Crisol Internacional: “La excepción de la regla, Islas Chatham, Nueva Zelanda”
Los viajes siempre nos pueden ilustrar, abrir nuevos horizontes y conocimientos y así mismo, obsequiarnos experiencias únicas y memorables propiciando anécdotas derivadas de nuestros viajes y aventuras que podemos compartir. Así, motivada durante los meses más difíciles y críticos de la pandemia muchos anhelaban el poder irse lejos a un lugar remoto, tal vez aislado pero definitivamente sano, seguro y apartado del “dichoso bicho y sus diversas sepas”, bautizado originalmente como Covid-19… lo que motivó en la gran mayoría de nosotros el tener que conformarse con un viaje mental o incluso virtual hacia aquellos rincones más recónditos de nuestra mente fantasiosa y soñadora para encontrar un remanso de tranquilidad, paz y distracción de los problemas y de la crisis sanitaria.
A pesar de lo anterior y el riesgo como sea, algunas personas NO dejaban de viajar, buscando los destinos más aislados, insólitos y poco conocidos, siguiendo en lo posible los lineamientos y nuevos protocolos sanitarios establecidos por las líneas aéreas, servidores turísticos y especialmente las autoridades correspondientes, tratando de disfrutar lo más posible y tomar distancia a la pandemia. Por ello y por su belleza Nueva Zelanda, debido a su relativa lejanía geográfica del resto del mundo ha sido unos de los pocos países con una menor afectación de esta crisis y justo al Este y alejadas a una distancia de más de 800 kilómetros de sus costas se encuentran las Islas Chatham, un complejo compuesto por 10 archipiélagos, dispersos en un radio de 40 kilómetros, que por las cualidades de su ubicación empezó a convertirse en un destino muy solicitado tanto para los mismos nuevo zelandeses como también para algunos turistas internacionales debido a su segura ubicación inmensa tranquilidad, aire puro y sanidad…
Las Islas Chatham cubren una superficie de casi mil kms² y de ellas diez destacan, dos por su tamaño, siendo Chathamcon su capital Waitangi y la isla de Pitt, que además son las únicas islas habitadas, mientras que las otras siendo menores constituyen reservas naturales con accesos restringidos. Sus superficies están mayormente cubiertas de pastos y en partes aisladas con bosques, asimismo Chatham cuenta con varios lagos y lagunas, siendo la mayor de ellas la Laguna Te Whanga.
Históricamente este conjunto insular tan remoto resulta especialmente interesante ya que según las fuentes oficiales “los primeros habitantes de estas islas pertenecían a tribus inmigrantes de la Polinesia, que se establecieron alrededor del año 1000 D. C., y de este aislamiento surgió el pueblo moriori.” Aún no se conoce el origen preciso de esos primeros habitantes ya que algunos historiadores encontraron vestigios que señalan que “arribaron directamente de las islas de la Polinesia ubicadas más al norte.” Sin embargo, en la actualidad las teorías en boga consideran que se trataba de los maoríes provenientes de Nueva Zelanda. A la vez, se ha revelado que este debate tiene un matiz político, ya que los actuales habitantes Maoríes, descendientes de aquellos que invadieron y conquistaron el archipiélago en 1832, reclaman un acceso basado en a los derechos ancestrales y con esto el acceso a los recursos naturales y pesqueros de esas bellas islas…
En la actualidad los nativos Morimori suman aproximadamente 2000 habitantes viviendo algunos de ellos como cazadores y recolectores, consiguiendo su sustento principalmente del mar y también de la flora nativa, conviviendo pacíficamente, en pequeñas organizaciones, y manteniendo una población estable.
Las Islas Chatham fueron bautizadas así en 1791 en honor al barco HMS Chatham. En aquellos tiempos “los cazadores de focas y de ballenas pronto hicieron de estas islas un centro de importancia para sus actividades.” Además y según las fuentes históricas la pesca continúa contribuyendo principal y significativamente en su economía, ya que las industrias relacionadas con la caza de las focas y las ballenas cesaron sus actividades hace más de un siglo y medio en 1862.
Chatham volvió a activarse turísticamente de forma muy irónica durante la pandemia, recibiendo más de 2 mil visitantes anualmente, de los cuales casi la mitad de ellos se han convertido en residentes temporales que habitan en las islas Chatham y Pitt durante los meses de Noviembre a Marzo, es decir durante el verano del hemisferio Sur, gozando de la tranquilidad y la paz que ofrece esta sublime región y su fauna y flora, prácticamente prístina e intactas y muy retiradas del bullicio y de los problemas cotidianos de otras localidades del mundo. El éxito central de este “escondite bien resguardado de la pandemia” ha sido principalmente por que la demanda por vacacionar allí rebasa la oferta de los cuartos hoteleros, pensiones y Airbnb disponibles ya que lamentablemente para muchos NO hay permiso para llegar y poder acampar bajo un cielo estrellado infinito…
Tal parece entonces que las Islas Chatham se volvieron “La excepción de la regla…”cuando prácticamente todo destino turístico en el resto del mundo quedó cerrado o restringido, lográndose abrir esta rendija de esperanza, tranquilidad y paz para algunos muy afortunados con la suerte de panacea que pudieron vivir su propia versión de la pandemia… casi siguiendo las fantasías, cuentos y aventuras descritas por Julio Verne que las menciona exactamente con su latitud y longitud exactas, en la obra “, Robur”, donde se les describe por su curiosa forma vista desde aire…o bien siguiendo el vuelo imaginario del libro(Cloud Atlas) del escritor británico David Mitchell quien las cita, así como también el premio Pulitzer Jared Diamond por su libro "Armas, gérmenes y acero" en donde se cuenta la historia de los morioris… hechizándonos por la magia del vasto Océano Pacífico y el misterio de sus miles de recónditas islas …
P.S.: https://www.ecured.cu/Islas_Chatham
https://www.abcviajes.com/turismo/islas_chatham_turismo_ocio_y_cultura.php