Crisol Internacional: “San Marino, más que un timbre postal cerca del mar”
Nuestra mirada y nuestro pensamiento no siempre se deben dirigir hacia las grandes potencias o los trágicos sucesos e impactantes noticias o bien las aventuras extremas, ya que muchas veces resulta más gratificante poder descubrir en el conjunto de las naciones de nuestro mundo, lo excepcional y único que ofrece una región geográficamente muy pequeña, casi diminuta y seguramente muy poco conocida como es el caso del micro Estado de San Marino. Justo ahí “puede estar el detalle”, hallando la diferencia con este nuevo encuentro cultural e histórico. San Marino es un enclave o un micro Estado independiente, ubicado al Este en medio de la península de la bella Italia, situado entre las provincias de Emilia- Romaña y las Marcas, a 250 km de Roma y a una distancia de sólo 10 km del Mar Adriático, desde allá la vigila una prominente montaña, el Monte Titano de 739 metros de altura. Si estuviéramos trazando una analogía geográfica con Baja California Sur, sería una región más pequeña que la Isla Espíritu Santo, con una población de la mitad de San José del Cabo, contando con una elevación montañosa de menos de la mitad del Volcán de los Tres Vírgenes y a una distancia del mar, como la de la Ciudad de La Paz, a la playa del Tesoro. San Marino, oficialmente llamada Serenísima República de San Marino es a pesar de su dimensión, el Estado soberano más antiguo de toda Europa, ya que fue fundado en el siglo 3 D.C. Y estableció su primera Constitución Política en 1600. Justo esta pequeña república fue la única nación de Europa Occidental quién tras la Segunda Guerra Mundial, rechazó la ayuda económica y militar prevista en el Plan Marshall de los Estados Unidos, causando entonces por esto, un gran asombro y respeto en el pueblo norteamericano. Sin lugar a dudas estos datos curiosos nos permiten hacer una reflexión sobre hechos políticos, sociales y culturales de importancia internacional, que ahí han ocurrido y de los cuales poco se sabe en el mundo.
San Marino igual que otras pequeñas naciones como Andorra, Liechtenstein y Mónaco, parecen ser un anacronismo de tiempos medievales, cuando la jurisdicción de una ciudad no iba más allá del alcance de las armas que defendían sus las murallas. Junto con el Vaticano es el único país europeo completamente rodeado por otro y en este caso de Italia. Sin embargo, a pesar de que San Marino no pertenece a la Eurozona, se le ha autorizado usar el Euro como moneda nacional en virtud de acuerdos correspondientes con el Consejo de la Unión Europea, pudiendo por ello aplicar su propia imagen nacional en la cara correspondiente de la moneda única Europea. Además, tanto la Lira Sanmarinense, como el Euro del país, al ser ambas producidas en pequeño número están muy cotizados en el mercado de los coleccionistas. Hablando de su economía, el Producto Interno Bruto (PIB) de San Marino se sustenta casi en un 50% del turismo, recibiendo anualmente aproximadamente más de tres millones de visitantes, que disfrutan de sus atractivos naturales, sus construcciones medievales y su ambiente exclusivo y relajado, además de su tradicional cocina. En otras actividades San Marino destaca por ofrecer un buen servicio bancario, aunado al desarrollo tecnológico y artesanal, contando además con productos agrícolas reconocidos como lo son sus vinos y quesos, que gozan de fama y sabor más allá de los Alpes y del Mediterráneo. El plato Sanmarinense más conocido es probablemente la Torta Tre Monti ("Torta de las Tres Montañas o Torres", muestra icónica de las tres torres de defensa del Monte Titano), que es una deliciosa torta a base de waffles bañados en chocolate y que representa las tres torres de San Marino. Otros auténticos manjares culinariosrepresentan los faggioli con le cotiche, una sopa espesa de frijol oscuro con tocino que se prepara tradicionalmente para la Navidad o la pasta e cece, que es una sopa de chicharos y fideos, con ajo y romero y nidi di rondine o literalmente “nido de golondrina”, un plato de pasta horneado con jamón ahumado, queso, carne de res, cubierto con salsa tomate y salsa blanca. Otro legítimo tesoro Sanmarinense son sus muy codiciados sellos postales que alcanzan valores muy altos de hasta casi dos mil Euros entre los coleccionistas y expertos en filatelia a nivel mundial. Para el incansable viajero, sediento de conocimiento cultural e histórico, resulta refrescante pasear por el Palazzo Público, buscar un momento espiritual en la Basílica de San Marino, o recorrer el Museo de Monedas y Timbres en Borgio Maggiore, y sobre todo, escalar el Monte Titano con la Rocca Gualta y disfrutar desde ahí de la increíble vista panorámica hasta el Mar Adriático. Ahora bien, en la actualidad el nivel de vida de los treinta mil Sanmarinenses está progresando y la historia de sus mujeres ha sido un camino sinuoso y valiente como el de muchas otras mujeres en Europa y el mundo. Luchando por sus derechos desde tiempos remotos y en particular cuando el resto de Europa estaba sometido en el dolor, la desconfianza mutua entre naciones vecinas y las heridas marcadas por Post Guerra. Fue precisamente en esos tiempos cuando Miriam Micheletti, una respetable y osada hija de un panadero, se convirtió en la pesadilla del entonces Partido Comunista de San Marino, al exigir el voto para las mujeres en 1955. La valentía de Micheletti la llevó a su meta histórica, dándonos una lección a todas las mujeres y hombres del pasado y del presente: enseñándonos que aún con el trabajo más modesto como el de ella en una pasticcería, se puede con determinación e ideales cambiar la política y también nos demuestra que la perseverancia y la constancia llevan al éxito en donde entonces todos ganan: hombres, mujeres y por lo tanto el progreso en una nación que por más pequeña que geográficamente es, logra y consolida lo que todo pueblo anhela y lucha: “Libertas” (Libertad).
P.S. Para el viajero culturalmente comprometido y para los amantes de la filatelia: http://www.everyculture.com/No-Sa/San-Marino.html , http://www.sanmarinosite.com/natale.php y www.aasfn.sm