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Crisol internacional: “El canto de las dunas, Kazajistán”

Escrito por Andrea König Fleischer en Viernes, 24 Enero 2020. Publicado en Andrea König Fleischer, Columnistas, Columnistas BCS , Crisol Internacional, Cultura, Sociedad

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Si se tratara de poder escuchar a la naturaleza, hay un sinnúmero de sonidos, ruidos naturales y ecos que disfrutar y auscultar como una vida plena. Saber escuchar a la naturaleza no es un arte, ni una habilidad muy sofisticada, es sencillamente abrirnos a nuestro entorno y percibir los sonidos y tonos que emite. Como bien afirman los estudiosos de la música y de la acústica: “El universo sonoro es tan amplio como la naturaleza que lo produce. Existen todo tipo de llamadas de los animales, desde los más monótonos y repetitivos hasta aquellos capaces de desarrollar largos y complejos repertorios. A la vez cada atmósfera tiene su propia coloración, determinada por reverberaciones, distancias y profundidades de campo, o por los elementos no biológicos: aguas, viento, ecos y también proximidades del horizonte entre otras.” La acústica natural es tan vasta como nuestra propia naturaleza sea capaz de percibir y con ello disfrutar de este gran concierto día tras día y noche tras noche. Despertar por el canto de un pájaro o el sonido de la brisa entre los árboles resulta sin lugar a dudas placentero y estimulante para el organismo humano y también renovador para nuestro espíritu.

También el viajar permite que nuestro sistema sensorial se vaya agudizando y los ruidos y sonidos tomen nuevas perspectivas, matices y dimensiones antes desconocidas; no solamente al escuchar las voces pronunciadas por nuevos vocablos de lenguas extranjeras que nos son menos familiares, sino también por el eco de la naturaleza y a la par por la resonancia de diferentes culturas que son probadamente benéficos para nuestra salud. Según un estudio reciente publicado en Scientific Reports,estos sonidos naturales alteran las conexiones neuronales de nuestro cerebro, promoviendo una reducción significativa de la tensión en el cuerpo relajándolo casi instantáneamente. “  

Países tan poco conocidos y explorados como Kazajistán, ubicada en Asia Central que constituyóuna República  soviética, impacta sorprendentemente a muchos por ser el noveno país territorial más grande del mundo compartiendo sus fronteras con Kirguistán, Uzbekistán, Turkmenistán hacia el  Oeste y respectivamente Rusia y China al Norte y Sur. A pesar de que Kazajistán  fue la tierra de relevantes proyectos y pruebas nucleares rusos en el pasado, sigue siendo la tierra de las llanuras, estepas, taigas, cañones, deltas, montañas  nevadas y desiertos casi infinitos, contando  con una muy baja densidad poblacional de apenas 7 habitantes por km² y por ello,  aún se puede descubrir una naturaleza pura que mantiene y preserva y por ende que se puede escuchar a plenitud.

Los experimentados viajeros  por estas lejanas tierras expresan que:”Puedes leer tantos libros como quieras de las grandes estepas de Kazajistán, pero para comprender completamente el alma de la tierra y los Kazajos, necesitas escuchar su música, como la natural.” Al respecto Kurmangazy un compositor y músico kazajo famoso por que tocaba el dombra, instrumento de cuello largo con sólo dos cuerdas. Este compositor de orgullo y espíritu libre, y fue durante la ocupación rusa enviado a prisión en Siberia, de donde se  las arregló para huir, salvando además del cautiverio a su esposa e hijos. La esencia de su espíritu libre y su sensibilidad se puede escuchar en muchas de sus creaciones sobre las estepas abiertas y su vida libre en Kazajistán, siendo un testimonio inmortal de su historia…

Al visitar una tierra tan distante y culturalmente diferente para la mayoría de nosotros, descubrimos paisajes extraordinarios, casi como si fueran de otra realidad en el tiempo y espacio y uno de los lugares más espectaculares lo representa sin lugar a dudas el Parque Estatal de Altyn Emel, que cubre unos 4,600 kilómetros cuadrados entre el Rio Ili  y el sistema montañosa de Ak-Tau, cerca del embalse de Kapchagay. En la actualidad esta reserva natural está adquiriendo fama internacional debido a un fenómeno natural tanto singular como  inusual: el sonidode La  Duna del Canto   (Singing Dune en inglés), que es una formación natural  que mide unos 150 m de altura y que se extiende a lo largo de casi 3 km y que especialmente en un día ventoso, emite un sonido parecido a un órgano. Como suele a suceder en los lugares remotos y fantásticos, hay muchas leyendas sobre este maravilloso fenómeno natural que popularmente relaciona explicaciones diversas, “desde demonios hasta otras fuerzas sobrenaturales”, pero que los científicos explican que el sonido en realidad proviene de los granos de arena que se frotan cuando el viento los empuja. Rodeando las dunas hay un extenso desierto, lleno de plantas y animales únicos que invitan a percibir la naturaleza virgen y diferente que cubre gran parte de Kazajistán.

Según la UNESCO esta reserva de la biosfera  constituye una de las zonas protegidas del país que tiene una gran importancia para la preservación de la diversidad biológica de la región. El sitio posee un gran número de plantas endémicas y los paisajes de su territorio comprenden zonas desérticas, bosques ribereños en la zona del Mar Caspio como en la porción de la llanura inundable del Río Ili, con bosques frondosos de coníferas y también pantanos salobres. La región cuenta con unos 4,000 habitantes que antes eran nómadas y hoy viven  de la agricultura, la ganadería y el turismo ecológico y recreativo. Escuchar a la Duna del Canto no solamente es un atractivo turístico insólito y único, sino también música mágica para nuestros oídos, que muchas veces se encuentran perturbados y saturados por todo tipo de sonidos artificiales y justo ahí el espíritu tiene la oportunidad de reanimarse  y encantarse. Es tan así que la tranquilidad que nos pueden brindar estos paisajes y los sonidos naturales puede como lo afirman los neurólogos activar nuestra atención externa positiva. Esto permite que cerebro se enfoque y nos permita sintonizarnos con el exterior de una manera relajante y además ayuda a nuestra concentración y a la par potencia nuestras habilidades motrices. Sea como sea,  poder escuchar “El canto de las dunas” en Kazajistán o la tenue brisa que nos despierte en otro sitio especial para nosotros, nos ayuda sin duda a bajar al estrés y gozar más conscientemente de la vida y de sus múltiples bellezas…

 

 

P.S.: https://www.elmundo.es/especiales/2008/05/ciencia/sonido_naturaleza/sonido.html

https://ecoosfera.com/beneficios-sonidos-naturales-ambientales-relajacion-naturaleza-son-buenos

https://www.advantour.com/es/kazajstan/vacaciones.htm, http://www.unesco.org/new/es/media-services/multimedia/photos/mab-2017/kazakhstan-altyn-emel/

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