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Crisol Internacional: “Erase una vez en una lejano país…Reunificación Alemana”

Escrito por Andrea König Fleischer en Martes, 18 Noviembre 2014. Publicado en Cultura, Historia, Política, Sociedad

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¿Cuántas veces no escuchábamos, cuando niños, la frase de “Erase una vez en un lejano país…? Y con ella empezaba la tan anhelada y literalmente sagrada hora de los cuentos de hadas, magos enanos, ogros y por supuesto de  bellas princesas y príncipes valientes. Seguramente la gran mayoría de nosotros recuerda esos momentos llenos de fantasía, emociones, alegría  y  aventuras, junto  algún ser querido que con mucha nostalgia, especialmente nos acordemos  ahora en estas fechas tan especiales llenas de tradiciones como lo es el Día de Muertos o el  ya importado Haloween. ¿Pero dónde quedan  o están  esos momentos tan valiosos, atesorados y únicos de la vida infantil en un mundo cada vez más veloz, virtual  y  aparentemente vanidoso? ¿Quién no se acuerda realmente del embrujo y encanto de aquellos cuentos mágicos y sobre todo, de la  última maravillosa frase “y vivían felices para siempre…?” Lo anterior nos motiva a valorar y preguntarnos si ¿Habrá realmente más felicidad en alguna parte del mundo que en otra? La respuesta puede ser que por instantes y justamente debido a ciertos acontecimientos definitivamente, sí…

Y así ocurrió en una Alemania, justo la tierra donde se escribieron muchos de los cuentos de hadas que conocemos, especialmente por los Hermanos Grimm, que nos recrearon un mundo de misterios y encantos pero muy diferente al moderno concepto de sus narraciones, ahora bajo la “magia de Disney, o  los efectos especiales Dreamworks o Pixar. ¿Debemos también preguntarnos, en dónde, en qué rincón del mundo un verdadero y anhelado sueño se hizo realidad ¿ Me refiero al sueño de la reunificación de dos países-   la Alemania Occidental (o Bundesrepublik Deutschland, RFA)  y la Alemania Oriental (o Deutsche Demokratische Republik, RDA) hace ya casi 25 años, país que había sido histórica y tradicionalmente una sola nación antes del Nazismo de Hitler y del Holocausto de la Segunda Guerra Mundial, cuyas atrocidades jamás deberán ser borradas de la memoria de la humanidad. De este pasado cruel y doloroso que cobro millones de vidas aún persisten muchos prejuicios y estereotipos absurdos, incluso en algunos círculos hasta cierta desconfianza hacia los alemanes a raíz de los brutales sucesos ocurridos durante las dos  guerras mundiales en las que ese país jugaba un papel clave. Prejuicios  sociales que no solamente son innecesarios y molestos, sino también en ocasiones hasta ofensivos. Esas obsesiones son  también el resultado de escaso conocimiento e interés por las generaciones nacidos después de 1945, durante el periodo llamado la época de la Guerra Fría. Aquel periodo se caracterizaba por un  distanciamiento político y el enfriamiento de las relaciones diplomáticas entre Occidente y Oriente y abarcó casi cinco décadas de desconfianza mutua, lo que  a su vez impulsó una carrera armamentista, generó discriminación, e intolerancia y sobre todo, un constante miedo ante las amenazas de una posible guerra nuclear.

Los que crecimos Europa Central, de un lado de la llamada  “Cortina de Hierro” (línea divisoria de ideologías entre Occidente y Oriente), teníamos miedo como la  “Caperucita” lo tuvo del  lobo y hubiéramos preferido olvidar esos temores y dormirnos como la “Bella Durmiente”, especialmente cuando escuchábamos los pesados tanques cargados de soldados con misteriosos trajes de camuflaje pasando por las aldeas y pequeños poblados, practicando sus retumbantes ejercicios militares por los prados y bosques de una Alemania dividida y  cuando veíamos que cerca de nuestro entorno se colocaban  más torres de vigilancia, más minas y más bunkers a lo largo del bello  paisaje verde y boscoso, creándose así una zona prohibida y muy peligrosa , en cuya entrada se leía: “ Halt hier Grenze, übertreten strengstens verboten!” ( o en otras palabras, “¡Alto, aquí está la Frontera, cruzar  está estrictamente prohibido!”) Del lado occidental, todos, absolutamente todos, respetábamos a  esos letreros y especialmente sus  letales consecuencias y significado, mientras que del lado, el  Oriental, hubo cientos de casos y desafíos, intentos valerosos de escapar hacia Occidente  a un mundo más libre y económicamente más prometedor. De estos valientes casos, algunos fueron exitosos y otros fallidos y mortales. Los  “hechiceros y brujas” de aquellos tiempos fueron capaces entonces de mandar a construir un enorme muro, fortificado y cuidadosamente vigilado que dividía a una bella ciudad capital en dos partes, Berlín. Asimismo,  hubo “Sastrecillos valientes” confeccionando  diferentes disfraces y artefactos como globos helio estáticos para fugarse y también  aparecieron “enanitos diestros y modernos”  adecuando automóviles para el transporte oculto de pasajeros  que bien escondidos en su interior querían escapar de la opresión casi autocrática de “ogros y dragones.  Es decir, huir  de un régimen totalitario que empezaba a descuidar las necesidades  básicas de una población.  Durante aquel tiempo el sistema socialista empezó a agrietarse al ya no poder satisfacer plenamente todos los servicios básicas de una sociedad creciente y cada vez más consciente del significado de la libertad, donde unos pocos de una élite política se enriquecían a costa de las mayorías a las que reprimían…hecho que curiosamente se repite y se vuelve a   percibir una y otra vez a  lo largo de la historia de la humanidad en varias regiones y naciones.

 Finalmente, durante los primeros días del gélido mes de Noviembre de 1989, quizás los mismos “enanitos traviesos”, con mucha  determinación y hartos de un sistema que ya no  les agradaba, tomaron picos, mazos y martillos y derrumbaron aquel artefacto molesto y a su vez tenebroso, derribando con ello todo un orden y un sistema político, poniéndole fin a la “Guerra Fría” y cimentando un nuevo sueño de libertad e igualdad en la Europa de los años ochentas. Acto de extremo de valor social que permitió el feliz reencuentro  de familiares, amigos y sobre todo, de la hermandad de una nación, unificando de nuevo al pueblo y resurgiendo una sola  Alemania. Todo esto significativamente bajo la legendaria “Puerta de Brandenburgo”, transformando  entonces la osadía en una celebración,  jubilo, fiesta  y en una felicidad jamás conocida por esas generaciones.

Para algunos historiadores la Caída del Muro de Berlín significa el principio de una nueva era en las relaciones políticas, diplomáticas y económicas del mundo, para otros es el inicio del nuevo Milenio. Como sea, el lector tendrá su propia apreciación sobre el tema y seguramente asocia a Alemania con sus grandes aportaciones científicas y humanísticas en distintas disciplinas,  también compositores universales como Beethoven y Bach, genios como Gutenberg y  Einstein, fervientes políticos como Marx y Engels,  ilustres matemáticos como Copérnico, filósofos y escritores como Kant, Goethe y Schiller  y psicoanalistas como Freud o también con su gente común, conocida por ser muy trabajadora,  extremadamente puntual, correcta y muy respetuosa. Ojalá que la balanza de estereotipos creados por los medios masivos de comunicación y malos recuerdos históricos  logre  equilibrarse algún día en la opinión pública internacional para el bien de las actuales y futuras generaciones de alemanes. Como sea, Alemania es nuevamente un solo país y sin duda una de las economías más pujantes de nuestra época, nacida sobre un inmenso legado cultural  e histórico y siempre muy interesante para visitar.

Así, los actualmente casi 90 millones de habitantes de Alemania distribuidos en 16 estados han trabajado intensamente para fortalecer a su nueva  y a la vez, vieja nación. Cuantiosas inversiones se han realizado para levantar tanto a  empresas como a granjas  en quiebra, subvencionando a regiones y zonas  marginadas para nivelar a su economía y su sociedad. Igualmente ha habido grandes esfuerzos en el plan humano y social  para reunir lo separado,  tarea colosal que aún 25 años después no está totalmente concluida. Durante ese tiempo, políticos y grandes líderes de distintas ideologías han desfilado sobre la pasarela gubernamental de la Alemania unificada para reordenar un escenario frágil, reacomodando  la economía del estado a la del mercado, implementando programas de austeridad y recortes, que no siempre haya sido del agrado de la población y  significaron muchos sacrificios personales de sus habitantes. Asimismo, se  aceptó durante los procesos de unificación e integración económica,  no solamente forjar y fortalecer una  nueva moneda- el Euro-  sino también elevar por primera vez a una mujer como canciller y líder de la nación- Ángela Merkel- dando al mismo tiempo un paso histórico  para todas las mujeres y dirigentes del mundo.

En fin, los alemanes han sobrevivido varias guerras, conflictos políticos internos, altibajos económicos, inundaciones y otros tempestades naturales como no se habían visto últimamente durante un siglo, parecidas a las catástrofes de algunas zonas de México, y aún así luchando  incesantemente por “vivir felices para siempre…”, siempre habrá historias y nuevos cuentos que contar y todavía por lo mismo se seguirá  escuchando  el añejo murmuro de: “Erase una vez en un lejano país…”

 

 

P.S. : No dejen de ver el Documental sobre la historia, significado, dramatismo y Caída del Muro de Berlín y de la Frontera entre  Alemania: https://www.youtube.com/watch?v=izxcwbnq4ws

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