Crisol Internacional: “Postdata olímpico…Kayla Nemour, Argelia”

Cuántas emociones y cuántos años de preparativos, entrenamiento disciplinado en diversas condiciones climáticas y circunstancias socio-económicas, aunado a un constante esfuerzo físico y mental…y cuántos sueños de jóvenes atletas, sus familias y sus entrenadores culminan en los Juegos Olímpicos, tal fue el caso de París 2024 que acabamos de ver y disfrutar desde nuestros televisores o dispositivos y en el caso de algunos muy afortunados verlos en vivo desde las tribunas… A la vez también cuántas frustraciones, lágrimas, dolor físico y lesiones se presentaron durante este magno evento de tradición milenaria que merece nuestro reconocimiento, respeto y admiración. Así, lo que para algunos atletas representa el sueño máximo se concreta en una medalla de oro, de plata o de bronce para otros es el “simple” hecho de la participación, viviendo con entusiasmo, esfuerzo y alegría este magno evento deportivo que a través de los siglos representa la persecución y el logro de un sueño.

Si, revisamos la historia antigua encontramos que los “Juegos Olímpicos eran un evento deportivo que se celebraba cada cuatro años en honor a Zeus, el Dios supremo de la religión griega en un lugar sagrado de Olimpia, ubicado en el Peloponeso occidental. Los Juegos, que se celebraron entre el 776 A. C. y el 393 D. C., contaban con participantes y espectadores de toda Grecia e incluso más allá de sus fronteras.” Además, los Juegos Olímpicos eran considerados como el acontecimiento deportivo y cultural más importante de la Antigua Grecia, mismos que se celebraron durante 293 olimpíadas consecutivas… es decir, más que el doble de los eventos olímpicos que se han celebrado en la era moderna desde que se reiniciaron en el año de 1896; tan importantes eran los Juegos en el Mundo Antiguo que incluso se utilizaban como una base para el calendario.

Igualmente algunas de las historias de sus atletas participantes han sido la base para libros, documentales y hasta películas muy emocionantes y dramáticas como por ejemplo Carros de fuego, Sin límites, Munich, Inquebrantable, Yo. Tonya, King Richard, Las nadadoras y La caída, que nos han acercado al mundo de los sueños e ideales de los atletas y a la pasión por el deporte. No cabe la menor duda que muchas nuevas historias se hilvanaron y adicionaron recientemente en Paris 2024 y una de ellas es la de la gimnasta Kaylia Nemour de apenas 17 años, nacida en Francia que no solamente tuvo que luchar e imponerse ante sus rivales sino también a la burocracia misma del país sede, tomando la crucial decisión de competir por la tierra de su padre un inmigrante de Argelia…

Kaylia, nacida en Saint-Benoît-la-Forêt, un idílico pueblo ubicado en el centro de Francia, en la región conocida como Indre-et-Loire, donde entrenaba y donde fue convocada para las competencias de alto nivel para el año 2022, cuando apenas iba a cumplir 15 años de edad. Por tal motivo la Federación Francesa de Gimnasia quiso trasladarla a París para que entrenara bajo su supervisión y dejara a su club local de Avoine-Beaumont y por ende, a sus entrenadores. Sin embargo, en 2021 se tuvo que someter a una cirugía en las rodillas y la Federación consideró que “no estaba apta para volver a competir, incluso contra la opinión del cirujano de la atleta….” Ante la frustración y tristeza Kaylia tomo la drástica decisión de solicitar la nacionalidad argelina, la de su padre inmigrante para revelarse contra las decisiones de los comités franceses. Tras su lucha contra los trámites y la burocracia, el cambio fue aceptado por la Federación Internacional de Gimnasia, aunque…. Sin embargo, NO pudo competir en ciertos eventos sancionados por este organismo sino hasta 2023, debido a los recursos interpuestos por la Federación francesa. No obstante, Kaylia, volvió a brillar, viviendo su sueño de competir, especialmente en las pruebas de barras asimétricas… y así definitivamente cambiar la historia del deporte de África y de sus mujeres atletas, ya que jamás se había tenido una representante capaz de colocarse entre las mejores del mundo…

Definitivamente cabe resaltar la fuerza mental de Kaylia para superar las adversidades, las negativas y rechazos de su “propio” país, planteando interrogantes de ¿Cómo sería recibida de vuelta en “casa”, en un país totalmente alborotado por la afición y la fiebre olímpica que en un sentido la había perdido…? Siempre puede haber un desenlace feliz y por supuesto momentos de tensión y dramatismo previo, ya que tal vez el destino o justo una lección al estilo “Postdata olímpico…” para TODAS Y TODOS que la joven atleta pudiera compitiera tras la deslumbrante actuación que tuvo en de Qiu Qiyuan, de China, donde había alcanzado una puntuación de 15.500 y se había colocado en el primer lugar de la competencia, muy por encima de los 14.766 puntos de la belga Nina Derwael, campeona olímpica en Tokio en el 2020, quien al final se quedó sin medalla al estar desplazada del podio por los 14.800 puntos de Sunisa Lee de los Estados Unidos. En una rutina de apenas 30 segundos llenos de estilo, dificultad y precisión …Kaylia Nemour dejó sin aliento a miles de espectadores en la Bercy Arena de Paris y probablemente a millones de personas frente a los televisores y dispositivos electrónicos y especialmente llenó de orgullo a las argelinas y argelinos dentro y fuera de su país haciendo historia para “su” país…Después de todo, la incesante ovación de su público causó lágrimas de felicidad en Kaylia Nemour…en casa…pese a todos los obstáculos y trabas burocráticas…honrando y por siempre será recordada con la nota final de 15.700 y la medalla de oro, pero también por la perseverancia, del espíritu deportivo y su lucha ejemplar para las futuras generaciones resaltando que NO hay que rendirse jamás, dejándonos esta “Postdata olímpica…” o como bien lo expresaba Pierre Coubertain, padre de los Juegos Olímpicos de la época moderna: “Lo mejor que tienen los sueños es que se pueden hacer realidad….”