Crisol Internacional: “Francia: La nostalgia de la Vie en rose”
Cuando la vida a nuestro alrededor se mueve a un ritmo exorbitante, vale la pena y es necesario detenerse por unos instantes, recordar aquellos momentos felices para poder reencontrar el rumbo. Seguramente hay entre nosotros algunos soñadores y también idealistas, ojalá tengamos verdaderos románticos- no solamente en tiempos de San Valentín- y seguramente, uno u otro terco que insiste vehementemente que los viejos tiempos eran mejores que los actuales…Cada uno tendrá su opinión muy respetable sobre el tema y por el momento no nos queda más que vivir intensamente nuestro tiempo y momentos plenamente, porque es muy cierto que ninguno de nosotros eligió la época en que le ha tocado vivir. Así que el viaje en el tiempo sigue por eso siendo el gran sueño de muchos; sin embargo, siempre nos queda la posibilidad real de hacer un viaje hacia los recuerdos y el pasado, para atesorar o si se quiere cuestionar el presente y qué mejor país que Francia para emprenderlo.
Innegablemente al escuchar el nombre de este país nos invaden múltiples imágenes como por ejemplo: las bellezas de Paris con su icónica Torre Eiffel, el Arco del Triunfo, los Champs de Élyssee y el Museo del Louvre con sus invaluables pinturas como el de la Mona Lisa o el de los impresionistas con toda un gala de verdaderos tesoros. Pensar en Francia es percibir la esencia de las fragancias más finas y el glamour del Haute Coture de las elegantes pasarelas o el aroma natural de la lavanda de la Provence, la fresca brisa del Mediterráneo o la historia de sus monolitos, catedrales y castillos medievales. Quizá también escuchemos su música clásica desde los Cantos Gregorianos a Chopin o Ravel, la moderna y muy popular, los famosos “chansons” o canciones y desde luego la Marsellesa que nos recuerda el magnánimo ejemplo y el eterno grito revolucionario de “Libertad, Fraternidad e Igualdad…” que incuestionablemente se convirtió en la guía e inspiración de tantos pueblos y movimientos resurreccioncitas. Escuchar “Francia” es como un gran suspiro lleno de elegancia, arte y perfumes bajo brillantes luces a lo largo del río Sena; bellos escenarios que recientemente han sido interrumpidos de la forma más brutal con los ataques terroristas en su ciudad capital, Paris, el mismo corazón de esa nación. El atentado contra el Diario de Charlie Hebdo, hirió la libertad de expresión de todo el mundo y de esta manera afectó un derecho universal, es decir una garantía individual de TODOS. Las heridas y el dolor que ha causado este cobarde ataque van a tardar en sanar y las palabras representan poco ante la pérdida de una vida y especialmente de un ser querido. El movimiento “Je´sois Charlie” expresó más que una ola de solidaridad espontánea levantándose alrededor del mundo y por respeto a la memoria de las personas fallecidas y sus familiares debería deberá quedar en nuestra conciencia colectiva, porque es, lo queramos o no, parte de nuestra historia de vida.
Es un tanto doloroso e inexplicable el resumir con claridad todas las causas y las reacciones posteriores al atentado, pero incuestionablemente marcaron nuestra historia contemporánea y no solamente de Francia, Europa Central, sino del mundo entero. Lo que nos queda en momentos así es recobrar la fe y esperanza a través de las cosas buenas, como pueden ser los momentos nostálgicos de la “Vie en rose” y los sentimientos puros que la acompañan. La casi inmortal cantante francesa Edith Piaff, tuvo una vida muy dura, llena de lucha, adversidades y excesos que terminaron con su vida por un cáncer hepático a la corta edad de apenas 47 años; a pesar de todo eso, ella vivió intensamente con amor y pasión su corta vida. De la eterna belleza de aquellas canciones, Francia siempre reflejará nostalgia pura. Igualmente, baste “sumergirse” en las aventuras de las obras maestras de su literatura con grandes novelas clásicas como “Los Tres Mosqueteros” de Alejandro Dumas, “Cyrano de Bergerac” de Rostand, “Los Miserables” de Víctor Hugo, “Las Flores del Mal” de Baudelaire y como olvidar al “ Principito”, rescatando el valor de la amistad para siempre…de Saint Exupery.
Las 22 regiones francesas que conforman ese país se extienden de Norte a Sur y del Oeste hacia el Este. También constituyen un auténtico mosaico artístico con una gran gama de estilos y talentos memorables para siempre: Francia es la cuna de grandes pintores como por ejemplo Delacroix, Monet, Touluse Lautrec, Degas, Gauguin y Cézanne entre otros, cuyas obras tan admirables siempre serán un placer a la vista, la imaginación y la sensibilidad y sin duda, un muy interesante tema de conversación no solamente para todos los amantes del arte, porque expresan estilos y sentimientos representativos de diferentes épocas dejándonos así un invalorable legado cultural para toda la humanidad. Así, no es ninguna coincidencia que justo la UNESCO, es decir el Fondo de las Naciones Unidades para la Educación y la Cultura tenga su sede en Paris y de igual forma justo ahí, se encuentra una de las universidades más prestigiadas de todo el mundo, la Sorbona con sus famosas Facultades de Derecho, Medicina, Letras y Ciencias.
Francia es indudablemente también famosa por su buena cocina al modo “gourmet” y no debido solamente a una muy traviesa ratita, figura creando el popular platillo “Ratatouille” o la célebre frase “Bon apetit”, sino por tantas aportaciones culinarias como: “Monsieur Croc”, “Foie Gras” (o paté de ganso) los muy deliciosos y casi 400 diferentes tipos de quesos, siempre bien acompañados por los tradicionales y sabrosos “baguettes” en un picnic en la campiña o la “ville”, y no olvidemos hablar de vinos y bebidas, como por ejemplo los blancos: Chardonnney, Savignon, los rojos: Cabernet, Merlot,y los sublimes: Champagne, Coñac, Calvados, Gran Marnier, Cointreau y Pastis que representan en conjunto un auténtico festín, prácticamente irresistible hasta para el más frugal y sobrio de los lectores.
Ahora bien, dentro de estos recuerdos nostálgicos como olvidar a la gran diseñadora Coco Channel quien también nos entrego una vida llena de clase, estilo y vanguardia, aseverando que “todo lo de moda pasa de moda, el estilo jamás…” inmortalizando más allá del blanco y negro, la elegancia de la mujer de cualquier generación. Además, Coco inspiró a tantos creadores y artistas, trascendiendo épocas, fronteras e indiscutiblemente sigue vistiendo tanto a Francia como al resto del mundo. En fin que infinitas y perdurables expresiones culturales han nacido en Francia y siguen naciendo ahí cada día y por lo mismo debamos recordarla siempre, no solamente con la “nostalgia de “la Vie en rose”, sino también retomando el espíritu y el coraje de aquella famosa canción “ “Non, je ne regrette rien” ( “No, me arrepiento de nada”) a cualquier edad de nuestras vidas…
P.S. El sitio oficial de Francia para todos http://www.france.fr/es.html
Para los románticos una muestra de “chansons” inolvidables https://www.youtube.com/watch?v=201B60N6ZsA