Crisol Internacional: La fe que nos une
Cuando el hombre y la mujer han tenido un poco más de calma, tranquilidad y tiempo para reflexionar sobre su existencia, su quehacer y su misión en la Tierra, surgen, indudablemente, muchas interrogantes y algunas de ellas se relacionan directamente con la FE sin importar el espacio geográfico, la cultura y mucho menos el dinero. Si consultáramos tanto a las fuentes enciclopédicas, los diccionarios y la hoy omnipotente red, encontraríamos algunas, pero no todas las respuestas a la pregunta de ¿qué es la fe? En este contexto el diccionario de la Real Academia Española nos expone que “la fe es creencia o confianza”, mientras que otras fuentes señalan que “la fe es la creencia en algo sin necesidad de que haya sido confirmado por la experiencia o la razón, o demostrado por la ciencia, asimismo puede ser también el conjunto de creencias de una religión como la fe cristiana, la musulmana o la budista” ytambién puede significar “confianza en el éxito de algo o alguien.” Seguramente habrá quienes se oponen a definiciones y explicaciones simples, opinando que se habla de dos cosas distintas “creencia” y “confianza”, pero si profundizamos en el tema y en la reflexión, nos daríamos cuenta que para creer se necesita confiar y viceversa, y para confiar necesitamos creer, además de tener voluntad y disposición de entrega, además de tomar ciertos riesgos.
Actualmente, según el filósofo y autor del libro The Everything World's Religions Book, Kenneth Shouler, hay 4,200 religiones vivas e innumerables religiones ya muertas y otras extintas en todo el mundo Tener el dato exacto sobre esto ha representado una verdadera hazaña para los teólogos, antropólogos y estudiosos de los temas religiosos, pero este simple dato numérico nos puede convencer de que la fe existe y que ha existido y que ha movido y seguirá moviendo el mundo y sus habitantes. Hoy siete de cada diez habitantes en el mundo profesan abiertamente tener alguna religión. Al respecto y según una clasificación basada en una concepción teológica, existen tres grandes tipos de religiones: los teístas, los no teístas y los panteístas; en otras palabras aquellas que aceptan la existencia de Dios, como por ejemplo en el Catolicismo y el Cristianismo; también las que no se enfocan en la existencia de dioses universales y omnipresentes como el Budismo y Taoísmo, pero que sí reconocen deidades en diversas manifestaciones, incluso relacionados con los fenómenos naturales o también con “estados mentales” o aquellas creencias pertenecientes al panteísmo, que afirma que “todo es Dios y Dios está en todo”, es decir el universo y Dios son la misma cosa, tal como lo proclamaron en el pasado los filósofos italianos Rosmini y Giordano Bruno.
Cabe añadir que, dentro de las religiones teístas, a su vez, se agrupan diferentes tipos: monoteístas, politeístas y dualistas. Los monoteístas, como el Cristianismo, el Judaísmo y el Islam, se basan en la creencia de un Dios único, omnipresente, universal y “todopoderoso”. Mientras que las religiones politeístas, por el contrario, se fundamentan en las creencias de múltiples deidades, similar a aquellas creencias de las antiguas civilizaciones de Grecia y Roma, así como también el Shinto japonés y el Hinduismo, siendo todas en conjunto los hilos conductores de la historia universal…
También es innegable el poder de la fe a través de la historia universal de los pueblos que indudablemente forjó el destino y porvenir de muchas naciones. A su vez, históricamente las distintas interpretaciones de las religiones han encendido y apagado guerras y en donde la fe siempre ha estado expresada mediante los pensamientos de muchos personajes célebres. Como, por ejemplo, cuando el escritor y filósofo francés Voltaire escribió en el siglo VXII que: “La fe consiste en creer cuando está más allá del poder de la razón creer” y “el mundo en el que vivimos es el mejor de los mundos posibles”, y con ello trató de comunicarnos un ideal basado en pensamientos positivos y el optimismo, a pesar de las adversidades y dificultades que entonces enfrentaba la sociedad y el mundo entero. Dos siglos más tarde Mahatma Gandhi en su lucha por el reconocimiento de los derechos humanos, declaró que en la India “la no violencia requiere una doble fe, fe en Dios y también en el hombre.” O, dicho de otra manera, es la fe la que ha perpetuado al hombre y su porvenir, que lo ha acompañado en sus caminatas por los valles y montañas de la vida y más significativo aun, la que NOS UNE COMO HUMANIDAD y además bien sabemos que donde hay fe puede haber esperanza de paz.
Una vez más habrá aquellos que no creen en NADA y en NADIE, los desconfiados, escépticos por naturaleza, dudando de TODO y de de TODOS, que también es una postura válida en estos tiempos revueltos y confusos que estamos atravesando. Sin embargo y regresando a la definición inicial, ojalá que todos aquellos incrédulos pudieran retomar el rumbo empezando a CONFIAR en ellos mismos, para volver a tejer la red de la unión, concordia y comprensión mutua y poder crear así un clima con menos tensión ideológica y de fanatismo, que poco tiene que ver con religión y con la fe. Baste con recordar una cita y recomendación de Steve Jobs acerca del tema: “A veces la vida te golpea en la cabeza con un ladrillo. No pierdas la fe.” Nuestros tiempos actuales requieren de una renovación de la fe universal, “La fe que nos une”, mucho más libre, tolerante y solidaria que siglos atrás, pero con fuerza y ganas de reconciliar, dispuesta también de aprender de otras culturas, religiones y creencias, porque son parte de los que nos caracteriza y distingue, los que nos da identidad y a la vez nos dan la oportunidad de ser MÁS HUMANOS. 
https://www.redalyc.org/pdf/274/27419066002.pdf
https://www.unav.edu/web/ciencia-razon-y-fe/dios-es-el-mismo-en-todas-las-religiones
