Crisol Internacional: “Güdnaydin Istanbul: el bullicio de una gran urbe”

Así como  a algunos les encanta la vida tranquila y sosegada, a muchos otros les atrae más el bullicio, la acción y la algarabía de la vida citadina que se desarrolla en las grandes urbes o como bien decía el periodista estadounidense y ganador del Premio Pullitzer Herb Caen: “Una ciudad no se mide por su longitud y anchura, sino por la amplitud de su visión y la altura de sus sueños”, asimismo “una ciudad es un mercado, donde se negocian las ideas, las opiniones y el choque eterno de los conflictos pueden producir verdades eternas…”

Durante el último siglo muchas  personas en diferentes partes del mundo se han desplazado hacia las grandes urbes en búsqueda de una mejor vida y la realización de sus sueños. Tal vez no sean sitios tan cosmopolitas como: Nueva York, Tokio o Londres, sino  más bien lugares  que reúnen y mezclan especialmente el sabor y el estilo tradicional con lo moderno, dándoles por esos atributos el llamado “flair” o  toque mágico, que es palpado y expresado de manera diferente por cada a persona y también por la contribución histórica y cultural que se desarrolló en ese sitio. Para sorpresa de muchos Estambul, o la legendaria Constantinopla, es probablemente, la ciudad más poblada no sólo de Turquía , sino también de Europa y a la vez es y representa  el centro histórico, cultural y económico de ese país. Además, de ser una ciudad transcontinental, ubicada en el Estrecho del Bósforo, que geográficamente separa a Europa  de Asia y que  además se encuentra ubicada entre el Mar de Mármara y el Mar Negro, contando actualmente con más de 15 millones de habitantes y convirtiéndose así en una de las ciudades más pobladas del mundo y definitivamente la más poblada de  toda Europa.

Históricamente cabe recordar que esta asombrosa ciudad fue fundada aproximadamente en el año 667 A. C. con el nombre de Bizancio y tanto su influencia como su tamaño fueron creciendo paulatinamente hasta convertirse en una de las ciudades más importantes de la historia universal. Desde su refundación bajo el nombre de Constantinopla en el año 330 D. C., Estambul ha sido la capital de grandes Imperios  como lo fueron el Romano-Bizantino (330-1204 y 1261-1453), posteriormente el Latino (1204-1261) y también por casi 500 años fue conocido como el Imperio  Otomano (1453-1922). Adicionalmente se debe comentar que Estambul fue una de las ciudades en las que primeramente floreció el el Cristianismo y posteriormente del Cristianismo Ortodoxo. Sin embargo, tras la  legendaria caída de Constantinopla ante los otomanos en 1453, la ciudad fue transformada en la sede del Califato otomano y se convirtió progresivamente en una ciudad musulmana. No obstante, la influencia del Cristianismo en la ciudad es innegable y a pesar de que hoy la mayor parte de la población es de religión Musulmana,  también existen minorías de casi  70 mil  cristianos y  más de 20 mil judíos. Baste con visitar varios monumentos de la era cristiana, algunas, como por ejemplo los restos del Hipódromo de Constantinopla, el Foro de Teodosio parecido al de Roma y parte de las Murallas de Constantinopla, que en conjunto nos permiten comprobar y conocer tanto sus inicios y desarrollos religiosas posteriores. Siendo justo estas zonas de la ciudad las que fueron declaradas  en el año 1985 como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, ya que albergan impresionantes monumentos y vestigios históricos y definitivamente representan una ruta hacia el pasado para todo aquel visitante amante de la reseña histórica y de las huellas imborrables que como legado Estambul nos ha dejado y conservado…

Viajar al Bósforo para conocer la gran urbe de Estambul es sin duda una verdadera aventura  y un deleite culinario, porque es definitivamente la ciudad más exótica de toda Europa, además de la entrada majestuosa y dinámica, a Asia; lugar donde se contrastan tanto culturas, religiones  como personalidades, lo cual le otorga una identidad muy singular como en ninguna otra parte del mundo, porque ahí coexiste y convive  lo tradicional con lo moderno de una manera sorprendente. Ahora bien navegar sobre las aguas azules del Estrecho del  Bósforo es una experiencia no sólo pintoresca sino también memorable al poder contemplar las siete colinas de Estambul con múltiples torres y minaretes de las más de 3000  mezquitas existentes especialmente la de Santa Sofia, considerada el templo más magnificente del primer milenio de nuestra era. Igualmente, al visitar Estambul hay que conocer la celebre  Mezquita del Sultán Ahmed, conocida  también como la Mezquita Azul,  debido al color predominante de sus mosaicos; siendo además uno de los monumentos más importantes de Estambul y en donde singularmente en el interior de su mezquita principal se refleja el arte islámico en su expresión más pura. Estambul definitivamente nos permite un encuentro cultural muy profundo y particularmente un acercamiento con la tradición del Islam al escuchar las llamadas a orar. De igual forma,  transitar por alguna de sus bellas y singulares  mezquitas con  el debido respeto al protocolo de la entrada (sin zapatos y con los brazos y piernas cubiertas), nos permitirá poder admirar el fascinante arte reflejado en su baldosas cerámicas, mosaicos, así como también diseños geométricos desafiantes y así perder nuestra mirada en el infinito de sus majestuosas cúpulas y tal vez al unísono también al interior de nuestra propia fe…

Seguramente para muchos este particular e inolvidable encuentro con Estambul culminará con un prolongado recorrido y exploración del Gran Bazar, sorprendentemente una de las atracciones turísticas más visitadas del mundo. Siendo además el bazar cubierto más antiguo y más grande del mundo y por ello una experiencia única e inolvidable, por la multitud de personas y  de objetos exóticos y fascinantes que se exhiben en su interior, además de los aromas de especias y la encantadora tradición comercial que incluye regatear, “negociar” y sin prisas degustar de un té, para poder con calma tomar una buena decisión de compra. Por supuesto también es una excelente oportunidad para conocer una de las cocinas más exquisitas y variada del mundo con una muy amplia diversidad de platillos preparados con verduras, mariscos y diferentes tipos de carne, siendo  una cocina mediterránea muy saludable, con grandes proporciones de verduras frescas, cocidas y asadas y diferentes fuentes de proteínas. Sin olvidarnos de las múltiples  especias, frutos secos de calidad superior. Luego, tenemos los dulces de fama mundial como el deleite turco, halva y baklava, solo por mencionar algunos. Terminado así nuestra exploración a esta fascinante ciudad, siempre con un cordial saludo de: “Güdnaydin Istanbul… además del recuerdo y  la ilusión de poder volver nuevamente al “bullicio de una gran urbe…”

P.S.: https://www.ecured.cu/Estambul

https://whc.unesco.org/es/list/356

https://euroviajar.com/viajar-a-estambul/

https://escapesporelmundo.com/10-razones-para-visitar-estambul/