Crisol Internacional: Tercera vuelta al mundo…Cómo no viajar
Cuando iniciamos un viaje y ponemos un píe fuera de nuestras casas, salimos normalmente sin darnos cuenta de nuestras zonas de confort, de la comodidad cotidiana y también, de la rutina que a veces tanto nos agobia, entrando de repente a un nuevo ritmo de vida: el de los viajes, excursiones, exploraciones, descubrimientos y aventuras. Es decir, consciente o inconscientemente nos sometemos a nuevas pruebas de resistencia física y mental y también de nuestro ego. Mucho se ha narrado, escrito y publicado sobre los viajes desde tiempos muy remotos y a través del Crisol Internacional hemos podido echar ya una tercera mirada hacia los cuatro puntos cardinales del mundo y a manera de síntesis para el lector fiel de este espacio y por supuesto para el pionero que apenas está por descubrir en nuestro sitio, lugares remotos y a la vez cercanos por sus costumbres, destinos que indudablemente son comparables con nuestras realidades de Baja California Sur. Los asiduos lectores de este espacio o los nuevos exploradores, habrá que recordar las estaciones que juntos hemos recorrido en esta tercera vuelta al mundo que hoy terminamos con esta nueva narrativa. Pero, antes de seguir con una nueva travesía y aportación sobre la cultura internacional y específicamente sobre lo que nos enseñan los viajes, recordemos brevemente que en este ciclo, primeramente nos acercamos a una zona de alto riesgo y conflicto político interno, al evidenciar la situación crítica y violenta que prevalecen en el Noreste de Nigeria, donde los grupos rebeldes del Boko Haram siguen atacando a la población civil y desde que se escribió el artículo correspondiente hace unas semanas, más de doscientas niñas de una escuela secundaria siguen estando secuestradas por este grupo para presionar el gobierno y lograr la liberación de rebeldes encarcelados. Hoy, el altamente reprobable y atroz incidente ya se está discutiendo tanto en París, durante la reunión de Jefes de Estado (nigerianos y franceses) como también en el seno de la ONU, para encontrar posibles soluciones de mediación y de solución pacífica. Vaya, que como en Nigeria hay aún muchas partes del mundo, dónde”la violencia no descansa”. Posteriormente en la a siguiente etapa, el siguiente reportaje del Crisol nos lleva a la famosa Roca de Gibraltar, último bastión británico, que ha sido escenario de muchas batallas en el pasado, ya que representa un sitio estratégico entre dos continentes, que hoy se ha convertido en un importante centro de atracción turística entre Europa y África capaz de complacer a todos los gustos y caprichos de sus visitantes. Pero si de destinos exóticos se trata tanto el Japón como las islas de Fiji siempre simbolizarán lugares extraordinarios y notables, dignos de emprender largos viajes en avión desde México, cruzando todo el Pacífico para disfrutar del bello florecimiento de las cerezas, Sakura y del gran kimono de expresiones culturales que ofrece esta nación al mundo. Fiji, igualmente remoto desde cualquier punto geográfico del mundo desde donde se parta, igualmente atractivo para los amantes de los arrecifes, la fauna y flora submarina y paisajes cálidos y románticos. Pero en dónde, en contraste sus habitantes, especialmente sus mujeres comparten destinos paralelos con muchas otras del mundo, al sufrir discriminación social, maltrato físico y emocional y sobre todo de violencia intrafamiliar en muchos casos extrema, aspectos que requieren de un mayor conocimiento y divulgación, para generar más atención, tanto de la opinión pública, como del mismo gobierno y brindar apoyo y asistencia a las múltiples víctimas que cotidiana y calladamente sufren en esa sociedad, cuyos paisajes magníficos ocultan esas tristes realidades al resto del mundo. Por último, siempre es bueno regresar de los viajes a nuestras casas, y así concluimos la tercera vuelta al mundo en México y su memorable Sur: Chiapas, lleno de contrastes culturales, muy colorido, hospitalario, romántico, cargado de tradiciones y artesanías autóctonas y especialmente de una gran gama de platillos y bebidas de exquisitos sabores que están además enmarcados en un paisaje colorido de verde por su selva y azul turquesa casi mágico por sus lagos, laguna y ríos que hechizan a cualquier visitante y que inspiran al viajero para continuar por sus senderos que de un modo o d otro, nos conduce por “el alma de la naturaleza”.
Ahora bien, mucho está escrito sobre los viajes y la la mayoría de las contribuciones está enfocada hacia el turismo, sin embargo, son muy escasas las aportaciones que tratan de “cómo no viajar” y justo de esto se trata ahora este Crisol, al intentar hacernos reflexionar sobre las experiencias adquiridas durante alguna travesía problemática para convertirla en algo positivo y agradable. Una de las primeras reflexiones sobre el tema de “cómo no viajar”, es que siempre ante todo deberíamos considerar nuestra seguridad, integridad, salud y de alguna forma bienestar, ya que los viajes no solamente sirven para ilustrarnos, sino también para disfrutar y relajarnos. Así que de no ser del tipo del viajero audaz y aventurero, por default habrá que descartar lugares de alto riesgo por conflictos bélicos e inestabilidad social y aquellas zonas donde la salubridad e higiene son muy escasas. Sin embargo, si tuviéramos que ir a algún lugar inseguro y peligroso por algún motivo extraordinario, ya sea familiar o laboral, que la precaución sea nuestra mejor compañía en todo momento. Igualmente, no planificar el viaje puede resultar desastroso, por más que seamos magos de la improvisación. No, conocer las rutas, destinos y un mínimo de geografía del lugar a visitar y esto incluye saber sobre las condiciones climatológicas del lugar que queremos visitar, son causas comunes de problemas que muy bien se pueden y deben evitar. Imagínese lo siguiente: arribar al bello puerto de La Paz con un abrigo de mink en pleno mes de Agosto a las tres de la tarde, sería casi tan drástico como llegar a Alaska en shorts y sandalias en Enero. Viajar con múltiples maletas, bolsos y hasta cajas, no solamente atenta contra las limitaciones actuales de la gran mayoría de las líneas internacionales que nos han reducido el equipaje a 23 kilos y a un solo equipaje de mano que no rebase 10 kgs, sino también innecesariamente puede atraer la atención de los amantes de lo ajeno y convertirnos en blancos fáciles y sus posibles víctimas. Así, si nuestra cultura globalizada cada vez apunta más a lo light, viajar a lo big significaría justo lo contrario e ilustra claramente “cómo no viajar”. Cabe agregar que entre más maletas llevamos, menos móviles nos volvemos y seguramente el exceso de equipaje nos puede privar de una u otra excursión, aventura o experiencia única hacia lo desconocido. También existe un arte para empacar las cosas y no dominarlo puede resultar caótico a la hora de localizar tanto prendas de vestir, enseres vitales como un cepillo de dientes o una simple aspirina, por eso los que no saben cómo viajar, literalmente hacen enormes “tamales” con sus ropas, zapatos y enseres dentro de sus maletas. Basta por echar una mirada discreta en los aeropuertos o terminales de camiones para darle fe a esta observación peculiar. Siempre se ha discutido que viajar significa invertir muchos recursos económicos al grado del derroche y que viajar es más bien asunto de ricos y famosos; efectivamente existen viajeros que cargan no solamente las maletas hasta el límite, sino que también arremeten con las tarjetas de crédito hasta “full” y se vuelven así expertos en el arte de cómo no viajar, lamentándose después durante incontables meses de sus derroches y empeñando al regreso hasta el “perico” para salir de las pesadas deudas. Pero gracias al omnipresente internet, ahora existe un infinito número de sitios web con listados de servidores turísticos, compañías de transporte, líneas aéreas, tour operadoras, vuelos, conexiones y promociones para proporcionarnos prácticamente al instante información requerida acerca de un destino, sus servicios de hospedaje, transporte, sus principales atractivos, su gastronomía y su clima, tanto el ambiental, como el social. Cuando de patrimonio culinario se trata, los expertos en “como no viajar” se dan por lo general verdaderos banquetes con opulentos platillos, bebidas y múltiples postres, para después olvidando semejantes festines que por lo general no tiene un desenlace feliz, “echarle la culpa al agua” y no al ego goloso. En otras palabras, la mesura debería ser otra acompañante en nuestros viajes. Es válido intentar probar lo mejor y lo más pero no todo de a donde se vaya, o como dice el slogan “con medida”. En fin, viajar por el mundo se ha vuelto sin lugar a dudas más fácil y deberíamos ser más prácticos, prudentes y sencillos, empleando nuestros cinco sentidos y sobre todo, el sentido común. Precisamente deberíamos de viajar cargados como la nobleza durante la época colonial, con mucho efectivo en mano, con ropa y accesorios llamativos y costosos y de marca, casi barrocos cargando además por ignorancia o falta de preparación del viaje prejuicios y aprensión sobre los destinos, porque entonces sí nos convertiríamos fácilmente en verdaderos “maestros en el arte de cómo no viajar”.
P.S. Interesante sitio para corregir una y otra fallita antes y durante los viajes: http://www.comoviajarporelmundo.com/ y para los jóvenes y gente con espíritu aventurero: http://elbackpacker.com/ resulta sumamente útil.