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Crisol Internacional: “Empezando desde cero…Polonia 1945”

Escrito por Andrea König Fleischer en Lunes, 13 Junio 2016. Publicado en Crisol Internacional, Historias de Vida.

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Mientras que para algunos los temas históricos parecen aburridos, para otros resultan apasionantes y siempre relevantes por la creación de una conciencia acerca del pasado. Como sea, cierto es que la HISTORIA  es una parte esencial de los pueblos y de sus culturas, marcándolos para siempre y en algunos casos dejando profundas heridas que tardan muchos años o décadas, en sanar. El gran escritor, orador y político romano Cicerón lo explicó con precisión hace ya más de  veintiún siglos en: “La historia de los tiempos, luz de la verdad, vida de la memoria, maestra de la vida, testigo de la antigüedad.” Nuestro México es un país muy rico en historia, caracterizada por muchos episodios controversiales como el esplendor y la caída de las grandes civilizaciones prehispánicas por  la Conquista,  la Independencia, la época de la Reforma, los violentos enfrentamientos durante la Revolución y por supuesto, las sucesiones presidenciales posteriores hasta los tiempos modernos en que vivimos. Y aunque lejos de nosotros, en el corazón del llamado Viejo Continente, en Europa en su porción Oriental, Polonia, pueblo históricamente ejemplar    hoy activo miembro de la Unión Europea y un país moderno y desarrollado, que a lo largo y ancho de su HISTORIA  vivió muchos momentos de gloria y muchos más de penas por la  invasión, ocupación y división,  muerte, persecución política y racial, conflictos internos que se han prolongado hasta la época moderna, y que sin lugar a dudas forjaron una nación que ha tenido que “empezar desde cero” una y otra vez y particularmente en 1945, al término de la Segunda Guerra Mundial

El puro balance de víctimas en Polonia al término de la Segunda Guerra Mundial fue catastrófico: aproximadamente 50 millones de muertes, 6 millones de ellos en campos de concentración y también otros 6 millones de muertos en su territorio y sus calles equivalente al 17% de su población que fue casi extinguida para siempre bajo las cenizas del Holocausto, un mundo en ruinas devastado moralmente, sin rumbo y enredado en una telaraña ideológica del ferviente Socialismo bajo el  régimen de Stalin. Todo esto marcó la “HORA CERO” en Polonia ytambién en el resto de una Europa que trató de levantarse de los escombros, creando  un proceso la hora del re-inicio, de la reconstrucción y reparación. Hoy, resulta casi inimaginable tanto para los jóvenes como para aquellos de generaciones posteriores a la última gran guerra siendo difícil de comprender qué podía haber significado el arrebato de una infancia o juventud y cómo volver a comenzar y resurgir prácticamente de la NADA.  ¿Cómo hacer este borrón y abrir una cuenta nueva, con personas y opiniones nuevas- sin prejuicios- sin conectarse con un pasado gris? Para muchos intelectuales de aquella época la expresión “HORA CERO”, sólo se creó para deslindarse del sentimiento de culpa que flotaba entre Alemania, Austria, Italia… hasta las fuerzas aliadas de Inglaterra, Francia, Rusia y los Estados Unidos, alcanzando a Japón en el Lejano Oriente. Como bien lo exclamó el poeta Richter: “Otro tono determina nuestras vidas, el tono que nació de un mundo en ruinas…” y así inició todo un movimiento literario, del cual algunos escritores emigraron hacia Inglaterra y a los Estados Unidos, dispuestos a narrar al mundo las atrocidades de la misma gran guerra, de la desolación, de las almas errantes y del caos que prevalecía durante la Postguerra. Autores como Richter, Weyrauch, Aichinger, Lenz, Kaestner, Böll y Grass, los últimos dos Premios Nobel de Literatura, que crearon la Generación “47” o la “Generación escéptica”, cuya voz se convirtió en filoso medio para la crítica social europea, reclamando ser escuchada más allá de todas las fronteras y que  amerita ser recordada durante los tiempos violentos y de nuevos conflictos bélicos y terroristas actuales  para reflexionar profundamente sobre sus causas y especialmente sus consecuencias…

Retornando a la situación de la Postguerra en Polonia, país derrotado y desangrado tras la ocupación nazi en 1939, políticamente entonces como un “estado satélite”, dependiente de la reciente Unión de las Repúblicas Socialistas  (URSS) y posteriormente  acordando formar parte del llamado Pacto de Varsovia, el Acuerdo de Amistad, Colaboración y Asistencia Mutua entre los países del bloque socialista.Fue en esa Polonia donde se contaban y lloraban más muertes que en cualquier  otra parte del mundo, dónde de golpe había más de 1 millón de niños que no volvieron a ver a su padres nunca jamás y que muy tristemente creían que “SUS PADRES SE HABÍAN QUEDADO EN LA GUERRA”, hasta que crecieron y tuvieron que enfrentar un nueva realidad tanto política como social, atrapados en un labirinto emocional entre vagos recuerdos y  una masiva propaganda política de la GUERRA FRÍA, tratando de superar el trauma de una infancia interrumpida y comenzar una nueva vida en la frágil República Polaca de 1952. Las madres y viudas polacas como muchas otras mujeres más en toda Europa se habían quedado sin esposos, convirtiéndose de la noche a la mañana en proveedoras y jefas de sus familias, mostrando un valor y una fuerza casi inagotable tras la destrucción y el caos, quedándose en muchas ocasiones con lo único que traían puesto sobre el cuerpo, agarrados de las manitas de sus hijos, que pedían comida en un mundo que carecía de todo: orden, seguridad, alimentos, vivienda y servicios básicos. El corazón de aquellas madres se volvió el nuevo hogar de sus familias, dando esperanza y ánimo en las tinieblas de la devastación. Lo que sí sobraba era trabajo, el trabajo de la reconstrucción y los archivos históricos muestran mujeres, niños y ancianos juntando piedras, maderas y trozos de tela, todo aquello que podía tener algún uso para volver a levantar o reparar lo caído. Los campos devastados por las bombas no se volvieron a cultivar y sembrar con papas, cereales y remolachas hasta después de muchos meses y la labor de incesantes manos bajo un clima de intenso frío. Aquellas manos trabajaban arduamente, en silencio hombro a hombro, sin murmurar alguna palabra de crítica al nuevo orden socialista, que la censuraba y castigaba con la cárcel  hasta la muerte de Stalin en 1953; aun así bajo esa tenacidad le quedaban a Polonia más de tres décadas de duro trabajo, “empezando desde cero”, para finalmente conocer y vivir en una nueva libertad  a partir 1989  tras  el derrumbe del viejo sistema socialista…y especialmente con la fuerza y el espíritu necesario para una vez más volver a empezar…

P.S.: Sobre la literatura de la Postguerra

http://www.univie.ac.at/iggerm/files/mitschriften/ws12_13/Tr%C3%BCmmerliteratur-Stocker-WS12_13.pdf

http://es.slideshare.net/enespiral/literatura-alemana-el-grupo-del-47-la-literatura-de-la-posguerra

Memorias sobre la vida de la postguerra en Polonia: http://lernen-aus-der-geschichte.de/Lernen-und-Lehren/content/12664

http://www.kollektives-gedaechtnis.de/texte/nach45/parzatka.htm

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