Crisol Internacional: “Gloria sahariana…Carreras de Camello, Níger”
El deporte y las competencias de las carreras muy probablemente son tan antiguas como la humanidad misma y se han desarrollado no solamente en diversos ambientes y contextos socio culturales, sino también en variadas modalidades desde las históricas carreras como el clásico maratón, además de las diferentes y ambiciosas carreras pedestres, posteriormente conocidas como atletismo, y también otras con caballos, conocidas también como “turf”, las debicicletas, motocicletas y automóviles cada vez más veloces, motos y las más insólitas , las carreras de camellos que son hasta la fecha una larga tradición beduina practicada históricamente en el Norte de África y Arabia.
Desde su inicio lo que histórica y tradicionalmente mostraba mayor valor, tenacidad y perseverancia era el cruzar en camello el Gran Desierto del Sahara, que también con el paso del tiempo se volvió una atracción deportiva y turística en algunas partes de Medio Oriente y África. Sorprendentemente los camellos muestran una gran capacidad al poder correr a velocidades de hasta 65 km/h en carreras cortas y pueden mantener una velocidad de unos 40km/h por períodos de una hora mostrando robustez y gran nivel de resistencia. No obstante, para equilibrar el peso a menudo los camellos han sido montados por niños jockeys, pero la preocupación sobre abusos a los derechos humanos motivo que en los Emiratos Árabes y Catar se haya prohibido que se utilicen menores para las competencias y a la vez se ha impulsado el creciente e inaudito uso de camellos conducidos por robots que los dirigen…
Sin embargo y a pesar de los avances y aplicaciones de esta alta tecnología hay regiones en el Noroeste de África como en Níger y Argelia que siguen la milenaria tradición de los beduinos y para los “hijos del desierto” es un honor especial el poder “salir volando” por las dunas a lomos de su montura en una de las principales carreras de camellos del Sáhara. Así, con animales llegados de todo Níger y también de la vecina Argelia, los jóvenes de la sabana suelen pasar largas y tórridas jornadas pastando por el desierto el ganado de sus padres, que obtuvieron tras sus victorias, perpetuando así la tradición de las carreras en camello por el desierto. Cabe mencionar también que poseer ganado en estas regiones desiertas y apartadas aún representa un símbolo de status social y de riqueza y por lo mismo de orgullo y fama.
Una de las carreras de mayor tradición es la famosa “Carrera de Ingall” que se desarrolla al Norte de Níger, siendo parte del Festival denominado “La Cura Salada”, una celebración de larga tradición, entre los límites del Sáhara con el Sahel, una de las zonas más áridas de la Tierra, dondelos pastores nómadas viajan durante todo el año en busca de los apreciados pastos. Así deambulando libremente sin considerar las fronteras que se han trazado en este siglo, ellos están siguiendo y viviendo un verdadero sueño de libertad y gloria. Por ello, durante el mes de Septiembre cuando termina la estación de lluvias, se desplazan hacia el norte para festejar el nacimiento de los nuevos pastos y durante un par de semanas estas tribus organizan fiestas, ya que se mantienen dispersas durante el resto del año. Siendo además una gran ocasión para reforzar los lazos tribales y reafirmar su identidad, además de favorecer y fortalecer los pactos entre los diferentes clanes y formalizar también algunas historias de amor bajo la noche estrellada del cielo protector del Gran Desierto…
Realmente nos podemos imaginar estas tradicionales celebraciones como un gran partido de futbol, acompañado de “porras”, aplausos y de una buena y típica comida durante un Sábado por la mañana al alba, cuando los aficionados o “fans” se aglomeran contra las barreras de un estadio con una pista de cinco kilómetros delimitados por piedras pintadas de blanco para presenciar el espectáculo. Los nobles y muy resistentes camellos, en promedio 25 magníficos ejemplares, provienen del desierto profundo y su fortaleza admirable ha tanto enriquecido como loado a sus dueños, que durante el evento se aparcan estratégicamente en sus camionetas vehículos o bien montado en otro camello festivamente engalanado…
Cuando llega el momento se iza una bandera blanca, señalando el inicio de la espectacular carrera y los camellos salen disparados a galope, entre gritos de los espectadores, casi al estilo de la ya clásica película de “Lawrence de Arabia” y rápidamente se levanta una espesa nube de arena, haciendo desaparecer a los camellos y a sus valientes jockeys. Durante las casi dos vueltas y media de este icónico estadio los jinetes están muy concentrados, y van a la par rezando en silencio y espoleando a sus fieles animales para acelerar y motivar el “sprint final” y poder llegar primero a la meta porque…“¡Este camello, es un camello ganador! ¡Hoy mismo, si Alá quiere!”. Siendo sin duda la fe un elemento inseparable de esta peculiar carrera en búsqueda de la “Gloria sahariana… por las carreras de camello”, tradición que han existido por generaciones y que existirá mientras que el sueño de triunfar vuele más allá del Gran Desierto del Sahara….O como bien lo expresa Paulo Coelho: “La simplicidad es el corazón de todo. Si miras al desierto, aparentemente el desierto es muy simple pero está lleno de vida, está lleno de lugares ocultos y la belleza es que se ve simple pero es complejo en la forma en que expresa el alma del mundo…”.
Vídeo de las carreras en Arabia: https://www.youtube.com/watch?v=ic8dRnbVem