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Crisol Internacional: “Me muero de hambre… Chad”

Escrito por Andrea König Fleischer en Viernes, 23 Febrero 2018. Publicado en Crisol Internacional, Cultura, Política, Sociedad

Cuántas veces hemos escuchado en diferentes ambientes y contextos la frase  “Me muero de hambre”, sin embargo y afortunadamente muy pocos de los que lo expresan, están realmente sufriendo hambre y en su mayoría tampoco tienen una idea clara de lo que significa MORIRSE DE HAMBRE. Por otro lado cuánta comida se desperdicia día tras día en el llamado “mundo desarrollado” o industrializado, ya que por ejemplo y según las estadísticas oficiales en  los Estados Unidos se desperdician 40 millones de toneladas de alimentos cada año, que podrían alimentar a los 1, 000 millones de personas que aún van cotidianamente con hambre a la cama cada noche y muy lamentablemente este problema está proliferando también en México en varias regiones, además de que nuestra población urbana está cada vez más influenciada por el consumo de la comida chatarra o el “fast food” que se puede conseguir rápidamente y en cualquier horario. Si bien este tipo de alimento proporciona al instante algo de energía por su alto contenido en grasas, carbohidratos y algunas proteínas,sabemos también que su consumo en exceso nos trastornará a la larga nuestra salud de una manera irreversible. Además se observa en los países industrializados y por lo general en zonas urbanas,  que cada vez hay más desperdicios de restos de este tipo comida que generalmente al servirse en abundancia se tiran a la basura. Esto nos confronta y presenta dos caras de una misma moneda: la aparente practicidad al satisfacer el hambre, o más bien el antojo, sin la necesaria nutrición  sacrificando conscientes o no pero gradualmente nuestra salud  y al mismo tiempo,  desperdiciar en forma innecesariamente sobras excesivas de una comida que realmente no se requiere. Así, por un lado observamos en los países desarrollados estos excesos  y abusos en el consumo de ciertos alimentos y por el otro lado sabemos que existe una tremenda escasez y un problema muy grave de desnutrición y hambrunas particularmente en muchas naciones africanas.

¿Pero realmente somos capaces de imaginarnos de cómo estaríamos si sólo hubiera  un trozo de pan o una tacita de arroz en la mesa después de haber trabajado una larga jornada que rebasa las ocho horas? Generalmente es más fácil quejarnos de que  falte  algo tan común como algún ingrediente o quizá incluso protestar porque no nos guste lo preparado y por lo mismo lo desechamos y desperdiciamos; mientras que  en el  otro lado del mundo hay personas que darían todo por ese resto de comida y desafortunadamente un triste ejemplo es la República de Chad que subsiste trágicamente en medio de una  severa crisis humanitaria debido a varias razones.  Primero El Chad  se encuentra  ubicado en África Central, limitando con Libia al Norte, Sudán al Este, la República Centroafricana al Sur, Camerún y Nigeria al Suroeste y con Nígeria al Oeste y cuenta con tres vastas zonas geográficas, cruciales históricamente para el comercio transahariano: la zona desértica del Norte, el muy árido cinturón de la Zona Sahel en el Centro y la fértil sabana sudanesa al Sur. La República del Chad es una, ex colonia francesa que no tiene  acceso al mar y  hoy  carece de muchos servicios básicos tras las sequías y plagas que han además afectado  seriamente y por largo tiempo a sus cultivos, es por eso que también es tristemente referido como “el corazón muerto de África”. Es justo en la Zona Sahel, compartida por Chad, Mali, Nígeria, Sudán, extendiéndose hasta Etiopía donde  viven actualmente más de 10 millones de personas de 200 diferentes etnias  que tras largos años de guerras civiles  enfrentan  de nuevo una severa crisis alimentaria y con ello la amenaza cotidiana del hambre, que ha traspasado las fronteras tras la crisis de Darfur en el Sudán, desestabilizando de nuevo al Chad y su capacidad de atender a los miles de refugiados, ya que  actualmente el 87% de su población rural  vive  en el umbral de la pobreza, es decir con el  ingreso mínimo de 1 dólar al día.  Al mismo tiempo por las constantes sequías se han producido una reducción en la producción de los cereales, causando esto una escalada de precios más elevados y con ello generando una inseguridad alimentaria interna…

 

Los programas lanzados por los organismos descentralizados de las Naciones Unidas como el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la distribución de granos, pastos, semillas y fertilizantes por parte de la FAO se ven sobrepasados ante las crecientes demandas y las constantes amenazas y actos de grupos radicales como Boko Haram quienes desde los países vecinos a Chad tratan de interceptar y robar los convoys con comida y ayuda humanitaria, agravándose así la problemática interna de Chad de la hambruna masiva. El Lago Chad al Sur del país  es el segundo lago más grande de África  y representa en medio de esta crisis la fuente de vida y una esperanza para todos. Es el lugar donde transitan las familias y los animales  simultáneamente en búsqueda del  agua y vital líquido, pero siempre con temor por la posible presencia de grupos rebeldes que buscan controlar el suministro, así el Gobierno de Chad ordena repentinamente toques de queda para prevenir más violencia y crimen.

 

Las cifras que acompañan al drama humano en esta región del mundo  hablan por sí mismo, ya que más de 14 millones de personas están amenazadas directamente por la inseguridad alimentaria, hay más de medio millón de niños que padecen desnutrición aguda severa, la ayuda humanitaria no los ha logrado alcanzar, ya que la Conferencia Humanitaria de Oslo, Noruega determinó que para subsanar las necesidades inmediatas se necesitarían más de 1, 400 millones de Euros de los cuales apenas se lograron juntar 636 millones, un primer paso pero aún insuficiente ante el riesgo de la hambruna y la creciente presión sobre los escasos recursos disponibles. La situación económica interna en Chad obviamente se ha tornado más precaria que nunca ante los constantes incrementos en los precios de los productos básicos, el cierre de rutas comerciales con Nigeria, donde los grupos yihadistas siguen haciendo de la suya, sembrando terror entre la población más vulnerable en toda la región. El Índice de Desarrollo Humano ha caído a la posición número 188, uno de los más bajos a nivel global, dejando poca esperanza para un mejor mañana, aún así las clínicas móviles de varias organizaciones internacionales buscan un camino para mitigar los problemas de salud causados por la hambruna, la inseguridad  y los conflictos políticos. Los testimonios de los  casi 50 mil voluntarios expresan con claridad la situación y el espíritu inquebrantable de seguir luchando: “La salud y la educación se encuentran en un estado catastrófico, hay menores que NO han sido vacunados, ni escolarizados… pero habrá que continuar con todo este trabajo”. En medio de todo este desconsuelo nos queda crear una MAYOR CONCIENCIA acerca del uso y desperdicio cotidiano de los alimentos y la posible ayuda que se podría brindar al cuidar de esos recursos y especialmente reaccionar y NO quedarnos al margen o mantenernos indiferentes y sobretodo,  agradecer  y valorar lo poco o mucho que tenemos cada día y reconsiderar si realmente  “¿Nos morimos de hambre” ?....



P.S.:  https://www.oxfamintermon.org/es/editorial/entrevista/se-desperdicia-mas-comida-en-mundo-de-que-podrian-consumir-todas-personas-hambr

 

http://www.fao.org/food-loss-and-food-waste/es/

 

http://www.unpuntoenelinfinito.com/fame-nel-mondo/1715-emergencia-alimentaria-en-chad.html

https://elpais.com/elpais/2017/03/30/planeta_futuro/1490869425_520154.html  casos

 

 

http://es.wfp.org/10-datos-sobre-el-hambre-en-chad

Cuántas veces hemos escuchado en diferentes ambientes y contextos la frase  Me muero de hambre”, sin embargo y afortunadamente muy pocos de los que lo expresan, están realmente sufriendo hambre y en su mayoría tampoco tienen una idea clara de lo que significa MORIRSE DE HAMBRE. Por otro lado cuánta comida se desperdicia día tras día en el llamado “mundo desarrollado” o industrializado, ya que por ejemplo y según las estadísticas oficiales en  los Estados Unidos se desperdician 40 millones de toneladas de alimentos cada año, que podrían alimentar a los 1, 000 millones de personas que aún van cotidianamente con hambre a la cama cada noche y muy lamentablemente este problema está proliferando también en México en varias regiones, además de que nuestra población urbana está cada vez más influenciada por el consumo de la comida chatarra o el “fast food” que se puede conseguir rápidamente y en cualquier horario. Si bien este tipo de alimento proporciona al instante algo de energía por su alto contenido en grasas, carbohidratos y algunas proteínas,sabemos también que su consumo en exceso nos trastornará a la larga nuestra salud de una manera irreversible. Además se observa en los países industrializados y por lo general en zonas urbanas,  que cada vez hay más desperdicios de restos de este tipo comida que generalmente al servirse en abundancia se tiran a la basura. Esto nos confronta y presenta dos caras de una misma moneda: la aparente practicidad al satisfacer el hambre, o más bien el antojo, sin la necesaria nutrición  sacrificando conscientes o no pero gradualmente nuestra salud  y al mismo tiempo,  desperdiciar en forma innecesariamente sobras excesivas de una comida que realmente no se requiere. Así, por un lado observamos en los países desarrollados estos excesos  y abusos en el consumo de ciertos alimentos y por el otro lado sabemos que existe una tremenda escasez y un problema muy grave de desnutrición y hambrunas particularmente en muchas naciones africanas.

¿Pero realmente somos capaces de imaginarnos de cómo estaríamos si sólo hubiera  un trozo de pan o una tacita de arroz en la mesa después de haber trabajado una larga jornada que rebasa las ocho horas? Generalmente es más fácil quejarnos de que  falte  algo tan común como algún ingrediente o quizá incluso protestar porque no nos guste lo preparado y por lo mismo lo desechamos y desperdiciamos; mientras que  en el  otro lado del mundo hay personas que darían todo por ese resto de comida y desafortunadamente un triste ejemplo es la República de Chad que subsiste trágicamente en medio de una  severa crisis humanitaria debido a varias razones.  Primero El Chad  se encuentra  ubicado en África Central, limitando con Libia al Norte, Sudán al Este, la República Centroafricana al Sur, Camerún y Nigeria al Suroeste y con Nígeria al Oeste y cuenta con tres vastas zonas geográficas, cruciales históricamente para el comercio transahariano: la zona desértica del Norte, el muy árido cinturón de la Zona Sahel en el Centro y la fértil sabana sudanesa al Sur. La República del Chad es una, ex colonia francesa que no tiene  acceso al mar y  hoy  carece de muchos servicios básicos tras las sequías y plagas que han además afectado  seriamente y por largo tiempo a sus cultivos, es por eso que también es tristemente referido como “el corazón muerto de África”. Es justo en la Zona Sahel, compartida por Chad, Mali, Nígeria, Sudán, extendiéndose hasta Etiopía donde  viven actualmente más de 10 millones de personas de 200 diferentes etnias  que tras largos años de guerras civiles  enfrentan  de nuevo una severa crisis alimentaria y con ello la amenaza cotidiana del hambre, que ha traspasado las fronteras tras la crisis de Darfur en el Sudán, desestabilizando de nuevo al Chad y su capacidad de atender a los miles de refugiados, ya que  actualmente el 87% de su población rural  vive  en el umbral de la pobreza, es decir con el  ingreso mínimo de 1 dólar al día.  Al mismo tiempo por las constantes sequías se han producido una reducción en la producción de los cereales, causando esto una escalada de precios más elevados y con ello generando una inseguridad alimentaria interna…

 

Los programas lanzados por los organismos descentralizados de las Naciones Unidas como el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la distribución de granos, pastos, semillas y fertilizantes por parte de la FAO se ven sobrepasados ante las crecientes demandas y las constantes amenazas y actos de grupos radicales como Boko Haram quienes desde los países vecinos a Chad tratan de interceptar y robar los convoys con comida y ayuda humanitaria, agravándose así la problemática interna de Chad de la hambruna masiva. El Lago Chad al Sur del país  es el segundo lago más grande de África  y representa en medio de esta crisis la fuente de vida y una esperanza para todos. Es el lugar donde transitan las familias y los animales  simultáneamente en búsqueda del  agua y vital líquido, pero siempre con temor por la posible presencia de grupos rebeldes que buscan controlar el suministro, así el Gobierno de Chad ordena repentinamente toques de queda para prevenir más violencia y crimen.

 

Las cifras que acompañan al drama humano en esta región del mundo  hablan por sí mismo, ya que más de 14 millones de personas están amenazadas directamente por la inseguridad alimentaria, hay más de medio millón de niños que padecen desnutrición aguda severa, la ayuda humanitaria no los ha logrado alcanzar, ya que la Conferencia Humanitaria de Oslo, Noruega determinó que para subsanar las necesidades inmediatas se necesitarían más de 1, 400 millones de Euros de los cuales apenas se lograron juntar 636 millones, un primer paso pero aún insuficiente ante el riesgo de la hambruna y la creciente presión sobre los escasos recursos disponibles. La situación económica interna en Chad obviamente se ha tornado más precaria que nunca ante los constantes incrementos en los precios de los productos básicos, el cierre de rutas comerciales con Nigeria, donde los grupos yihadistas siguen haciendo de la suya, sembrando terror entre la población más vulnerable en toda la región. El Índice de Desarrollo Humano ha caído a la posición número 188, uno de los más bajos a nivel global, dejando poca esperanza para un mejor mañana, aún así las clínicas móviles de varias organizaciones internacionales buscan un camino para mitigar los problemas de salud causados por la hambruna, la inseguridad  y los conflictos políticos. Los testimonios de los  casi 50 mil voluntarios expresan con claridad la situación y el espíritu inquebrantable de seguir luchando: “La salud y la educación se encuentran en un estado catastrófico, hay menores que NO han sido vacunados, ni escolarizados… pero habrá que continuar con todo este trabajo”. En medio de todo este desconsuelo nos queda crear una MAYOR CONCIENCIA acerca del uso y desperdicio cotidiano de los alimentos y la posible ayuda que se podría brindar al cuidar de esos recursos y especialmente reaccionar y NO quedarnos al margen o mantenernos indiferentes y sobretodo,  agradecer  y valorar lo poco o mucho que tenemos cada día y reconsiderar si realmente  “¿Nos morimos de hambre” ?....



P.S.:  https://www.oxfamintermon.org/es/editorial/entrevista/se-desperdicia-mas-comida-en-mundo-de-que-podrian-consumir-todas-personas-hambr

 

http://www.fao.org/food-loss-and-food-waste/es/

 

http://www.unpuntoenelinfinito.com/fame-nel-mondo/1715-emergencia-alimentaria-en-chad.html

https://elpais.com/elpais/2017/03/30/planeta_futuro/1490869425_520154.html  casos

 

http://es.wfp.org/10-datos-sobre-el-hambre-en-chad

 

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