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Crisol Internacional: “La muerte en el aire, Sagada, ataúdes colgantes en Filipinas”

Escrito por Andrea König Fleischer en Viernes, 03 Noviembre 2023. Publicado en Andrea König Fleischer, Conoces a Nuestros Colaboradores, Crisol Internacional

Caso referencial 4 - Ataúdes colgantes - Casiopea

En nuestro querido México cuando de tradiciones y rituales en torno a la muerte se trata, abundan las historias, recuerdos, imágenes y desde luego las costumbres alrededor del Día de Muertos donde cada uno de nosotros tiene su propia forma y estilo de recordar a los que ya se nos adelantaron. Es más, las festividades del Día de Muertos son tan significativas que justo el día 7 de Noviembre del año 2003 la UNESCO las incluyo en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial para así enfatizar “ la importancia de su significado como expresión tradicional y a la vez contemporánea y viviente a un mismo tiempo, integradora, representativa y comunitaria.”

Día de muertos: Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad

No obstante, en otros países y culturas también se guardan importantes ceremonias y prácticas en torno a esas fechas. Algunos ejemplos de ello son el Obón en Japón, que mantiene una costumbre de origen budista que se celebra con bailes, desfiles y danzas a medianos del mes de Agosto, tradición que ya cuenta con cinco siglos de antigüedad el Día de todas las Almas, así mismo las calles de la capital de Puerto Príncipe en Haití se llenan de gente vestida de rojo y negro que son los colores de los espíritus antepasados con dirección al cementerio o y también el Festival Ching Ming o Festival de los Fantasmas Hambrientos que se conmemora el día 5 de Abril, cuando las familias chinas tradicionalmente arreglan y limpian las tumbas de sus antepasados y hasta queman dinero como símbolo de prosperidad, colgando también ramitas de sauce como símbolo de luz y enemigo de la oscuridad. Sobre este tradicional tema y festividades bien se puede aseverar que cada pueblo tiene un modo propio de homenajear a sus difuntos y así brindarles respeto y cariño y la lejana Filipinas con sus más de siete mil islas no es la excepción.

Así y según los estudios antropológicos y etnológicos a casi 400 kms al Norte de Manila en su muy recóndita ciudad capital y también en sus cadenas montañosas se encuentra la tribu llamada Sagada, que actualmente cuenta con más de 10 mil integrantes y según los testimonios recientes de sus visitantes: “Se podría describir como el típico pueblo del que no se quiere partir tan rápido”; prueba de ello es que gente de diversas partes del mundo hacen un largo y duro recorrido de 12 horas a través de estrechas y empinadas carreteras y caminos , los cuales muchas veces no tienen pavimento. Siendo literalmente de un viaje pesado, dudando el viajero realmente tanto del camino como de su destino… y si realmente vale la pena recorrerlo...

Sagada, Filipinas. Qué ver, hacer y visitar

No obstante, a la humanidad desde sus orígenes le ha impulsado la curiosidad por lo desconocido y más aún tratar de conocer y saber más sobre los misterios y mitos que encierra LA MUERTE y en esta verdaderamente alejada comunidad de Sagada todo gira alrededor de ella. Así, desde que fue descubierto este remoto sitio que se hizo famoso por sus ceremonias fúnebres y en especial su cementerio colgante, visitantes de todo el mundo han acudido para presenciar parte de sus tradiciones ancestrales que han perdurado al tiempo y a otros rituales que han perdurado a pesar de la llegada de la iglesia católica.

Bien afirman los algunos investigadores que: “un claro ejemplo de la preservación de aquellas practicas y ritos ancestrales de la tribu de los Igorotes, palabra derivada de “golot” que en su idioma significa montaña.” Asimismo, esta tribu creía que “las almas de los muertos se asfixiaban bajo tierra y precisamente este es uno de los motivos por el que los Igorotes decidieron buscar otros lugares y formas donde enterrar a sus seres queridos, como por ejemplo colgándolos en ataúdes en los acantilados”

Cómo es el cementerio colgante de Filipinas y qué extraña tribu realiza  allí su ritual fúnebre

Según los datos correspondientes este ritual comenzó en el año de 1904 en el centro de pueblo, donde se encuentra ubicada la Iglesia de Santa María, fundada por misioneros estadounidenses. Cabe recordar que Filipinas fue junto con Cuba una de las últimas colonias españolas hasta el Tratado de París del año 1898, año en que España cedería el país a manos de Estados Unidos a cambio de 100 millones de dólares. A la vez, en la parte trasera de esa iglesia se encuentra el cementerio, similar a muchos de los que conocemos, con sus lápidas depositadas e incrustadas en la tierra reflejando los nombres de los fallecidos, entre los que cabe destacar al historiador americano William Henry Scott, autor de varios bestsellers como “El descubrimiento de los Igorotes” de 1974. Siguiendo esta misma ruta y atravesando el camino de terracería en descenso se halla el acantilado de “Echo Valley”, un lugar realmente misterioso y fúnebre a la vez… ya que ante nuestra mirada podemos avistar un “cementerio colgante” repleto de ataúdes de diversas generaciones con a una altura de 100 metros sobre el suelo…como sacado de las épicas novelas góticas de H. Walpole, A. Radcliff, Mary Shelly, E.A. Poe, R.L. Stevenson y Bram Stoker entre otros o lo proyectado a través de la fantasía cinematográfica de Tim Burton o Guillermo del Toro.

Esta es sin duda una tradición que se remonta ya según los historiadores a más de 2.000 años de antigüedad ya que desde entonces los ataúdes se han elaborado en diversos tamaños aunque la mayoría de ellos solían ser de un tamaño muy reducido. Eso se debe a que algunos muertos eran colocados en forma fetal, ya que existía la creencia de que las personas debían salir del mundo en la misma posición en la que entraron. Algunos incluso tienen sillas colgadas, las cuales eran usadas para que los cadáveres adquirieran dicha posición. Además y quizás, lo más sorprendente sobre este tema tan delicado era que ellos mismos eran los que tallaban el ataúd en la parte final de su vida, para que luego de su fallecimiento los familiares hicieran uso de él. Aunque, en caso de que fallecieran antes, sus hijos serían los encargados de terminar el trabajo.

Además, según los lugareños hace ya algún tiempo que no se repite este ritual de los ataúdes colgantes, pero esto no es motivo para dejar de hacer el largo viaje que conlleva y poder disfrutar in situ de aquel ritual ancestral que creó un verdadero fenómeno conocido como “La muerte en el aire…” o bien como decía con su distintivo sentido de humor negro del escritor Edgar Allen Poe:”A la muerte se le toma de frente con valor y después se le invita a una copa…”

P.S.: www.unesco.org,https://www.eluniversal.com.mx/mundo/como-se-celebra-el-dia-de-muertos-en-otras-partes-del-mundo/ https://ihistoriarte.com/viajes/ataudes-colgantes-sagada-filipinas/#google_vignette

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