Crisol Internacional: “Tras la Gran Muralla China”
Muros y murallas siempre han existido a lo largo de la evolución del hombre en casi todo el mundo: los hay monumentales desde tiempo muy antiguos como los Muros Largos de la Grecia Antigua, que se extendían desde las ciudades como Atenas hasta sus principales puertos (Pireo y Falero), proporcionando una conexión segura hasta el mar y garantizando así el abasto de alimentos, materiales, herramientas y otros enseres, así como el tránsito seguro de las personas. Posteriormente, a principios de la época medieval se construyeron otras que protegían a las ciudades europeas de esa época, todas ellas muy singulares en su diseño arquitectónico y compartiendo además el objetivo principal de brindar seguridad a los habitantes que recluían. En México se construyeron muros y murallas para la protección de ciudades como Campeche al igual que en otros sitios de América como Cartagena en Colombia y también en varios sitios del Caribe. Todas ellas para la protección de los ataques de los piratas. También existen vestigios de aquellas otras construcciones que se volvieron símbolo de diferentes etapas históricas, creando división y posteriormente unificación y libertad, como el “Muro de Berlín”, que realmente fue un muro de contención política para impedir la fuga masiva de ciudadanos desde la República Democrática de Alemania hacia Europa Occidental. Otra zona de división representa la Línea de la Paz en Belfast (Irlanda del Norte) que comprende una serie de barreras y muros que fueron levantados para separar los barrios Católicos de los Protestantes, simbolizando así un conflicto religioso y político entre los habitantes. El Muro de las Lamentaciones en Jerusalén en Israel es quizá uno de los muros más emblemáticos de la fe y devoción religiosa, representando una reliquia única del Templo Sagrado y uno de los sitios más venerados por el Judaísmo. En contraste, la Franja de Gaza, ubicada en el Medio Oriente, es un entramado de vallas, trincheras y muros de cemento de hasta 8 metros de altura, que aún se encuentra en construcción por parte del Gobierno Israelí, separando las poblaciones de este país de las vecinas de origen palestinas y que sin lugar a dudas representa también muchas controversias, diálogos fallidos, prejuicios raciales y religiosos, intolerancia mutua, y tristemente violencia cotidiana.
Al mismo tiempo y a la par de todos estos ejemplos y construcciones monumentales e imborrables, hay un muro en particular que ha perdurado durante ya casi 25 siglos, resguardando muchos misterios y leyendas y uno de ellos hoy es considerado como uno de las Siete Nueve Maravillas del Mundo. Nos referimos a “la Gran Muralla China”. Ciertamente, los muros y murallas representan construcciones humanas que han servido para separar territorios o zonas, para demarcar dominios, para defender el estatus quo e impedir las influencias ejercidas por “fuerzas externas” y algunas significan también “construcciones políticas”, que tienen en común la preocupación o un temor frente al peligro exterior. La Gran Muralla China, seguramente representa la muralla más famosa del mundo y es casi visible desde el espacio. Tiene actualmente una longitud de más de 7 000 kilómetros de extensión, aunque en un principio rebasaron los 21 mil kilómetros de construcción, con una altura de más de 6 metros y más de 4 metros de anchura y se extiende desde su frontera con Corea, hasta el gran desierto del Gobi al sur de Mongolia. Originalmente fue construida para proteger al Imperio Chino de los atacantes nómadas de la tribu de los Xiongu y fue custodiada por más de un millón de guerreros durante la Dinastía Ming, protectores de las grandes civilizaciones antiguas e instruidas por las doctrinas de Confucio basadas en valores morales muy estrictos. La Gran Muralla empezó a ser una defensa de las antiguas metrópolis chinas y también una defensa del código de honor y tradiciones de las mismas. Partes de la muralla se derrumbaron con el paso del tiempo, pero secciones enormes han sido preservadas, convirtiéndose en una de las atracciones más icónicas de China, atrayendo viajeros de todo el mundo y obra que fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1987. Tristemente también representa unos de los cementerios más grandes del mundo, ya que durante su construcción se estima que fallecieron más de 10 millones de trabajadores que fueron enterrados en sus inmediaciones, de los cuales muchos se habían convertido en “soldados- agricultores”. Hay leyendas que asientan que hay “una vida humana por cada metro de construcción”. La Gran Muralla China fue levantada con ladrillos enormes, mampostería, arcilla comprimida, tierra loess y piedra machacada. Dentro de la muralla había escaleras y pasillos que llevaban a las puertas, facilitando su acceso. Asimismo, la muralla estaba delineada y equipada con torres o atalayas que se utilizaban para almacenar armas y cereales, para el descanso de los soldados y también como refugio en los tiempos de guerra o como sitios de vigilancia para alertar sobre la presencia de enemigos con señales de humo y fuego.
Indudablemente la Gran Muralla China cuenta con una arquitectura imponente que ha conquistado y sigue conquistando los corazones de muchos viajeros, que afirman que “su belleza se manifiesta en su majestuosidad, su solidez, su grandeza y su naturalidad.” Vista desde lejos, la muralla se extiende por las crestas de magníficas cadenas montañosas, trazando visiblemente la silueta de un gigantesco dragón volador. Vista de cerca se percibe su poderoso atractivo arquitectónico con, pasadizos, muros trepando en forma de un misterioso zigzag, escoltados por torres almenaras y pasos específicos. Evidentemente la Muralla China reviste un gran valor histórico y representa a la vez, la paz y la guerra. Es sin lugar a dudas un ícono cultural desde todos los puntos de vista y desde tiempos más modernos representa también una riqueza turística que atrae anualmente alrededor de 2 millones de visitantes, aportando un valor económico que rebasa los 5 millones de dólares anuales. Los habitantes de China aseveran solemnemente que: “Quien no ha subido la Gran Muralla no es una persona de verdad…” Los puntos más famosos para los viajeros son: El Paso de Badaling, la Plataforma de Shimatai, Mutianyu, el Paso de Shanhaiguan, conocido también como Primer paso de China, y el Paso de Jiayuguan o Puerta de Jade, que constituye un importante punto comercial entre Arabia y China y que se ubica en el extremo occidental de la Gran Muralla. Para algunos la Gran Muralla China simboliza sabiduría, laboriosidad, sangre y sudor de millones de trabajadores, la sobrevivencia milenaria a pesar de las vicisitudes y especialmente el espíritu de una gran nación, llena de tradición, gloria y honor. El pintor holandés Escher comentó que “Este gigante, muro sinuoso incrustado en un paisaje hermoso y fascinante es un placer visual incomparable! En cada dirección en que se mira, hay un cuadro, un dibujo, una pintura, una foto, una película, un holograma…”
Para nosotros, viajeros en el tiempo y espacio, la Gran Muralla pueda significar más allá de su impresionante majestuosidad arquitectónica y sacrificio que implicó construirla, un eterno recordatorio acerca de la libertad; no solamente de una nación que aspiraba a la autosuficiencia, sino del mundo entero que quizás ya no desea construir más obstáculos y barreras para inhibir o proteger el paso, sino por lo contrario, como “ Tras la Gran Muralla China” vivir con dignidad, respeto y paz una vida tranquila…
|
P.S.: Interesante opinión acerca de muro y murallas, especialmente el caso del Muro de Berlín
http://www.am.com.mx/opinion/irapuato/de-muros-cercas-murallas-y-otras-separaciones-ii--13978.html
Apasionada descripción sobre la historia de la Muralla China:
http://espanol.cri.cn/chinaabc/chapter22/chapter220107.htm
Fascinantes vídeos sobre la Muralla China: https://www.youtube.com/watch?v=KcIn134Hz0Y