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Crisol Internacional: “¿Se vale equivocarse? Decisiones y Errores…”

Escrito por Andrea König Fleischer en Viernes, 26 Mayo 2017. Publicado en Crisol Internacional, Cultura, Sociedad

Cada día de nuestra existencia, seamos conscientes o no, tenemos que tomar múltiples decisiones, algunas pequeñas y simples, otras grandes e importantes que pueden tener consecuencias positivas o negativas y no tan buenas para el resto de nuestras vidas. Al revisar el tipo de decisiones que racionalmente enfrentamos podríamos crear largas listas de cosas sencillas, rutinarias  o cotidianas: como el qué comer, cómo vestir o qué ruta tomar para llegar a la escuela, al trabajo o a un punto de reunión. La mayoría de nosotros corremos la suerte de tomar estas decisiones libremente y por lo general obtenemos las respuestas casi perfectas, como por ejemplo: “hoy me pongo el vestido floreado o el traje azul, o bien, comeré sopa o ensalada, cruzaré el parque para llegar al trabajo”. Todas estas pequeñas decisiones nos llevan al final del día a un estado de relativa SATISFACCIÓN o tal vez hasta de FELICIDAD y quizás si reflexionamos al respecto nos llegue a la mente la idea de que hicimos lo correcto y en el momento preciso y adecuado. Sin embargo, la mayoría de las personas en el mundo no corren la misma suerte porque no pueden tomarse la libertad de decidir lo que van a comer, cómo se van a vestir y mucho menos elegir su camino al trabajo, porque no tienen estas opciones, sino más bien tienen obligada y tristemente que ponerse la misma ropa desgastada, tratando de cuidarla lo más posible y con ilusión piensan ojalá “hoy nos toque una comida caliente…o más dramático aún,  si habrá o no comida hoy?

Las decisiones importantes acerca de qué profesión o carrera elegir, con quién casarse, dónde vivir, si tener hijos o adquirir una casa propia, en muchas culturas ya están predeterminadas desde la infancia  pero tristemente para muchos pueblos que habitan en las zonas rezagadas de África, Asia y Latinoamérica las oportunidades aun siguen siendo muy limitadas, especialmente para las mujeres y las niñas. La única esperanza que siempre nos queda, será el pensamiento positivo de que las cosas cambien y que sea para bien, pero SIN NUESTRA PROPIA VOLUNTAD O ESFUERZO… esto sería una tarea muy difícil. Al respecto e innegablemente existen muchas historias de éxito de hombres y mujeres ejemplares alrededor del mundo, personas que han logrado imponerse a las adversidades y en lugar de resignarse, han decidido siempre luchar y muy probablemente han pasado este ejemplo de valentía a las siguientes generaciones y tal vez a una comunidad entera, como son los ejemplos de extraordinarios deportistas etíopes, maratonistas keniatas, corredores tarahumaras y las mujeres microempresarias  de  remotas comunidades rurales de Sudamérica

Retornando al planteamiento de los ERRORES, TODOS eventualmente y sin excepciones los cometemos. Todos nos equivocamos al tomar una decisión incorrecta, como el ser imprudente, que puede causar malentendidos o  y fallas en la comunicación; es más, expresar un simple NO  ante la petición de un familiar, amigo o conocido puede crear momentos de tensión, incomprensión, reproches y en el peor de los casos rencor y hasta enemistad. Entonces nos queda hacer algunas posibles reflexiones:”Si realmente valió la pena? y si el desgaste emotivo valió o no la congoja, o si hicimos demasiado ruido y escándalo por NADA? Al respecto recordemos una verdad absoluta, QUE LA VIDA ES DEMASIADO CORTA PARA CARGAR CON NUESTROS ERRORES PARA SIEMPRE, COMO SI FUERAN PARTE DE NUESTRO EQUIPAJE PARA VIAJAR POR LA ELLA…

También es claro que muchas veces no sabemos realmente qué decisión tomar o cuál de las opciones será la mejor. Por eso resulta muy importante el ejercicio mental de considerar los “pro y contras”, es decir RAZONAR y no sólo reaccionar en el momento, sino pensar también en el futuro, es decir en las posibles consecuencias de una decisión tal vez  apresurada, forzada o poco valorada. Siempre pueden haber decisiones que deberíamos pensar dos veces (o más) ANTES de tomarlas, como por ejemplo: un nuevo empleo, una inversión, una relación en pareja y sobre todo… tener un hijo, ya que son DECISIONES que cambiarán sin duda nuestro rumbo, para no decir nuestro destino y nuestra vida. La mayoría de nuestras decisiones dependen definitivamente de nuestra educación, formación,  valores y de nuestra personalidad y dependiendo de ello somos más abiertos o cerrados, arriesgados o tímidos. Valorar lo que tenemos y considerar críticamente a lo que aspiramos son dos buenos consejos y el tercero seguramente se relaciona con la idea de no querer afectar negativamente a nadie, es decir, no lastimar a otros…

Resulta relevante cuando cometemos un error, es decir, cuando nos equivocamos, NO ignorar ese error y mucho menos culpar a otros. El asumir el error con madurez y responsabilidad y tratar de remediarlo y aprender de él, es reflejo de una actitud de madurez. Si le hiciéramos un poco más de caso al famoso dicho anglosajón de “Nobody is perfect”, seríamos un poco menos perfeccionistas y tal vez viviríamos más tranquilos, armónicos y felices. Los ERRORES ocurren y ocurrirán mucho más que lo que quisiéramos, pero está en nosotros el poder remediar la situación, en vez de que nos gane la soberbia o peor aún la pasividad. NO TOMAR DECISIONES para no equivocarse es uno de los ERRORES más crasos de la vida, es como ver la vida pasando ante tus ojos y no vivirla, es NO querer volar…tal vez tampoco fracasar, pero quedarse irremediablemente estancado ante un horizonte que brilla como un arcoíris, lleno de aventuras, riesgos, hazañas, donde “se vale equivocarse” para levantarse las veces que sean necesarias, curar los moretones y querer aprender de la experiencia  y desde luego ser mejor y más feliz hoy y mañana…

 

 

 

 

P.S.: Para profundizar en el tema http://www.pulevasalud.com/ps/contenido.jsp?ID=9608&TIPO_CONTENIDO=Articulo&ID_CATEGORIA=103893

http://psicorumbo.com/como-tomar-decisiones-dificiles/

 

 

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