Crisol Internacional: “Tierra de Colibrís-Trinidad y Tobago”
Conforme avanza la primavera en todo el hemisferio Norte, nos empieza a acompañar un ruidito inconfundible: el canto de los pájaros como una melodía incesante, a veces aguda, a veces dulce, a ratos estridente o escandalosa, pero siempre leal a esa precisa estación del año. Sin embargo y por extraño que nos parezca, no todos los pájaros cantan, ni todos vuelan y a pesar de ello nos alegren mucho el corazón, siendo los colibrís que se encuentran ampliamente esparcidos a lo largo del Continente Americano un claro ejemplo de los primeros y los simpáticos pingüinos al Sur de América de los segundos. El colibrí simbolizaba para muchas culturas mesoamericanas el mensajero y guardián del tiempo, ya que ninguna otra especie pueda batir las alas a su velocidad y por lo mismo esta pequeña ave que mide apenas 5 cm, también representa la alegría y la vitalidad. Realmente son mágicas las antiguas leyendas mayas que decían que los Dioses crearon todas las cosas en la Tierra y al hacerlo, a cada animal, a cada árbol y a cada piedra y a cada cosa o ser le encargaron un trabajo, así a este pequeño y diminuto “volador” le encargaron llevar sus deseos y pensamientos. El colibrí es tan frágil como bello, pudiéndose acercarse a las flores más delicadas sin moverles un solo pétalo. Sus plumas brillantes bajo la luz del sol son como gotas de lluvia, reflejando iridiscentes los colores del arcoíris en el Edén terrenal. ¿Será entonces mera coincidencia que un archipiélago que consta de varias islas hermosas, situado entre el Mar Caribe, el Océano Atlántico Norte y muy cercano a las costas de Venezuela haya sido bautizado en el pasado como “Tierra de Colibrís”? Hoy se le conoce como las islas gemelas de Trinidad y Tobago y pertenecen a las Antillas Menores.
Las islas de Trinidad y Tobago mucho antes de la llegada de Cristóbal Colón a fines del siglo XV ya tenían apasionantes historias que contar a sus visitantes, pero como en tantas zonas de la región mesoamericana, estos relatos desaparecieron o se fueron transformadas casi de golpe durante la Conquista, ya que la población indígena de esta zona fue subyugada y paulatinamente extinguida. Los esclavos africanos cuyo tráfico representó uno de los negocios más lucrativos de aquella época, estuvieron condenados bajo el dominio colonial a trabajo forzosos en las plantaciones de la caña de azúcar y del tabaco, primero por los españoles y después por los ingleses, quienes, después de la abolición oficial de la esclavitud a principios del siglo XIX y con el progreso de las leyes, hábilmente consiguieron a los llamados “coolies,” cargadores o peones inmigrantes traídos como mano de obra barata y dócil desde la India, China, Líbano y Siria. Aquella “Tierra de Colibrís” de sus ancestros a pesar de su duro legado colonial, rápidamente creció, progresó y empezó a moverse hacia un nuevo futuro, guiado por un lema nacional que declara decididamente estar “Forjado desde el amor a la libertad”. Fue hasta el año de 1962 que el país obtuvo su Independencia de Inglaterra, tratando de emanciparse como nación joven, así como participar en la política internacional al incorporarse como miembro a la Organización de las Naciones Unidas ( 1967). Por un lado empezó a basar su economía y su desarrollo en la industria petroquímica con un rostro poco atractivo para el visitante y otro apoyo lo fue también el turismo y la agricultura que a la fecha le han dado sustento y desarrollo a su población. Los habitantes de estas islas, similar al icónico colibrí pulsan y poseen en su gran mayoría esa energía para atender con un muy peculiar sentido de la hospitalidad a los viajeros de cualquier parte del mundo.
Las dos islas ofrecen una amplia gama de posibilidades de esparcimiento y diversión: excursiones acuáticas, especialmente el buceo, senderismo y exploración por la selva y los manglares o bien, andar en bicicleta por una naturaleza aún intacta en gran parte de su interior. Trinidad y Tobago es un verdadero paraíso para los ornitólogos profesionales o los amateurs, ya que fácilmente pueden avistar aves de todo tipo y obviamente a los fascinantes colibrís, cuyo corazón late a 1200 pulsaciones/minuto y se dice que es además muy inteligente porque se considera el ave que tiene el cerebro más grande en relación a su tamaño de pocos gramos de peso corporal. Además es el único animal capaz de volar hacia atrás y también hacia adelante, hacia arriba y hacia abajo y puede dar vueltas sobre sí mismo, sin moverse del mismo sitio y con toda la genialidad de esa especie mantener su equilibrio, entonces ¿quién no quisiera tomar unas lecciones de vuelo con este verdadero acróbata del aire para aprender a manejar sus energías y poder nivelar su vida?
En Trinidad y Tobago se hablan varias idiomas, siendo el inglés la lengua oficial, sin embargo se escucha y conversa también en hindi, criollo, francés y chino. Su música es casi inconfundible en todo el Caribe y no sólo se escucha durante las largas noches del espectacular Carnaval en las islas, ya que el Calipso con su atrevido baile el Limbo al son del “steelpan” (considerado el único instrumento musical acústico inventado durante el siglo XX) son muy alegres y auténtica y automáticamente animan a cualquier viajero estresado para re-encontrar un momento de alegría y felicidad. Trinidad y Tobago también sigue siendo la tierra de la miel, del ron y del cacao, o sea dulces pecados de la vida, que bien sabe la pequeña ave al tomar sus rumbos en la “La Tierra de los Colibrís”…
P.S. Sobre los colibrís https://totemanimal.org/2014/08/26/colibri/
Para los viajeros: https://www.lonelyplanet.com/trinidad-and-tobago
Para los amantes de la música alegre https://www.youtube.com/watch?v=ApdOFY-JYX0