuelitas” durante un resfriado o gripe.

Quedarse en casa por un tiempo prolongado, como requiere la situación actual, por supuesto es demandante en muchos sentidos: organizar las comidas y las actividades escolares de los niños, establecer  para muchos el  “home- office o negocio, respetar y rescatar algunas de las rutinas de nuestra vida como la de los “mandados” o “recados”, resolviendo pendientes urgentes protegiéndonos y envueltos como “tamal” con cubre bocas, viseras, gorras, mangas largas y guantes, evocando la apariencia entre “bandolero y zombi”. Tampoco logramos conciliar bien el sueño, trasnochándonos con charlas, diferentes juegos y entretenimientos,  con libros o bien con series, películas o vídeos.

El mundo se paró, pero el TIEMPO NO  y si somos capaces de entender esto quizás recuperaremos “nuestro Norte personal”, es decir nuestro rumbo, porque mucho de lo ya acontecido ha contribuido a una verdadero coctel de emociones, generando alti-bajos en  nuestros sentimientos más íntimos durante un tiempo largo y a la vez… lento. Tanto la paciencia como la tolerancia  de cada SER  tienen también sus límites y al tenernos “tan cerca y  al compartir espacios reducidos, a veces nos sentimos lejos y el “Tú y Yo” necesita de momentos mágicos, romance e ilusiones, que ahora más que nunca las tenemos que construir dentro de nuestras cuatro paredes, quizás con un pequeño balcón o si somos afortunados con un patio o jardín.

Como todos los seres vivos, nosotros los humanos necesitamos de dosis adicionales de cariño, ternura, aliento y de atención en momentos difíciles. Ahora más que nunca necesitamos sentirnos escuchados, queridos e integrados. No es mera coincidencia que los teléfonos y redes sociales de los psicólogos no hayan dejado de sonar y que varias instancias y organizaciones hayan desarrollado guías para el “tiempo en casa”, emitiendo información útil con consejos prácticos. Al respecto la  National Child Traumatic Stress Network, organismo especializado en temas de estrés traumático recomienda de forma muy puntual y concisa: “Reconozca que los sentimientos como la soledad, el aburrimiento, el miedo a contraer enfermedades, la ansiedad, el estrés y el pánico son reacciones normales ante una situación estresante, como un brote de enfermedad.  Ayude a su familia a participar en actividades divertidas y significativas consistentes con sus valores familiares y culturales.”

Tengamos presentes que aún no se han encontrado la cura del mal y tampoco una fórmula mágica de cómo superar la crisis y recuperar nuestra “nueva vida”. Pero mientras que vivamos con mascarillas y miedos, podemos darnos una tregua personal, respirar profundamente y pensar lo más positivo y proyectar esta “buena vibra” hacia todos los que están “cerca” y más aún hacia los que están geográficamente” lejos, y definitivamente en aquellos que viven en nuestro corazón y que han contribuido significativamente a nuestras vidas, aquellos que nos dieron mucho, sin pedir nada a cambio.

El poder de nuestra mente en tiempos de crisis es más fuerte y resistente de lo que pensamos y  es hábil en crear una verdadera muralla de resiliencia;  para ello afirman los expertos en el tema es necesario “aceptar” las circunstancias o adversidades. Por más que nos puede sorprender esta respuesta, asentir es “aprender a ver las cosas tal cual como se nos presentan” y esto puede convertirse en una fortaleza psicológica. Asimismo, el autocontrol, es decir ser capaz de modular nuestras reacciones y de revelar nuestras emociones con sinceridad y temple puede ayudarnos a encontrar la tranquilidad que necesitamos. Ojalá que aún en las horas más oscuras de la noche podamos reencontrar el significado y propósito de la vida. La alegría, el buen sentido del humor y hasta recuerdos cómicos  o chuscos  de nuestro pasado o de nuestro actual “encierre temporal” que sin duda pueden causar alivio y relajarnos. Observar y escuchar a la naturaleza como si  fuera una parte del “Tan cerca, tan lejos… del “Tú y Yo”  también puede ejercer un efecto sanador casi instantáneo a nuestros temores, nuestra ansiedad y preocupación por el mañana…

Como bien lo expresaba el escritor inglés Charles Dickens: “A veces pasan cosas que rompen nuestro corazón, haciéndonos creer que vamos a morir de dolor  y sin embargo nos sobreponemos. La resistencia del ser humano es casi un misterio, al final nos levantamos y casi sin saber cómo, volvemos a caminar y a respirar nuevamente”…Y con todo lo que ahora vivimos y resistimos estamos “Tan cerca y tan lejos… Tú y Yo”…

 

P.S.:https://www.nctsn.org/sites/default/files/resources/fact-sheet/parent_caregiver_guide_to_helping_families_cope_with_the_coronavirus_disease_2019-sp.pdf,

https://www.nuevatribuna.es/articulo/actualidad/covid19-coronavirus-pandemia-gripeestacional-saludpublica-fadsp/20200304164723171727.html

 http://www.papelesdelpsicologo.es/pdf/2871.pdf

https://lamenteesmaravillosa.com/5-fortalezas-psicologicas-en-tiempos-de-crisis/

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