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Crisol Internacional: “Reencontrando el Norte”- Canadá

Escrito por Andrea König Fleischer en Lunes, 30 Marzo 2015. Publicado en Cultura, Sociedad

Mientras que en nuestro “Puerto de Ilusión”, La Paz, ya  se asoman los colibrís, las calandrias y los azares de los limoneros cubren con un  dulce aroma los jardines y el sol cada mañana se pone más radiante, anunciándonos así la llegada de la primavera, y también con ello a uno que otro “springbreaker” adelantado. Pero a pesar de esas señas amigables y prometedoras del cambio hacia una nueva estación muy al Norte de nuestro continente, a una distancia de más de 4500 km encontramos al increíble país del Canadá, que aún lucha contra el invierno que en su latitud no quiere ceder. En esta vasta región del mundo que abarca  un inmenso territorio de casi 10 millones de km² y que de hecho representa el segundo país más grande del mundo, no sólo los osos polares sufren para encontrar comida sino también sus pueblos nativos  de los  más de  35. 4 Millones  de canadienses  que siguen con sus vidas  normadas por gélidas temperaturas, muy por debajo del cero o de apenas unos pocos grados en las regiones más templadas y así realmente su  ritmo de la vida en estas latitudes y temporadas se da de una manera  distinta teniendo que adaptarse a las condiciones climatológicas extremas del Norte,mucho más difíciles que lo comúnmente conocido para la mayoría de nosotros.

Probablemente nuestros lectores tendrán bastante conocimiento y simpatía e interés para el cuasi vecino país de Canadá, nación muy desarrollada, próspera, con un alto nivel de vida, grandes recursos naturales y un escenario multicultural. Sin embargo, la  vida en  sus regiones polares, particularmente la de los  famosos “esquimales” aún envuelve muchos misterios y leyendas de cuales hoy trataremos de revelar algunas. Los  aborígenes de estas norteñas regiones comúnmente denominados como  “esquimales” habitan en las latitudes de Norte de América, desde Alaska, Canadá y en Groenlandia, mostrando una extraordinaria capacidad de adaptación al clima ártico, abarcando desde Siberia y el Estrecho de Bering, punta de partida también de las ballenas grises que año con año escapan del crudo invierno de esas regiones y regresan para  reproducirse y nacer  en el clima templado de Baja California Sur. Las tribus autóctonos  más conocidas de aquella región  son los “Inuit” que significa “gente”, mientras que el nombre “esquimal”, inventado por los habitantes del sur, significa por sus costumbres,  “devoradores de carne cruda”. En el pasado los “Inuit” basaban su economía en la caza y la pesca, empleando arpones y cuchillos, navegando en sus embarcaciones muy peculiares y perfectamente adaptadas al ambiente,  los “kayak”, así como peregrinando en los trineos, recorriendo en ellos distancias considerables en un mundo de nieve y desolación que no perdona errores  y sobreviviendo durante siglos sin tecnologías ni grandes ostentaciones, tratando de preservar sus vidas y costumbres. Asimismo,  ellos sustentaban  durante siglos una dieta a base de pescado, las focas, morsas, ballenas y otras especies marinas, ingiriendo la carne tanto cruda como cocida, aprovechando además las pieles de las focas para confeccionar su ropa,  sus tiendas y sus kayaks y especialmente por el clima utilizando la grasa como una parte fundamental de su dieta. Algunos grupos de los “Inuit” aún viven como nómadas, desplazándose de una zona a otra, cazando a los caribús durante el corto verano boreal. La estructura social de los “Inuit” gira alrededor de las familias que comparten relaciones amistosas con sus vecinos, ya que la solidaridad y cooperación son valores fundamentales y necesarios  en un hábitat tan extremo y riesgoso. Asimismo, existe una tradicional división de trabajo en los matrimonios, encargándose los esposos de las tareas pesadas de proveer los alimentos, mientras que las mujeres se dedican a la crianza y educación de los hijos y el cuidado del hogar. Ahora bien y retornando al tema central, las tribus de esquimales del Canadá  se conocen como: los “Nunatsiavut” o gente de “ Nuestra Tierra Hermosa”, que habitan el Este de la Península del Labrador y el Norte de la Isla de Terranova; los  “Nunavik” o “Lugar para vivir” distribuidos al Norte de Quebec, los “Nunavut” o “ Nuestra Tierra”, de la zona costera central de Canadá que bordea el Océano Ártico, abarcando también las islas y la Bahía de Hudson y también existen los “Inuvialuit” o “Verdaderos seres humanos” de la zona Oeste del Ártico canadiense. La vida de todos estos grupos sigue siendo tan extrema como el clima en el que habitan, obligándolos a mudarse con frecuencia de acuerdo a la disponibilidad del alimento.  Los famosos iglúes  han dejado ya de ser  viviendas permanentes y se han convertido actualmente en refugios temporales durante los viajes  de cacería, ya que las mayorías de ellos habitan ahora en unas viviendas construidas con materiales introducidos.

La Segunda Guerra Mundial motivó el interés hacia  el Norte de Canadá tanto por su ubicación estratégica, como por sus recursos naturales como son el: plomo, plata, madera, zinc, níquel,petróleo y gas natural que se encuentran dispersos en esta vasta región. Con el inevitable progreso derivado de sus recursos, los  pueblos nativos de Canadá han tenido que integrarse a una sociedad moderna y desarrollada, concediendo muchas de sus costumbres; sin embargo tanto sus cuentos y leyendas tradicionales, su mitología y bailes siguen perdurando y preservándose en la actualidad, así como también la importancia de la familia y el idioma “Inuktitut” que incluso se mantiene y se escucha en algunos programas de radio y televisión. Algunas tradiciones ancestrales y hoy muy polémicas como la  cacería de las focas, ante las protestas internacionales no sólo de los ambientalistas, sino también de la opinión pública internacional, ha tenido que ser revisada y evaluada ante los organismos competentes del gobierno para encontrar soluciones satisfactorias para las partes. Así el Gobierno canadiense ha tenido que ofrecer subvenciones  y alternativas laborales para  apoyar la vida de sus aborígenes, acostumbrados a  una forma de vida muy opuesta a los estándares modernos de la economía global en todos sus sentidos. Tristemente los cambios sociales que se dieron en muchas comunidades de forma brusca,  similar a lo ocurrido en  tantas otras comunidades aborígenes alrededor del mundo, llevaron a situaciones de desesperación y  en algunas comunidades  a altas tasas de suicidios, especialmente entre los jóvenes que se sienten aislados del resto del mundo y ven por los medios de comunicación masiva diferentes costumbres de vida o “la vida pasando frente a sus ojos”.  Ahora bien, como esa  lejana y fría región se encuentra  geográficamente muy distante, los gastos para emprender un viaje hacia  o desde el Norte de Canadá  a cualquier destino exterior  siempre serán altos y por ende difíciles de financiar para la gran mayoría de la población nativa. Al mismo tiempo, con el progreso  también llegaron desafortunadamente las adicciones, especialmente al alcohol y el gobierno canadiense tuvo que implementar restricciones y prohibiciones en las zonas auto-administradas para evitar una mayor crisis social  en sus minorías. La integración escolar de los “Inuit”  sigue siendo un verdadero reto para las autoridades canadienses, tratando de preservar las costumbres y por ende las lenguas autóctonas, estableciendo internados en las comunidades remotas, pero no siempre con la garantía de tener maestros capaces de enseñar los idiomas originales, situaciones sociales que comparten muchas otras etnias alrededor del mundo y que como vemos, se dan también en los países llamados “desarrollados”.

A pesar de todas las problemáticas climáticas, históricas y sociales que han tenido que enfrentar y superar los pueblos nativos del Norte de Canadá, los han sobrevivido  y curiosamente cuando miramos a una brújula y ésta marca el Norte, nos damos cuenta de que puede existir una fuerza enigmática superior, señalando firmemente en esa  dirección y que sin cambiar, siempre es la misma, invariable en el tiempo, ayudándonos así a “reencontrar el Norte” y quizás iluminados por la belleza de la aurora boreal, encontrar aún en ese hábitat tan agreste la fascinación de la naturaleza, regalo que nos ofrece la vida, sin importar para adonde apunte o nos lleve nuestra brújula personal…

 

 


P.S. Detalles sobre la cultura de los  “Inuit” http://www.windows2universe.org/earth/polar/inuit_culture.html&lang=sp

Impactante película sobre la vida y el valor de los “Inuit” Atamarjuat” del Director Zacharias Kunuk, así como la clásica novela de “Las sombras largas” de Hans Ruesch.

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