Crisol Internacional: La República Centroafricana en retrospectiva
Mirar hacia el pasado siempre puede ayudarnos a crear consciencia en el presente y sin duda forjar un mejor futuro. Conocer las historias y leyendas de nuestros antepasados nos puede además de confortar en momentos de crisis y a la vez nos permite aprendizajes y lecciones de vida importantes. Todos en algún momento nos hemos preguntado acerca de ¿Cómo era la vida de nuestros antepasados? ¿Cuáles eran sus preocupaciones y sus perspectivas de la vida? ¿Qué ideales y metas tenían en aquellos momentos? Bien se ha afirmado en diversas ocasiones que los tiempos pasados no necesariamente eran “los buenos viejos tiempos”, sino épocas duras salpicados con episodios muy dolorosos en lo humano y también sumamente difíciles en lo económico y ni hablar de los adelantos de la ciencia o tecnología que hace un par de siglos prácticamente eran inexistentes. Hoy día el conocimiento de la historia universal puede resultar bastante enriquecedor porque no solamente aporta ideas, conceptos y hechos, sino nos brinda nociones sobre los procesos evolutivos y de desarrollo y más específicamente las causas y consecuencias de determinados acontecimientos como fueron la colonización, las guerras y los conflictos políticos, sin excluir, ni olvidar el gran legado cultural que nos han legado mundialmente.
En el caso de África, la historia de este continente es de Norte a Sur y de Oeste a Este muy compleja, dependiendo en gran medida de las fuerzas coloniales que actuaron y del impacto que tuvieron sobre la población nativa. En lo que se refiere a África Central con sus tupidas selvas y la poca accesibilidad a ese territorio, todo intento de conquista, el proceso de colonización y desarrollo fue más lento y paulatino que en otras regiones de ese continente. Justo así ocurrió en la actual República Centroafricana, que hace 60 años apenas alcanzó su Independencia de Francia y que hoy limita al Norte con Chad; al Sur con la República del Congo y Camerún; al Este con Sudán del Sur, al Noreste con Sudán y al Oeste con la República Democrática del Congo y que literalmente la sitúa en el corazón africano, cubriendo más de 600,000 km² y contando actualmente con casi 5 millones de habitantes; país que guarda una historia fascinante marcada también por severas contradicciones políticas y sociales.
Según las fuentes documentales de esta zona de África, ahí se encontraban diamantes y cuarzos tallados hace unos ocho mil años y un megalito colocado hacia 500 A.C.”, así como también se rastrearon formas desconocidas de organización humana de aproximadamente 800 A.C. y particularmente vestigios de hombres pigmeos, en su mayoría cazadores y recolectores, cuyos descendientes viven y habitan hasta el presente la selva al Suroeste y que fueron identificados y reconocidos como los primeros habitantes de la actual República Centroafricana. A su vez, una de las primeras formas de gobierno y administración de aquel territorio de África Central fue el Reino de Kanem, fundado en el siglo IX e islamizado posteriormente en el siglo XI, mismo que desde Chad, se apoderó en sus inicios de la zona Norte del país.
Existen adicionalmente indicios de que pueblos emparentados con los nubios provenientes de Egipto y Sudán, que eran dos grandes potencias en aquellos tiempos, establecieron dos esplendorosos reinos durante los siglos XV y XVI en otras regiones centroafricanas, donde se desarrollaron y ocurrieron muchas historias, unas destacadas y otras totalmente obscuras por la trata de personas y una esclavitud disfrazada. Así se sabe que hacia 1750 se llevaron a cabo deportaciones masivas por los sultanatos del vecino territorio de Sudán, sirviéndose para ello de mercaderes de diversos grupos étnicos como los Bobanguis. Asimismo, y bajo la orden de esclavistas portugueses se capturaron diversas tribus nativas, como la de los gbayas-mandjas y se estima que aproximadamente más de la mitad de los habitantes del territorio de la actual República Centroafricana fueron llevados a las colonias y al trabajo forzado en las plantaciones o minas de los territorios vecinos. Hasta que finalmente se logró la abolición de la esclavitud en el siglo XVIII y el trabajo forzado hasta ya entrado el año de 1946.
Asimismo, los archivos históricos revelan que: “durante las dos últimas décadas del siglo XIX, es decir en plena Revolución Industrial, los belgas, británicos, alemanes y franceses, provistos de quinina contra la malaria y de poderosas armas, compitieron por el control del territorio centroafricano, en busca de materias primas. En 1887, Francia y Bélgica dividieron a uno y otro lado del Río Ubangui sus dominios y un año después en 1888, los franceses fundaron en suelo centroafricano una entidad administrativa que nombraron Congo Francés, con base en Bangui, la capital de la actual República Centroafricana. En 1891, el territorio ocupado por los franceses adquirió el nombre de Ubangui-Chari, que en 1903 alcanzó el estatuto de colonia, para ser integrado entonces al África ecuatorial francesa en 1910.
Los episodios violentos de la colonia no solamente redujeron a la población nativa dramáticamente, sino también sembraron sentimientos de enemistad y rencor en la memoria de las generaciones posteriores. Hoy, irónicamente a pesar de haber sido una de las zonas más ricas en recursos, especialmente sus recursos minerales, como las reservas de uranio de la zona de Bakouma, el petróleo en Vakaga, el oro y los diamantes en sus ríos y selva, así como sus maderas, energía eléctrica y amplias tierras para el cultivo, especialmente del café y algodón, la República Centroafricana es uno de los países más pobres de África y se encuentra entre los diez países más rezagados del mundo; hecho que nos plantea nuevamente interrogantes cruciales sobre la explotación del hombre por el hombre, el saqueo indiscriminado de los recursos, los conflictos de intereses tanto políticos como económicos, que NO deberían quedar en el puro ángulo de la “RETROSPECTIVA”, sino sobre la mesa de discusión de los foros mundiales actuales encaminados al desarrollo, progreso y la igualdad.
Sin embargo, y a pesar de esas penalidades históricas existentes en muchas de las naciones menos favorecidas en el mundo, la República Centroafricana mantiene su identidad cultural, aquella prístina de mucho antes de la llegada de los colonizadores europeos, es decir el legado histórico y cultural de sus antepasados, los cánticos, los ritmos de percusión y las danzas de sus ancestros, además de su indumentaria autóctona y sobre todo, su espíritu de RENACIMIENTO como bien lo proclama su himno nacional, que una y otra vez ha sido cantado y recitado, superando luchas por el poder y violencia, crisis políticas y humanitarias, que no deberían quedar como un simple eco del pasado y en “Retrospectiva”, sino como una misión constante por la paz ahí y más allá de las fronteras centroafricanas.
P.S.:http://www.guiadelmundo.org.uy/cd/countries/caf/History.html
http://www.ikuska.com/Africa/Paises/rep_centroafricana/historia.htm