Crisol Internacional: La dichosa experiencia laboral

En cuántas ocasiones y diferentes circunstancias nos han preguntado acerca de nuestra experiencia laboral y el célebre curriculum vitae (C.V.) o en términos más sencillos y claros: “¿Dónde has trabajado? ¿Qué sabes hacer? ¿Cuánto tiempo permaneciste en ese empleo, empresa, universidad, fábrica u oficina? ¿Por qué te cambiaste a otro trabajo? ¿Qué conocimientos, habilidades y aptitudes posees?” . El catálogo de preguntas relacionado con la experiencia laboral es a veces muy largo y resulta hasta tortuoso para algunos, casi como si fuera un interrogatorio y nos quisieran reclutar para una “misión imposible” o bien como “agentes secretos”. Es más, los tiempos modernos nos plantean también tests o exámenes psicológicos para probar nuestra salud y estabilidad mental, conocer nuestros rasgos y rezagos de personalidad y, por ende, también nuestras aptitudes y actitudes y entonces colocarnos en el puesto adecuado y que este sea y congruente con nuestra vocación y formación. Así, ante estas “pruebas“ y filtros hay que estar con la mente abierta, positiva  y a la vez tranquila y relajada.

Elconcepto de experiencia laboral formalmente se define “como el conjunto real de conocimientos y aptitudes que un individuo o grupo de personas ha(n) adquirido a partir de una formación específica para realizar alguna actividad profesional en un transcurso de tiempo determinado”, y literalmente ahí están algunas de las claves para el éxito en la vida, ya que LOS CONOCIMIENTOS Y APTITUDES adquiridos a lo largo de nuestra vida, ya sea esta joven o madura, siempre nos permiten acumular experiencias, incluso algunas negativas y dolorosas que también brindan mucho aprendizaje, otras con un impacto mediano, como si fueran rutinarias, pero también que son forjadoras y aquellas otras que nos llevan a la “maestría y perfección” al practicarlas diariamente y claro que también existen las valiosas experiencias tipo “Eureka”, que es cuando nos sentimos geniales, haciendo prácticamente todo bien y en el momento perfecto cuando aprendimos por descubrimiento propio como el filósofo y matemático griego Arquímedes quien hizo su afamado hallazgo mientras tomaba un baño.

Existen además “motores” como son la fuerza de voluntad, los deseos de superación y muchas veces también ante la necesidad económica y especialmente en la época de estudiantes, cuando podemos adquirir experiencia laboral desde y siendo jóvenes, porque casi siempre hay oportunidades de diversos trabajos y con ello poder conocer también diferentes ambientes laborales y profesionales. Personalmente no me arrepiento jamás de las largas jornadas de “meserear” ,realizando auténticos malabares de circo con charolas, pirámides de platos y torres de vasos y copas; que significaba más allá de un cheque o jugosas propinas, también se trataba de una oportunidad de conocer personas, sus gustos y preferencias, entender tanto la comunicación verbal como la no verbal del cliente y  practicar incluso diversos  idiomas e iniciarse de este peculiar modo en el famoso “servicio al cliente” que es uno de los requisitos esenciales si algún día queremos tener un negocio propio. Trabajar en el sector de los servicios turísticos y gastronómicos es más que un simple “Smile”, es detectar necesidades, gustos y poder satisfacerlas con esmero y también sembrar y practicar la cultura de la hospitalidad.                                                                                                                     

Ahora bien, la experiencia laboral debería incluir siempre el manejo de algunas habilidades y técnicas básicas difícilmente enseñadas en las escuelas y universidades, como lo son:  primeros auxilios, tipos de cocina, algo de mecánica y electrónica, porque su conocimiento práctico nos puede ayudar en cualquier momento a resolver un problema real de salud e incluso de sobrevivencia, ya sea menor o de gravedad, como también saber preparar los alimentos o poder solucionar una falla mecánica o reparar un electrodoméstico.

Definitivamente, todas las personas somos más que lo que nuestro curriculum vitae podría comunicar y reflejar a un directivo y como seres pensantes, somos también el cúmulo del ensayo y error a través de nuestras vidas que se convierten o traducen en nuestra propia experiencia y entre más versátil y vívida que ésta sea, más rico será nuestro conocimiento y por ende nuestras habilidades. En este proceso de aprendizaje no hay que temer al fracaso o a las caídas, sino procurar levantarse cada vez y ser mejor, y con más entusiasmo, porque tanto la vida como el trabajo siguen sin importar tanto la ocupación que tengamos, mientras que exista PASIÓN hacia lo que hacemos. También hay que saber escuchar a los demás y especialmente aquellos veteranos o expertos, que como bien dice un proverbio anónimo: “Hasta los mayores artistas de la historia, aquellos que se estudian en los libros y se visitan en los museos, fueron una vez aprendices que tuvieron que dejarse aconsejar por otros que sabían más que ellos.”                                                                                                                        

Así el gran Leonardo Da Vinci desarrolló un pensamiento que converge perfectamente con estas reflexiones, al afirmar que: “El buen juicio nace de la buena inteligencia y la buena inteligencia deriva de la razón, sacada de las buenas reglas; y las buenas reglas son hijas de la buena experiencia: madre común de todas las ciencias y las artes.” En otras palabras, tenemos que vivir y asimilar muchas experiencias para poder aterrizarlas en nuestro ámbito laboral, llenando expectativas y exigencias, pero sobre todo encontrando nuestro propio equilibrio y nuestro SER, tanto en la esfera personal como en la laboral. Hoy los CEO’s de grandes corporaciones globales mandan hacia los cuatro vientos a sus busca-talentos para cazar a la persona esta “experiencia laboral” única, original, joven o madura, la que es capaz de aportar, motivar, innovar y crear y sobre todo, capaz de dialogar y resolver.

Durante todo este proceso de adquirir la “dichosa experiencia laboral”, NO nos debemos pelear ni con las matemáticas, porque los números son siempre útiles, tampoco con la tecnología, que hoy se convierte en una aliada de todos nosotros y mucho menos debemos discutir con las personas, porque nuestra habilidad de comunicar y relacionarnos adecuadamente con los demás puede marcar la diferencia en nuestra vida profesional. El curriculum vitae y los documentos probatorios NO van a perder su valor en un futuro, pero si además van acompañados por una rica experiencia laboral se tendrá más éxito, porque la dinámica de las contrataciones está cambiando y es esencial prepararse y capacitarse adecuada y constantemente. Hoy resulta muy relevante el fomentar una cultura de colaboración y participación, ya que los modelos del liderazgo autoritario han afortunadamente caducado y la toma de decisiones en todos los niveles depende cada día más del buen trabajo en equipo. Asimismo, el mercado laboral actual no solamente pide que impulsemos nuestro desarrollo profesional, sino también que trabajemos en nosotros como personas, es decir que apoyemos el desarrollo humano basado en una educación con valores y con actitudes positivas. “Suertudos” entonces todos aquellos que ya han reunido la dichosa experiencia laboral siguiendo además una vocación para hacer de su vida más plena y especialmente más significativa.                                                                                                          

P.S:https://competenciasendocenciaparaelempleo.blogspot.com/2016/09/eureka-el-valor-del-aprendizaje-por.html

https://blog.signaturit.com/es/que-es-la-experiencia-del-empleado,

Consejos:https://business.tutsplus.com/es/tutorials/resume-work-experience-section--cms-29022