Crisol Internacional: ”Hogar de las rocas danzantes…Montes Matobo, Zimbabue”
Seguramente algunos de nosotros somos aficionados a las caminatas y también últimamente se ha puesto de moda el senderismo, “hiking”, y el excursionismo de montañas y otras variedades para llegar a la cima de una colina, de un cerro o de una montaña, asimismo recorrer ciertas rutas por motivos religiosos, espirituales o personales que siempre han acompañado a la humanidad.
Históricamente las caminatas prolongadas y extenuantes han una sido una necesidad para muchos pueblos para poder trasladarse y llegar a un puerto, villa o a una ciudad y bien decía el antiguo y sabio médico griego Hipócrates:”Caminar es la mejor medicina del hombre…” Si reflexionamos un poco más y con detenimiento sobre esta frase nos damos cuenta que la caminata al aire libre resulta como uno de los ejercicio más saludables, ya que oxigenamos a nuestro cerebro, movemos nuestro cuerpo y nuestra mente, fortalecemos al sistema inmunológico, aliviamos el estrés y la tensión que nos asechaba; o en pocas palabras hay más beneficios al caminar que NO hacerlo…
Afortunadamente aún hay una infinidad de rutas en el mundo y hasta con algo de preparación, precaución y condición podríamos crear nuestros propios circuitos con retos y también para hacer nuevos descubrimientos en la naturaleza, y lo que para algunos podría sonar como un disparate o una idea descabellada, resulta como una aventura y un recuerdo para toda la vida…Uno de los lugares más enigmáticos de nuestro planeta sigue siendo África y justo al Sureste de este maravilloso continente se encuentran los Montes Matopo, las Colinas Matopos o Matopas, ubicados en Zimbabue Meridional, donde hay un conjunto de grandes formaciones rocosas que a primera vista parecen abrigos naturales. Según estudios científicos estas formaciones han existido desde la Edad de Piedra y encierran unos auténticos tesoros en forma de colecciones del arte rupestre dando testimonios singulares de la vida ancestral en esta región de África que abarca un área de 205.000 has. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2003, y representa la reserva natural más antigua de esta zona, la que desde casi un siglo, en 1926, fue nombrada como Parque Nacional de Matobo, conocido popularmente como “el hogar de las rocas danzantes”, sobrenombre que se entiende a la perfección al divisarlo desde lejos por primera vez y cuya belleza nos puede dejar sin aliento. El área protegida abarca más de 400 kms² y definitivamente sus increíbles formaciones de granito y colinas rocosas parecen de otro mundo, para no decir planeta. Visitar y especialmente poder caminar y explorar este extraordinario parque es un viaje único hacia el alma del país, porque sus cuevas milenarias están decoradas con arte rupestre que nos narra la historia de las antiguas civilizaciones africanas de esta región, sus hazañas, su sustento y sobre todo sus vidas y sentimientos sostenidos por el frágil equilibrio de sus rocas como si fuera una metáfora de la vida misma…tanto del ayer como del hoy…
Estas bizarras formaciones rocosas se conocen e identifican como “kopjes” y han existido desde hace más de 2 millones de años, hechos que causan asombro. Según los encargados de este maravilloso parque, “Matobo Hill fue refugio de cazadores-recolectores desde la Edad de Piedra y estos dejaron una fabulosa historia impresa en sus cuevas y rocas en forma de pinturas rupestres.”
De ellas Se distinguen la Cueva Nswatugi, un verdadero tesoro artístico donde se pueden observar representaciones gráficas de jirafas, kudus y otros animales, además de figuras humanas. Se estima que las pinturas tienen entre 10.000 y 6.000 años de antigüedad. Justo ahí en las excavaciones llevadas a cabo en 1975 se descubrieron los restos humanos más antiguos de Zimbabue una mujer de hace 9.500 años.
También existe la Cueva Pomongwe, muy amplia con pinturas de elefantes, cebras, kudus, entre otros. En ella se encontraron también una gran variedad de elementos y utensilios, siendo algunos vestigios de los más prehistóricos del mundo; por ello Pomongwe fue declarado Monumento Nacional de Zimbabue y no podía faltar la icónica y muy venerada “White Rhino Shelter”, dedicada al rinoceronte blanco donde se pueden apreciar líneas trazadas a modo de esbozo que dibujan perfectamente la imagen de un rinoceronte blanco, al parecer justo es esta pintura rupestre de un rinoceronte que es clave en la historia de Zimbabue. Además está la Cueva de Bambata, ubicada en la parte norte de la zona de safari conocida como Whovi, donde las pinturas muestran diversos animales como un guepardo, un rinoceronte y jirafas, entre otras además de algunos bosquejos de seres humanos. Se calcula que estas pinturas tienen una antigüedad de 8.500 años.
En todo este recorrido por las colinas y montañas resulta fascinante buscar formas, siluetas y
figuras en los kopjes tan singulares y extraordinarios y cada uno puede encontrar en ellas lo que su imaginación y fantasía le permita. Sin lugar a dudas, las rocas formadas como si fueran “Madre e hijo”, son como un verdadero monumento sagrado esculpido por la naturaleza dentro de esa zona reservada donde el granito es el material y el tiempo es sin duda el artista…o bien como decía el poeta inglés Alfred Tennyson: “Yo soy una parte de todo aquello que he encontrado en mi camino…” y este pensamiento definitivamente se ilustra en “El Hogar de las rocas danzantes en los Montes Matobo de Zimbabue…”
P.S.: https://whc.unesco.org/es/list/306
https://cronicoviajero.com/visita-parque-nacional-matobo-zimbabwe/
https://viajealpatrimonio.com/listing/montes-matobo/