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Crisol Internacional: “El Concierto de los Acentos”

Escrito por Andrea König Fleischer en Miércoles, 15 Abril 2015. Publicado en Cultura, Sociedad

Viajar y cruzar fronteras siempre ilustra y más aún cuando tratamos de comunicarnos en otra lengua que no sea la nuestra. En el mundo actual existen aproximadamente 6000 diferentes lenguas habladas,  solo en Asia se hablan aproximadamente 2000 idiomas, en África hay más  de 1500,  Oceanía cuenta con más 1000 diferentes lenguas y en América existen más de 420 lenguas indígenas.  En Europa se hablan más de 150 y la zona del Cáucaso en Rusia tiene 40 diferentes, por  ello, aún hay mucha investigación por realizar acerca de ellas: sus orígenes, su gramática, su fonética y expresiones idiomáticas,  sus usos más comunes… lo cierto es que una vida entera no alcanzaría para aprender y comprenderlas todas. Las constantes migraciones de la raza humana desde sus orígenes han tenido un impacto directo sobre la evolución y diversidad de las lenguas, permitiendo mezclas, variaciones e incluso el surgimiento de nuevos  idiomas a través del tiempo.

Hay personas que opinan que una sola lengua bastaría, porque resulta demasiado complicado hablarla y hay otras más que realmente están ansiosos por aprender otros idiomas, ya sea el inglés, francés, alemán, italiano, japonés, chino u otro. Tristemente según datos de la UNESCO, la mitad de todas las lenguas habladas actualmente podría desaparecer a fines de este siglo. Con la desaparición de las lenguas no escritas y no documentadas, la humanidad no sólo perdería una gran riqueza cultural, sino también conocimientos ancestrales contenidos, en particular, en las lenguas indígenas. Estos hechos son razones suficientes para volver a valorar nuestro gran acervo idiomático tanto de México y sus etnias como del mundo y tratar de conservarlo lo mejor posible para futuras generaciones.

El sistema educativo en México prevé prácticamente de carácter obligatorio el aprendizaje de un segundo idioma (Acuerdo 592, Agosto, 2011) y por lo general es el INGLÉS, salvo en algunos rincones recónditos de la geografía mexicana, dónde el aprendizaje del idioma  indígena, como por ejemplo el Seri, Maya, Tarasca o Chontal de Oaxaca  se considera como prioritario y en los foros de educación respectivos este tema ha sido abordado en más de una ocasión, tratando de darle valor y rescatar un patrimonio cultural que se está perdiendo. Seguramente el lector crítico tendrá su propia opinión al respecto, pero vale la pena reflexionar  y valorar sobre nuestro derecho de ser “formados como sujetos sociales autónomos, conscientes de la pluralidad y complejidad de los modos de interactuar por medio de la lenguaje para desarrollar competencias comunicativas…además de adquirir la habilidad para utilizarla a través de su conocimiento”. Este derecho forma parte de la Carta Magna de los Derechos Humanos Universales y así debería ser respetado como una expresión de la multiculturalidad e identidad de cualquier habitante del mundo, sin distinción de “raza, color, sexo, LENGUA, religión, opinión política…”( 1948)

Aprender otro idioma tiene muchos beneficios y hasta beneficios que están científicamente comprobados, como por ejemplo adquirir una mayor “flexibilidad cognitiva” al hacer trabajar a nuestro cerebro, permitiendo una agilidad mental más duradera, ampliar nuestra perspectiva hacia el  significado de las palabras y por ende también nuestra capacidad de razonamiento y entendimiento. En el mundo globalizado es un prerrequisito profesional  el poder comunicarse en más de un idioma y por lo mismo también representa nuevas oportunidades laborales y quizás de un mayor bienestar económico y cultural.

Ahora bien, ahí no acaba la canción, además de las miles de lenguas existentes en el mundo, hay un sinnúmero de acentos. Prácticamente todo el mundo habla con algún acento propio que lo identifica y distingue. Es fácil identificar dentro de un mismo país a los ciudadanos de las diferentes regiones que lo conforman,  e igualmente,  es notorio entre diferentes países; por lo que no hay realmente una manera oficial de pronunciar las palabras. La idea de la palabra “sin acento” es un mito, aunque algunos detalles al hablar son más pronunciados en ciertos idiomas que en otros. En otras palabras, la mayoría de las personas que están dispuestas a aprender y hablar más de un solo idioma, lo hablan con un “acento”, leve o pronunciado siendo el acento  un distintivo personal,  un fiel compañero de viaje  y parte de nuestra identidad y porque no decirlo, también pueda resultar un salvavidas al tratar de resolver problemas, ya sean personales o profesionales lejos de tu patria. Los acentos pueden ser regionales, por ejemplo, la manera de hablar de la gente de La Paz con frecuencia suena distinta de la  manera de hablar de la gente del Distrito Federal, y similarmente en los Estados Unidos, la gente de California habla el inglés distinta a la gente de Nueva York y ni que decir del Inglés americano y el distinguido acento británico. Así también hay acentos extranjeros, es decir la manera de hablar de una persona que se criara hablando Inglés sonará muy distinta a la de una persona que creciera hablando Español y que posteriormente aprendiera el inglés de adulto. Los acentos son parte natural del lenguaje oral, ninguno es mejor que otro y tampoco NO representan un trastorno del lenguaje.

Si la comunicación nos distingue como seres humanos y eso es una cualidad que hay que valorar en todo su significado y potencial, debemos de  ejercer más  paciencia y tolerancia  al escuchar la misma canción, pero como una nueva melodía, entonándose a través de un acento diferente y recordar que aún hablando otro idioma con acento, es mejor que no hablarlo, ya que demuestra  el interés y la disposición de  una persona por integrarse a una nueva cultura y tratar de comunicarse, hacer nuevos amigos, compartir experiencias, formalizar relaciones interpersonales o profesionales y enlazarse con esa nueva realidad idiomática y las nuevas costumbres que conlleva.

Lamentablemente persisten actos de discriminación y de intolerancia hacia todos aquellos que “hablan y pronuncian diferente”, especialmente con grupos indígenas lo que a veces se manifiesta a través de la pura burla o broma que pueda resultar lastimosa al instante, pero que en la mayoría de las ocasiones demuestra incomprensión, desinterés, frustración, incluso envidia y por ende, induce a una comunicación deficiente que puede causar conflictos en el ámbito personal, escolar y profesional. No es cuestión de terapia de lenguaje, sino de terapia de autoestima y por ende de respeto al saber valorarnos con nuestros defectos, dispuestos a cambiar nuestra actitud hacia lo diferente, ser más tolerantes y abiertos en lugar de intransigentes y rígidos, dispuestos a escuchar este “Concierto de los Acentos”  con sus estrofas sobre nuevas culturas y notas de personas únicas en el mundo dispuestas a compartir, convivir, comprenderse… ¡ y  sobre todo comunicarse!

 

P.S.: http://www.unesco.org/new/es/culture/themes/endangered-languages/

http://basica.sep.gob.mx/ACUERDO%20592web.pdf

Instituto Nacional de Lenguas Indígenas http://www.inali.gob.mx/clin-inali/

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