
Crisol Internacional: “Más allá del arcoíris: las cataras de Kalandula en Angola”
Las pequeñas o grandes maravillas del mundo creadas por la naturaleza o construidas por el hombre no sólo se limitan a aquellas nombradas desde la antigüedad, sino también se pueden encontrar en el ambiente que nos rodea cotidianamente; ver florecer el desierto después de unas copiosas lluvias nos puede asombrar y alegrar tanto como el eterno azul del mar con sus poderosas olas, el profundo verdor de un bosque, o las cumbres de una montaña, sin olvidarnos de unos coloridos atardeceres o amaneceres. Descubrir el retoño de una flor en medio del asfalto, el aleteo de una mariposa sobre la selva urbana y el canto incesante de un pájaro enamorado que nos despierta y deleitan a nuestros sentidos y sobre todo nos pueden dar paz y la sensación pulsante de estar vivos. Cada uno de nosotros tiene un espacio y momento favorito para retroalimentar y motivar este espíritu, ya sea en el campo, en un parque o en un jardín. Vivir plenamente significa ejercer todos nuestros sentidos para encontrar un balance y armonía en la vida.
Bien se afirma en la psicología moderna que:”Estar en contacto con la naturaleza nos ayuda a recargar energía y relajarnos, por lo que es el mejor remedio cada vez que necesitamos ordenar nuestros pensamientos y recuperar la serenidad.” Salir a caminar, disfrutar de una siesta en el pasto, ir a la playa a tomar un poco de sol, sentir la lluvia en la cara; cuanto más tiempo, más natural y aislado sea el entorno, mejores son los resultados según los especialistas en salud. En resumen, estar en un medio natural, lejos del ruido, del consumismo acelerado tiene un gran beneficio para nosotros.
En el continente africano aún hay muchos rincones maravillosos y poco descubiertos y uno de ellos se encuentra al Norte en Angola y se trata de las Cataratas de Kalandula en la provincia de Malanje, a 420 kms de la ciudad capital de Luanda. Estas maravillas naturales tienen una extensión de 410 metros con una altura de más de 105 metros y son unas de las más altas después de las de Tulega que se encuentran en el Monte Dragón (Drakensberg) en Sudáfrica. Históricamente, hasta el año de 1975, cuando concluyo el dominio portugués sobre el territorio estas maravillas naturales eran conocidas como las Cataratas del Duque de Braganza o como las Quedas del Duque de Braganza.
Las Cataratas de Kalandula aún no han sido muy exploradas, estando alimentadas por el Río Lucala, se precipitan al vacío desde una altura extrema de más de 100 metros, prácticamente el doble de altura del primer rascacielos de la Ciudad de México en 1932 que fue el Edificio de La Nacional con decoración al estilo Art Decó. La caída de las cataratas resulta verdaderamente espectacular y más aún poder apreciar su enorme “lengua de espuma” que alcanza una anchura de más de 400 metros y cuyo ruido nos puede dejar literalmente boquiabiertos ante su majestuosidad.
Bien, no se trata ni de los muy famosos Niágara Falls situada entre Estados Unidos y Canadá, ni tampoco de las Cataratas de Iguazú entre Brasil y Argentina, sino de un lugar de extraordinaria belleza poco explorada, rodeado por una increíble selva en el Norte de Angola. Sus visitantes afirman ante este espectáculo natural que “nadie puede decir que no existen fuerzas divinas” al crear una belleza natural tan impresionante e impactante que dejarán un recuerdo muy especial en la mente y en el corazón de los viajeros afortunados.
Tradicionalmente este sitio fue considerado como sagrado, ya que según las leyendas locales “las cataratas son un lugar espiritual donde se realizaban rituales para calmar a los dioses y pedir bienestar, salud y prosperidad. “ También se conocen como un lugar de ofrendas, porque en el pasado los ancianos ofrecían sacrificios y realizaban ceremonias en las cataratas para honrar a sus ancestros y a la naturaleza, con el fin de asegurar buenas cosechas y la prosperidad de la sociedad. Este tipo de rituales se han replicado alrededor del mundo desde tiempos muy antiguos y en la actualidad siguen las fiestas de acción de gracias para las cosechas y sus frutos, así como un acto de agradecimiento espontáneo. Qué mejor lugar que Kalandula para sentir toda esta energía poderosa que lanzan enormes cantidades de agua al caer sobre las grandes rocas causando un ruido escandaloso y muy potente pero a la vez liberador o como bien afirmaba el dramaturgo turco Memet Murat Ildan:“El agua es la viajera perfecta porque cuando viaja, ¡se convierte en el camino mismo!”
Indudablemente el sonido del agua corriendo tiene un valor terapéutico, y la vista del agua cayendo es impresionante. Además, las cascadas suelen estar enclavadas en exuberantes paisajes, lo que nos da la oportunidad de explorar hermosos senderos y disfrutar de la naturaleza en su máxima expresión. Entonces nos podemos convencer de que la naturaleza nos reconforta en todos los sentidos o como expreso un pensamiento anónimo sobre “Más allá de las cataratas de Kalandula en Angola: ”Deja que la música de la cascada te inunde, limpiando tu espíritu y renovando tu alma...”
P.S.: ps://www.bmicos.com/blog/7-beneficios-de-tener-contacto-con-la-naturaleza/
https://cnnespanol.cnn.com/mundo/africa
https://www.jetsetandforget.com/waterfalls-quotes/