Crisol Internacional: “La belleza delicada… encajes de Croacia”

Nuestras percepciones acerca de la belleza, la elegancia y el estilo pueden variar tanto como los gustos por la moda, la buena cocina o la música entre otros lo cierto es que cada uno de nosotros tiene otra concepción acerca de lo estético y lo exquisito. Para algunos el simple hecho ver brotar una flor en el desierto, seguir el aleteo de un colibrí, observar y escuchar las olas del mar o contemplar la singular belleza de una puesta del sol basta para llenarse de energías positivas y de amor por la vida…mientras que para otros un vestido glamuroso, un auto de lujo o una gran mansión pueden representar lo bello y extraordinario de la vida…

Sin embargo e innegablemente, lo decorativo y hermoso siempre ha jugado un papel importante en nuestra vida y bien señalan los investigadores en esta materia que: Los objetos estéticos expresan emociones y sentimientos, establecen una comunicación, entendida como una comunión… donde la ausencia de uno de los elementos cancelaría la posibilidad de la relación o experiencia estética”, o bien y expresado de otra manera, lo bello puede engrandecer y nos permite profundizar nuestro día a día al darle chispa y algarabía. Además, se ha encontrado también que por ejemplo “Asistir a un concierto, disfrutar de una película o visitar una galería son actos sensibles compartidos que fortalecen los lazos sociales, por lo que se convierten en un puente cultural que conecta a las personas con diferentes miradas, pensamientos y emociones.”

Retomando estos elementos que pueden recrear lo estético o nuestro sentido por lo atractivo y bello en la vida al respecto la UNESCO decidió en los años 1990 como contrapartida al Patrimonio de la Humanidad crear el Patrimonio Inmaterial de la Humanidad que se centra en aspectos esenciales de la cultura. Así, en 2001 la UNESCO realizó una encuesta entre estados y ONGs para intentar acordar una definición y derivar una convención correspondiente que fue adoptada para su protección mediante un acuerdo en 2003. A la vez y con el paso del tiempo el contenido de la expresión “patrimonio cultural” ha cambiado bastante, debido en parte a los instrumentos elaborados por la misma UNESCO. De esta forma el patrimonio cultural no se limita únicamente a monumentos y colecciones de objetos, sino interesantemente “comprende también tradiciones o expresiones vivas heredadas de nuestros antepasados y transmitidas a nuestros descendientes, como tradiciones orales, artes del espectáculo, usos sociales, rituales, actos festivos, conocimientos y prácticas relativas a la naturaleza y el universo, además de saberes y técnicas vinculadas con la artesanía tradicional.”

Por lo tanto y pese a su “fragilidad”, “el patrimonio cultural inmaterial es un importante factor del mantenimiento de la diversidad cultural frente a la creciente globalización; la comprensión del patrimonio cultural inmaterial de diferentes comunidades contribuyendo al diálogo entre culturas y promueve el respeto hacia otros modos de vida;” resulta entonces como un claro ejemplo el promover también una cultura de paz entre las diversas culturas existentes. El Patrimonio Inmaterial de la Humanidad es adicionalmente representativo e integrador de una comunidad, ya que a la vez respeta y expresa tradiciones combinándolas con lo contemporáneo y viviente, ejemplos de ello son entre otros El Día de Muertos en México cuyas festividades ya trascienden las fronteras, otras muestras lo son la caligrafía mongola y también los maravillosos encajes de Croacia, expresión verdaderamente artística generada por las manos diestras de sus tejedoras.

Fue en el año 2009 que se inscribió la fabricación de encajes croatas en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad; distinguiéndose tres técnicas diferentes en su elaboración que se encuentran tanto en las ciudades de Pag, situada en la costa adriática, en la de Lepoglava, al norte del país y en Hvar, en la isla dálmata del mismo nombre. Se trata de finos encajes de aguja y principalmente las de la localidad de Pag que se destinaban en un comienzo para la confección de vestiduras eclesiásticas, manteles y adornos indumentarios. Cabe mencionar también que su técnica de fabricación, según las artesanas se basan en bordar motivos geométricos sobre un patrón en forma de tela de araña tradición que es transmitida hoy por las mujeres mayores, que también organizan cursos de capacitación para las más jóvenes de su comunidad. A la vez, los encajes de bolillos de la ciudad de Lepoglava, que se elaboran trenzando hilos enrollados en huesos y que se destinan a la confección de cintas para sus atuendos folclóricos y que se venden en las fiestas de los pueblos. Justo en esta ciudad se celebra todos los años un Festival Internacional del Encaje que se celebra durante el mes de Septiembre de cada año para exaltar este arte tradicional que ya trasciende las fronteras de este bello país de los Balcanes.

Al respecto resulta realmente extraordinaria la técnica del encaje con hilo de áloe el que solamente es utilizado por las monjas benedictinas de la ciudad de Hvar. Los finos hilos blancos extraídos de la médula de esa planta se tejen de una forma muy artística en forma de red o bien mediante utilizando un patrón de cartón, logrando así que estos bellos encajes se hayan convertido en un símbolo distintivo de Hvar. Al respecto cabe resaltar que son las mujeres de las zonas rurales las que han creado desde mucho tiempo atrás las distintas variedades de encajes que, además de constituir una fuente de ingresos complementarios para ellas, han dejado una huella imborrable en la cultura de la región, ya que esa artesanía no sólo produce componentes importantes de la indumentaria tradicional, sino que también de por sí es y constituye un testimonio real de la existencia de una tradición cultural viva.

Contemplando esta belleza considerada inmaterial nos podemos convencer que: “Cada una es diferente y especial, sin embargo, están conectados por lo mismo: un fino encaje creado por los movimientos de filigrana de las manos laboriosas de generaciones de mujeres que, con la paciencia y mucha habilidad, transforman hilos en pequeñas obras de arte.” En un pasado remoto estos artículos eran considerados de lujo y solo lo más ricos los podían adquirir” y como bien documentan las fuentes históricas: “los primeros encajes adornaban los espacios religiosos y engrandecían ritos para posteriormente formar parte de las vestiduras eclesiásticas y más tarde de la ropa y calzados tradicionales, de esa región y también porque las monjas altruistamente transferían las habilidades de tejer los hilos del encaje a los habitantes de su poblado y así la tradición del encaje encontró su lugar en cada casa, incluso en la de la emperatriz austriaca María Teresa…”

Como sea esta bella historia de los encajes con un trasfondo histórico y espiritual se han vuelto únicos en el mundo y son definitivamente un reflejo de “La belleza delicada.” que nos hace recordar también las palabras del novelista francés André Maurois: “Cuando las cosas no van bien, nada como cerrar los ojos y evocar una cosa bella…”

P.S.: https://blog.up.edu.mx/universidad-panamericana-en-linea/que-es-la-estetica-y-cual-es-su-importancia http://enp3.unam.mx/revista/articulos/5/estetica.pdf

https://ich.unesco.org/es/que-es-el-patrimonio-inmaterial-00003 https://ich.unesco.org/es/RL/la-fabricacion-de-encajes-en-croacia-

https://croatia.hr/es-es/unesco/encaje-de-croacia