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Crisol Internacional: “Rapa Nui- un regalo de Pascuas”

Escrito por Andrea König Fleischer en Lunes, 13 Abril 2015. Publicado en Cultura, Historia, Sociedad

Cuando de lugares  verdaderamente muy remotos se trata, la Isla de Pascua, ubicada en medio del Océano Pacífico,  a 3700 km de las costas chilenas y a 4050 km de Tahití en la Polinesia, representa realmente  como pocos lugares uno de los más  aislados y distantes del mundo y por ello, también fue bautizado poéticamente como “el ombligo del mundo”.  En el contexto geográfico la Isla de Pascua pertenece a Oceanía, políticamente está bajo la administración del Gobierno de  Chile y culturalmente es un auténtico enigma que la vuelve sumamente interesante  desde cualquier perspectiva. Aunado a ello, la isla encierra auténticos tesoros naturales y arqueológicos  para aquel viajero hambriento de aventura, misterio y la inspiración de la soledad. La isla fue descubierta justo durante el Domingo de Pascuas en 1722 por el almirante holandés Jakob Roggeveen tras una larga travesía desde Europa. También es conocida  bajo el nombre polinesio de Rapa Nui o “isla grande”, que  actualmente apenas cuenta con  5035 habitantes o el equivalente a las comunidades rurales desde El Triunfo hasta  Los Barriles en Baja California Sur. Actualmente la  Isla de Pascua  es  un extraordinario destino turístico debido a su  singular belleza natural y su cultura tan misteriosa, razones evidentes por las cuales fue incluida  también en el Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO (1995). Asimismo, con  las reformas constitucionales de 2007 en Chile, se estableció que las islas fueran un “territorio especial”, administrado por la República de Chile, pero gozando de un estatus político especial.

Ahora bien, los primeros habitantes de esta pequeña porción de tierra de apenas 166 km², circundada completamente por las aguas del Pacífico y aislado  las enormes distancias, pudieron haber llegado desde la India según algunos estudios antropológicos (Buck), pero también existe la hipótesis que  primitivos habitantes  de América hubieran llegado a Oceanía (Heyderdahl). Como haya sido, sus primeros pobladores debían haber sido excelentes navegantes para tomar puerto en esas  islas tan remotas y expuestas a tempestades y el clima. Históricamente, la figura de un primer rey, Hotu Matu’a, emerge con solidez en la legendaria tradición oral pascuense aproximadamente 400 D.C. Existen vestigios ceremoniales, específicamente las muy famosas esculturas, de las  casi 400  cabezas gigantes  que hoy son finalistas de las Siete Maravillas Nuevas del Mundo, denominados Moaís,  solo algunas con mirada fija hacia la inmensidad del Océano, y la mayoría siempre viendo hacia tierra pero todas con una  solemne expresión majestuosa que podrían ser indicio suficiente para dar fe a la creencia que Rapa Nui haya sido un prominente centro espiritual de grandes civilizaciones del pasado. Con el transcurso del tiempo los descendientes de las primeras familias colonizadoras fueron constituyéndose en tribus llamadas mata, radicadas en predios de su dominio con precisión geográfica debido a los límites espaciales de la propia isla. Estas tribus lograron sobrevivir a base en los escasos recursos de la isla y el  mar durante más de  ocho siglos a pesar del  completo aislamiento de otras culturas y pudieron organizar y mantener su sociedad. Posteriormente los conflictos inter -tribales y la escasez de alimentos, las orilló a una situación muy convulsiva que aún estaba por empeorarse con la llegada de los europeos, filibusteros, piratas, esclavistas, balleneros, que iban trazando con violencia y sangre una historia siniestra, como una larga pesadilla que se amenazó a sus habitantes quienes resistieron intrépidamente el dolor de la explotación y conquista. Es hasta el año  de 1888, después de largas disputas y conflictos atroces que se agrega la isla a la naciente República de Chile y se inicia un proceso mestizaje  e  inmigración  desde Chile, Tahití y Europa, lo que significó un cambio vertiginoso y drástico para sus escasos habitantes y para su cultura en general; luchando por sobrevivir  y coexistir en una espiral de forzada modernidad.

Ahora bien, en el halo del misterio cuando el viajero privilegiado contempla  las colosales cabezas de piedra o Moaís, algunas de más de 20 metros de altitud y toneladas de peso,  mismas que se han convertido en la seña de identidad más peculiar de las islas, siempre  motivan muchas dudas acerca de su origen, especialmente cómo fueron construidos y levantados  en este sitio tan remoto en medio del vasto Océano Pacífico, despertando una indescriptible fascinación e imaginación hacia los secretos del pasado, que exponen enigmas para el futuro, abriendo  espacios para nuevas teorías.

Rapa Nui aún guarda muchas tradiciones y ceremonias ancestrales como la que se celebra a finales de Enero o principios de Febrero, el Tapatí Rapanui, concurso de música, baile, pintura corporal y elección de una reina, similar a las festividades de un carnaval, pero con los toques autóctonos de la isla; asimismo la ceremonia del Tangata Manu u Hombre-Pájaro fue una ceremonia que se inició probablemente en el siglo XVIII en honor del dios Make Make y duró hasta la llegada de los misioneros católicos en 1866 y aún durante eventos artísticos especiales es recordada y perpetuada con orgullo. Otra expresión cultural peculiar  representa la escritura Rongo Rongo, un sistema de escritura por glifos tallados sobre maderas o “Tablillas” que hasta la fecha no ha podido ser descifrada, mientras que se conserva la lengua “Rapa Nui” usada comúnmente por los isleños en su ámbito familiar y coloquial junto con el español.

En la actualidad Rapa Nui recibe más de 50 000 visitantes anualmente, que son sujetos a permisos especiales y la isla vive y depende de la actividad turística. Por ello se han emprendido grandes esfuerzos para conservar su cultura y sus tradiciones milenarias, ejemplo de ello son  la  música y danza típica que  recuerda a los suaves  ritmos polinesios,  los bailarines con vestuarios esplendorosos dedicados a los dioses, a los espíritus, la lluvia o el amor,  parecido a las grandes civilizaciones prehispánicas de México, como por ejemplo los Maya. Asimismo, los bailarinesportan tatuajes y pinturas corporales como símbolos de su veneración espiritual y compiten en sus festivales. Además, es una  vieja tradición enseñar el idioma  Rapa Nui hablado  a los niños y jóvenes a través de la danza. Indiscutiblemente, a pesar de su lejanía y su tamaño  Rapa Nui  es un auténtico “Regalo de Pascuas” para el mundo y así siempre debería  ser recordada, admirada y respetada por la humanidad, atesorando sus leyendas, mitos y su cultura única en medio de lo infinito del Océano Pacífico

 

 


P.S.:   Información útil para el viajero http://www.portalrapanui.cl/

Notas sobre el Patrimonio de la Humanidad: https://lanaveva.wordpress.com/2009/09/23/isla-de-pascua-patrimonio-de-la-humanidad/

http://imaginaisladepascua.com/la-isla-de-pascua/cultura-rapa-nui/

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