Crisol Internacional: “Estereotipos y Etiquetas”…
En un estudio científico, ordenando y relacionando con individuos o grupos de personas, es válido exponer “estereotipos” para establecer diferencias y clasificaciones. Lo anterior es tan válido como desarrollar “etiquetas” que indican las características de un producto, sus componentes, usos y sobre todo su caducidad. Sin embargo, en la convivencia humana y la interacción social tanto los estereotipos como las etiquetas resultan enfoques muy delicados sensibles y generalmente nocivos. Si bien los estereotipos forman parte de nuestro raciocinio, en su mayoría erróneo, su naturaleza es defensiva, actuando como una proyección de determinados valores y estatus que se están imponiendo o subyugándose a otros. Según la Real Academia Española, un estereotipo consiste en “una imagen estructurada y aceptada por la mayoría de las personas como representativa de un determinado colectivo o grupo; esta imagen se forma a partir de una concepción estática sobre las características generalizadas de los miembros de esa comunidad”. Los estereotipos pueden ser por ello, de índole social, de acuerdo a la clase o nivel socio-económico de la que procedan, por ejemplo; las generalizaciones sobre que “los pobres son ignorantes” y “los ricos son soberbios”. También hay los estereotipos culturales, que generalmente surgen en base a algunas costumbres y existen otros más basados en simples opiniones como por ejemplo, que “los franceses visten con camisas de rayas, usando boina mientras fuman” o que “los mexicanos portan sombrero, pantalón charro y sarape”. Peor aún, cuando se trata de estereotipos raciales que se construyen o dirigen a un grupo étnico, por ejemplo sobre “los negros, los latinos y los árabes“, siempre asociando una imagen despectiva. Por otro lado y a pesar de que por lo general los estereotipos están diferenciados en sus criterios se siguen mezclando y muchas veces se complementan con un componente religioso formando entonces un escenario de constantes tensiones y conflictos políticos, como por ejemplo la nueva noción de “musulmán= terrorista”…
Curiosamente en el ambiente artístico y especialmente en el literario los estereotipos aparecen generalmente como escenas precisas de personajes que actúan siguiendo clichés. En la fábrica de los sueños llamada Hollywood abundan las tomas cinematográficas relacionadas con extranjeros, la clásica escena con el villano que solía ser un ruso o un alemán, posición que en la actualidad está ocupada por un árabe, asiático o bien un latino. El origen de esta idea radica en una representación mental poco detallada que enfatiza los defectos o debilidades étnicas en cuestión y que siempre se ha desarrollado sobre los prejuicios respecto a esas personas que provienen de una determinada región del mundo. Es prácticamente como ponernos un casco de plomo -por el grado de toxicidad que contiene- y no estar dispuesto a quitárnoslo para nada. Como sea, indudablemente los estereotipos constituyen una gran barrera para la comunicación intercultural y una amenaza potencial para la paz mundial, ya que solamente nos permiten observar y escuchar lo que queremos ver en los demás, rechazando vigorosamente un comportamiento distinto al nuestro; siendo además una sólida invitación a la intolerancia y a la discriminación racial y cultural que incluso se han transmitido de generaciones a generaciones, alimentados casi siempre por el rencor.
Otro controvertido tema que va a la par con los estereotipos es el de las “etiquetas sociales” y que se introduce desde temprana edad en el ambiente socio-cultural en el que crecemos, muchas veces comienza en el seno de la familia y muy tristemente se graba desde temprana edad en la mente del individuo, convirtiéndose en una cuasi-realidad y peor aún, limitando su vida desde entonces y todo su potencial futuro. En otras palabras, EMPEZAR A CREER QUE ERES LO QUE TODOS TE DIJERON QUE ERAS… Entonces, si reprobaste las matemáticas en algún momento, ya te tacharon como que eres y serás “malo para las cuentas”, si olvidaste en algún instante algo importante “eres olvidadizo o despistado para el resto de tu vida” o si tuviste miedo o timidez en alguna disciplina deportiva…”no sirves para los deportes…” Y así la larga, y casi interminable lista de “Soy malo…o….Soy bueno” y lo más lamentable parece ser que a pesar de que han pasado muchos años desde que ocurrió algún incidente, este acontecimiento nos perseguirá como una sombra latente que no podremos borrar de nuestras vidas.
Deberemos ser entonces capaces de pensar en otra dirección y superar las perspectivas anticuadas sobre el género y que las mujeres somos las eternas amas de casas, siempre bellas, pacientes, delicadas, pero sumisas, mientras que los hombres son los fuertes y valientes que jamás lloran. ¿Quién dijo que las personas mayores se vuelven inútiles, enfermizas e improductivas? Afortunadamente abundan infinitos ejemplos alrededor del mundo que comprueban todo lo contrario, es decir gente de edad productiva y positiva de cualquier género, edad, clase social y raza. Al momento de poner etiquetas sociales o difundir estereotipos basados en diferencias étnicas y culturales, considerando inferiores a personas de distinto color, lugar de origen o cultura, catalogándolos como ignorantes, delincuentes o terroristas, surge y reconozcámoslo un verdadero problema social y la historia está llena de tristes ejemplos de la intolerancia y discriminación racial que existe y ha existido. Así habrá que mirar más allá de una vestimenta, ya sea una burka, un turbante o un tradicional sombrero charro para conocer y descubrir el verdadero rostro de una persona, mirándola con una mente abierta y especialmente bajo el filtro de un espíritu abierto y bondadoso, libre sobre todo de “Estereotipos y Etiquetas”…
P.D. : https://es.scribd.com/doc/8160738/ESTEREOTIPOS-CULTURALES
http://news.urban360.com.mx/102560/esterotipos-y-etiquetas-sociales-odiados-pero-muy-recurrentes/
http:// 10 ejemplos.com/10-ejemplos-de-estreotipos
http://www.gitanos.org/conocelos/web/piezas/docs/decalogo-edit.pdf
